Metrópoli

Todos los fines de semana, Francisco llega antes de las 9:00 horas a la sala de prensa ubicada en la planta baja de la sede de la SSC. Ahí, siempre amable, espera a los reporteros que siguen los accidentes, plantones, arrestos de criminales y bloqueos en la metrópoli que nunca descansa

“Trabajar con reporteros es una universidad, siempre me preocupé por ellos”

SSC Francisco Magaña. (Adrián Contreras)

A 29 años de servicio en el equipo de Comunicación Social en la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México (SSC), Francisco Espinosa Magaña, ha visto pasar a decenas de generaciones de reporteros de la fuente policiaca, de los cuales, a pesar de su experiencia, cree que su convivencia con los profesionales de la información es una “universidad en la vida”, en la que la información generada por dependencias gubernamentales no debe de ser restringida, o crear un conflicto con los medios; por el contrario, piensa que su labor debe de enfocarse en cuidar y proteger a los periodistas, con los datos exactos y verídicos para que se difundan con inmediatez a la población.

Todos los fines de semana, Francisco llega antes de las 9:00 horas a la sala de prensa ubicada en la planta baja de la sede de la SSC, en la calle Liverpool, de la colonia Juárez. Ahí, siempre amable, espera a los reporteros que siguen los accidentes, plantones, arrestos de criminales y bloqueos en la metrópoli que nunca descansa. Desde temprano, Espinosa tiene listo el equipo y la infraestructura para que los periodistas laboren cómodamente, en una institución que les abre las puertas de la información.

“Para mí esto ha sido una escuela, en la que he aprendido cada día más, espero dejar en el futuro una buena imagen en la institución. Lo que más me gusta de mi trabajo son las relaciones públicas, eso ha sido en todos mis trabajos; tengo la facilidad de ser comunicativo, amable, amiguero con todos y eso me ha abierto las puertas, aunque tengas cosas encima fuertes, tratar de solventarlas para dejar bien a la institución, tu imagen y al secretario (Pablo Vázquez), que es nuestra cabeza y que todo funcione”.

“Cuando tengo información importante, trato de dárselas a los reporteros de inmediato. Un compañero que era reportero, Abel Martínez, que ahora trabaja con nosotros, me dijo: ‘ me acuerdo que cuando era reportero, me decías cuál boletín era el bueno, siempre te agradecí porque te preocupabas porque la información de aquí fuera de las primeras que saliera, siempre nos atendías”.

Siempre cortés con los altos mandos en la policía capitalina, así como con los jefes de prensa que han rotado en los 29 años, Francisco Espinosa ha vivido la transformación de la policía capitalina, desde el uso de fax y el envío en papel de las tarjetas informativas, boletines y fotografías, hasta ser un área en la que la tecnología los ha colocado como una de las dependencias con mayor eficacia en la divulgación de hechos relevantes.

“Con todos los mandos siempre ha sido un trabajo cordial, en todas las gestiones. Tratamos de poner empeño a todo lo que hacemos, que la información sea eficiente y que la gente que trabaje aquí se sienta agusto. A lo largo de mi vida y en los 29 años, los distintos jefes han estado bien conmigo y me reconocen mi trabajo”.

“De todos los reporteros aprendes algo nuevo, hay que saber llevar el carácter de todos, porque no todos son iguales. Lo más importante es la capacitación, aprender de ustedes (reporteros) porque son mis maestros, porque son la mejor universidad que he tenido. Me he llevado algo de todos los reporteros, cada quien trae una escuela, la capacitación nunca se acaba”.

“Mis jefes, Alejandro Omaña y Brenda Mondragón, son personas muy capaces e inteligentes, que les gusta enviar información clara y objetiva”.

Previo a su participación en la policía capitalina, Francisco Espinosa Magaña se desempeñó en el área administrativa de una empresa carretera, en el ámbito de nómina, personal y producción. Posteriormente, obtuvo un espacio de trabajo en un corporativo automotriz, donde inició desde abajo con tareas como acomodo de vehículos; rápidamente, se capacitó en relaciones públicas y ventas y ascendió al puesto de reacondicionamiento de autos semi nuevos.

Después, saltó a Aeropuertos y Servicios Auxiliares, donde tuvo la oportunidad de desempeñarse en el área de video en Comunicación Social, en eventos con funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, labor que finalizó con la privatización de aeropuertos en el mandato de Ernesto Zedillo.

“Me quedé un tiempo fuera y después entré a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, a la que estoy muy agradecido, porque he podido superarme y salir adelante. Mis jefes desde 1996 a la fecha, han valorado mi trabajo y mi responsabilidad”.

En casi tres décadas de trabajo, Francisco ha vivido momentos buenos y malos en su vida personal, así como fenómenos naturales y eventos que azotaron a la Ciudad de México y que provocaron grandes desastres, sin embargo, eso no ha sido pretexto para abandonar su labor, ya que su misión por colocar a la SSC y sus espacios de trabajo como un referente en la administración pública, es más fuerte que cualquier imprevisto.

“Me han tocado varios temblores, en el 2017 venía en camino y cuando llegué la directora me dijo: ‘¿A qué viniste?’ y le contesté: ‘a cerrar el área’. Me comentó que no tenía que venir, pero era mi responsabilidad. Por el miedo, todas las personas corrieron a su casa y dejaron abierto. Cuando me fui, en la avenida Insurgentes, vi una procesión que de un lado a otro, que parecía fúnebre, la gente callada, como un velorio, algo impresionante”.

A pesar de que en los próximos llegará su tiempo de jubilarse, para Francisco eso no significa que iniciará una inactividad laboral, por el contrario, tiene la visión de reingresar a otra área gubernamental en el área de Comunicación Social.

“Soy de las personas que me gusta estar con ustedes y convivir. Aquí no me falta nada, todo lo que he necesitado, mis ideas son tomadas en cuenta”.

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