
La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México informó que la estrategia “Bosques por Siempre” alcanzó 7 millones 283 mil 289 árboles, plantas y arbustos establecidos en apenas dos meses de operación, lo que representa 72.8 por ciento de la meta anual de 10 millones de ejemplares para el Bosque de Agua en 2025.
De acuerdo con la dependencia, este esfuerzo conjunto con núcleos agrarios, gobiernos estatales, universidades y el sector privado ha permitido restaurar 6 mil 414 hectáreas en el corredor ecológico compartido. La superficie recuperada equivale a más de siete veces la extensión del Bosque de Chapultepec.
Del total de ejemplares establecidos, 4 millones 13 mil 33 se plantaron en el suelo de conservación de la capital y 14 mil 35 en Áreas Naturales Protegidas. En paralelo, 3 millones 256 mil 221 plantas se distribuyeron en bosques del Estado de México, Michoacán, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y Morelos.
El programa inicia en el Vivero Forestal de la Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (DGCORENADR), con capacidad para producir hasta 10.5 millones de ejemplares nativos al año. En el sitio operan seis áreas especializadas, entre ellas una planta de tratamiento de agua por ósmosis inversa, laboratorios de microbiología, germoplasma y calidad de semillas, así como zonas de procesamiento de plantas.
Sedema explicó que la restauración no se limita a sembrar árboles, sino que busca devolver la funcionalidad al ecosistema mediante la conservación del suelo y el agua, la mejora de la conectividad ecológica y la protección de hábitats de fauna silvestre. Con ello se promueve la recarga de acuíferos, la regulación del clima, la captura de carbono y la preservación de la biodiversidad.
La estrategia tiene además un enfoque de manejo de cuencas hidrológicas, como las del Balsas, Lerma–Santiago y Pánuco, responsables de aportar 30 por ciento del agua que abastece a la Ciudad de México. El suelo de conservación y su conexión con el Bosque de Agua facilitan la infiltración hacia los acuíferos, de los cuales proviene hasta 70 por ciento del agua consumida en la capital.