Metrópoli

Buscan que los planteles educativos sean un verdadero entorno seguro; sinónimo de paz, confianza y aprendizaje

Congreso urge a dependencias atender salud mental de jóvenes en CDMX, tras ataque en CCH

Lex Ashton. El atacante del CCH Sur habría revelado que su intención era acuchillar a más personas previo a la intervención de un trabajador del plantel.
Lex Ashton El atacante del CCH Sur habría revelado que su intención era acuchillar a más personas previo a la intervención de un trabajador del plantel.

El Congreso de la Ciudad de México urgió a las autoridades capitalinas y a las personas titulares de las 16 alcaldías a ampliar y fortalecer los servicios de salud mental dirigidos a las y los jóvenes, garantizando una cobertura integral y con enfoque de derechos humanos, de género e inclusión social.

Lo anterior, con el fin de evitar casos de violencia extrema en las escuelas y tras el asesinato de un estudiante dentro del plantel CCH Sur, de la UNAM. Además de que los planteles educativos deben ser sinónimo de paz, confianza y aprendizaje.

Al presentar la propuesta, la diputada del PVEM, Rebeca Peralta, refirió que la adolescencia es una etapa de la vida con alta incidencia de cambios físicos, psicológicos, fisiológicos y emocionales, los cuales requieren programas de fortalecimiento personal y social.

Lamentó que los casos de agresiones, acoso y amenazas se han incrementado y en casos más graves se han cometido asesinatos dentro de los planteles, que pudieron prevenirse atendiendo la salud mental.

“Lo sucedido el pasado lunes 22 de septiembre, donde un estudiante de apenas 16 años fue asesinado dentro del plantel CCH Sur de la UNAM, nos lleva a reaccionar de manera inmediata para evitar estas catástrofes, aseguró.

La también vicepresidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de la Ciudad de México, destacó que la atención psicológica a los jóvenes ya no es una alternativa, sino que tiene que ser una política pública prioritaria, “necesitamos programas de acompañamiento emocional y eliminar el estigma de que pedir ayuda es para los débiles”.

Y consideró que la violencia es un reflejo del abandono en la atención de la salud mental de las y los jóvenes, quienes con sus actos “piden a gritos disfrazados de indisciplina que los escuchemos, que los volteemos a ver, que los saquemos de ese abandono”.

Su punto de acuerdo llama a las distintas dependencias a garantizar campañas de difusión que acerquen estos servicios a quienes más lo necesitan.

“Ya no podemos esperar otro hecho lamentable, este es el momento de actuar y no quedarnos con los brazos cruzados, voltear para otro lado. La prevención es la clave, nuestros jóvenes necesitan ser escuchados atendidos y acompañados, las familias merecen escuelas seguras, las madres y padres deben sentirse tranquilos y seguros cuando sus hijas e hijos acuden a los planteles estudiantiles”, anotó.

Agresores presentan problemas emocionales

La legisladora señaló que está demostrado que las y los agresores presentan problemas emocionales, sociales o familiares que no fueron atendidos de manera oportuna.

“Estos sucesos que se pudieron prevenir no solo representan la pérdida irreparable de vidas humanas, sino el quiebre de la confianza en las instituciones educativas como entorno seguro”, lamentó.

Además, añadió que la falta de acompañamiento emocional en los adolescentes incrementa la posibilidad de problemas como la depresión, la ansiedad y los trastornos de conducta, por lo que la atención psicológica es una necesidad urgente para garantizar que los jóvenes cuenten con herramientas para resolver conflictos de manera no violenta.

“Los factores de agresiones en las escuelas no surgen de forma espontánea, sino que es el resultado de factores individuales, familiares y sociales como el bullying, la exclusión social, familias disfuncionales, abandono, problemas de salud mental y lo fácil y accesible que ya es tener un arma”, concluyó.

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