
Del año 2018 a 2023, las acciones de vivienda social en la Ciudad de México disminuyeron 63 por ciento, de tres mil 20 hogares construidos el primer año, hasta mil 115 en el último. Aunque al año siguiente, en 2024, se tuvo un repunte en la edificación, con dos mil 549 moradas entregadas a beneficiarios de crédito, estimaciones han arrojado que en la Ciudad de México se deben construir alrededor de 40 mil viviendas al año, es decir, en 12 meses sólo se cimentó el 6.3 por ciento de lo que se requiere.
Organismos especializados en crecimiento urbano sostenible como la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda, en espacios como el Foro Nacional de Vivienda Pilar en la Prosperidad Económica en México, han advertido que anualmente el Gobierno capitalino debe de levantar cifras superiores a 40 mil hogares.
Sin embargo, desde el 2018, se mantuvo una tendencia a la baja en las obras de vivienda social asequible; de ese año al siguiente, las acciones de vivienda social se redujeron 49 por ciento, de tres mil 20 a mil 532; específicamente mil 488 casas o departamentos menos y sólo el 3.8 de las moradas que necesitan lo capitalinos.
Aunque en 2020 se construyeron 832 hogares más que en el periodo antecesor, con dos mil 364, eso sólo equivale al 5.9 por ciento de la demanda de vivienda social. En dos años cayeron 21 por ciento los trabajos para brindar a los ciudadanos el derecho a espacios con servicios, seguridad y calidad de vida.
En el 2021 los proyectos de vivienda bajaron a dos mil 293, con 71 obras menos que en el ejercicio pasado. De los 40 mil hogares que se requieren, en esos 12 meses sólo se alcanzó 5.73 por ciento del objetivo.
Las obras habitacionales tuvieron su mayor declive en los años siguientes; en 2022 la construcción de casa habitación únicamente hizo realidad mil 975 viviendas, poco más de la mitad que en 2018. Sólo se hicieron realidad 4.9 por ciento del total demandado por los habitantes.
Después, en 2023, las acciones de hogares sólo representaron el 2.79 por ciento de las viviendas que se necesitan, con mil 115 trabajos; es decir, con reducción del 43.5 por ciento conforme al año pasado (-860 domicilios) y 92 por ciento menos de lo construido en 2018.
Para 2024, el Gobierno ejecutó dos mil 549 planes habitacionales, 6.37 por ciento de lo requerido y una disminución de 15.6 por ciento en seis años.
En este nuevo sexenio, el Gobierno de la Ciudad de México anunció la ejecución de 30 mil 300 acciones de vivienda en beneficio de las familias capitalinas más vulnerables. Del total, 26 mil nuevas serán para personas derechohabientes del Infonavit y mil para no derechohabientes a través de la Comisión Nacional de Vivienda.
Con todo, hasta el primer semestre del 2025 se han entregado e iniciado la construcción de alrededor de 327 sitios habitacionales, sumado a mil nuevos hogares en renta en inmuebles adquiridos en las alcaldías Azcapotzalco, Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc; el 3.32 de los hogares demandados por la población.

Ciudad crece sin planeación para ofertar vivienda social
En entrevista con Crónica, Gabriela Salido, ingeniera y experta en planeación y desarrollo urbano, comentó que desde al año 2000, cuando Andrés Manuel López Obrador emitió el Bando 2 con el que se frenó la expansión urbana en las zonas centrales, se abrieron las puertas a la inversión privada sin planeación ni visión social. Comentó que entre 2018 y 2024, los hogares sociales no tuvieron atención, al reducir el presupuesto del INVI progresivamente, hasta prácticamente concentrarlo en la última etapa de la reconstrucción.
Enfatizó que del 2021 al 2024, en el Gobierno capitalino impulsó la vivienda accesible con valor superior a un millón 400 mil pesos, destinada a un sector de población con un nivel adquisitivo superior, con proyectos autorizando incrementos de densidad en Cuauhtémoc, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, sin una estrategia fuerte para garantizar vivienda accesible.
“En la administración pasada hubo dos intentos frustrados por aprobar el Programa de Ordenamiento Territorial, que no avanzaron por la falta de acercamiento con la ciudadanía, es necesario este plan porque permitiría generar un crecimiento equitativo en toda la ciudad, detectar las necesidades en cada zona y que la inversión no sea sólo en lugares específicos, en las periferias no hay inversión en la movilidad y es foco rojo y es uno de los objetivos que debería de tener el Instituto de Planeación, que se sepa con claridad dónde hay que hacer qué”.
“Construir vivienda social en la ciudad por el valor de la tierra, es tan alto que no hay manera de sostener el precio de 700 mil pesos. La Secretaría de Vivienda solamente ha tenido dos anuncios reactivos con estos eventos, no hay una política pública con orientación. El programa de Vivienda Incluyente de Sheinbaum se enfocó en un mercado con nivel adquisitivo distinto, que tiene posibilidad de compra y de la mano de la iniciativa privada, la manera en la que funciona es que a través de la Norma 26 se emite un certificado donde el particular daba predio y el Gobierno de la Ciudad dictaba la densidad y la altura. Fueron acciones enfocadas a otra cosa y es uno de los tantos elementos por el que se traduce el déficit de vivienda”.
El Plan General de Desarrollo (PGD) y el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT) de la Ciudad de México tienen retrasos que acumulan cinco y cuatro años, respectivamente. Estos trabajos, que son fundamentales para la planeación urbana a largo plazo, han sido retirados por deficiencias en los procesos de consulta y poca. participación ciudadana.
“Que el Gobierno establezca que aquellos que invaden viviendas vacías puedan optar por la compra es una gran contradicción, es un mensaje poco claro a la propiedad privada, no es una solución al problema de vivienda, esos desarrollos se hicieron sin procesos de planeación y la ciudad tiene que concretarlos; no tienen de manera cercana polos de desarrollo económicos que generen empleo, servicios de salud y educativos”.
“Todas las medidas que se plantean en contra de la gentrificación y vivienda accesible ya se habían anunciado en la ciudad, no podemos buscar la respuesta inmediata a una coyuntura, tenemos que planear y lleva tiempo. El problema es que no ha habido ni un sólo Gobierno que haya estado dispuesto a invertirlo para que el resultado sea óptimo, por eso se siguen anunciando números de acciones de viviendas para jóvenes, eso no resuelve el problema de la juventud, además de la incapacidad generada por decisiones del Estado respecto a su capacidad de ahorro y tipo de vivienda que se oferta en la ciudad”.
“La mayor parte de los desarrollos se hacen en el poniente de la ciudad, porque hay desarrollo económico e infraestructura, si se invirtiera en otras áreas, se extenderían las áreas de interés a otros sitios”.
“Esperamos que la Ley se aplique, la solución es generar condiciones para que todos tengan la posibilidad de obtener los mismos beneficios de vivienda sin que se abandonen. Durante 50 años tuvimos rentas congeladas en la ciudad, el problema fue que el propietario dejó de invertir en el mantenimiento, porque le salía más caro que cobrar las rentas, entonces hubo deterioro, invasiones, gran afectación en la oferta y condiciones de la vivienda en la ciudad que luego se alimentó por otros incidentes, como el Bando 2, la pandemia y la llegada de los nómadas digitales”.
El Bando 2 fue promulgado en el año 2000 por el exjefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrados, que prohibía la construcción de conjuntos habitacionales de más de 35 viviendas en cualquier alcaldía que no fuera Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Miguel Hidalgo y Benito Juárez.
Aunque la idea era promover el repoblamiento de la zona centro, la oferta del “boom inmobiliario” no incluyó a la vivienda social, en su mayoría era de adquisición media y alta. Con el Bando 2 se inició el desplazamiento de personas vulnerables que fueron expulsados a las alcaldías de la periferia o al Estado de México.

Valor catastral impide edificar viviendas suficientes aún en colonias populares
Adquirir el espacio, conforme al valor catastral de los predios resultaría insuficiente con el monto anual del INVI para edificar 40 mil viviendas en las tres demarcaciones donde se anunciaron los mil nuevos hogares. Un inmueble de la calle República de Uruguay, de la colonia Centro, de la alcaldía Cuauhtémoc, tiene un valor unitario del suelo de ocho mil 784 pesos por metro cuadrado. Si se construyeran 40 mil hogares de 100 metros cuadrados cada uno, se pagarían 35 mil 136 millones únicamente por el precio de la tierra, insuficiente para el presupuesto del INVI, que en 2025 es de nueve mil millones de pesos, faltarían 26 mil 136 millones para solventar el proyecto.
Un predio de la calle Nopal, en la colonia Atlampa, conserva un valor unitario del suelo de cuatro mil 248 pesos el metro cuadrado. En intención de levantar 40 mil hogares de 80 metros cuadrados cada uno, costaría 13 mil 593 millones 600 mil pesos por el costo de la tierra, con el faltante de cuatro mil 593 millones de pesos.
En la calle Callejón del Maíz de la colonia Las Salinas, de la alcaldía Azcapotzalco, requeriría el pago de 11 mil 122 millones 600 mil pesos el valor catastral de 40 mil acciones de viviendas de 95 metros cuadrados. En la misma demarcación, en la calle Piña, de la colonia Nueva Santa María, costaría 13 mil 312 millones liquidar el valor catastral para el número de hogares requeridos anualmente; con un déficit de cuatro mil 312 millones para hacer realidad la obra.
En un predio de la colonia América de la alcaldía Miguel Hidalgo, posee un valor de dos mil 949 pesos el metro cuadrado; si se cimentaran las viviendas requeridas de 85 metros cuadrados, el costo catastral sería de 10 mil 26 millones 600 mil pesos, faltarían mil 26 millones 600 mil pesos para liquidar el costo de los trabajos.