
El Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro es una de las obras más emblemáticas de la Ciudad de México, fue un proyecto impulsado durante el gobierno de uno de los presidentes más criticados en la historia de México, Gustavo Díaz Ordaz, como una respuesta urgente al crecimiento urbano y demográfico del entonces Distrito Federal; su primera Línea, la L1, “la línea rosa”, fue construida en sólo dos años y tres meses. Más de medio siglo después, esa misma línea se encuentra en un proceso de renovación que avanza con lentitud y polémica.
El 4 de septiembre de 1969 la Ciudad de México celebraba un logro sin precedentes, la inauguración de la Línea 1 del Metro, contemplaba sólo 16 estaciones que recorrían 12.6 kilómetros de Zaragoza a Chapultepec, un sistema moderno que prometía transformar la movilidad de la capital. Fue la primera línea del Metro en México y la segunda en América Latina, solo detrás del Subte de Buenos Aires inaugurado en 1913.
Mientras en los años sesenta se logró construir de cero una línea en tiempo récord, hoy la rehabilitación de ese mismo tramo (con 4 estaciones más) lleva más de tres años y aún no concluye. De a cuerdo con la jefa de Gobierno, Clara Brugada, finalmente será inaugurada totalmente a mediados de noviembre.
Los trabajos de la rehabilitación iniciaron en julio de 2022, bajo la administración de la entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, con el fin de mejorar el servicio a los usuarios —hacerla más rápida y segura—, modernizando las vías, trenes y sistemas eléctricos. Pero se han enfrentado algunos desafíos que provocaron retrasos, afectando a usuarios y generando cuestionamientos sobre la planeación.
La construcción de la línea rosa empezó el 19 de junio de 1967, el proyecto se ejecutó con maquinaria pesada, obreros que trabajaban día y noche y una visión de modernidad; fue diseñado por el ingeniero Bernardo Quintana y el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quienes se inspiraron en los sistemas de transporte de ciudades como París y Londres. Las excavaciones, la instalación de las vías y la construcción de túneles y estaciones tomaron 27 meses de trabajo antes de su inauguración.
Costo inicial 1.20 pesos
La mañana del 4 de septiembre de 1969, Díaz Ordaz se presentó en la plaza de los Insurgentes para dirigir la ceremonia de inauguración. Fue hasta el día siguiente que los torniquetes del Metro se abrieron al público; ése día se registraron más de medio millón de usuarios, en ese entonces el costo del boleto —que desapareció en abril 2024— era de sólo 1.20 pesos.
En 2022, la renovación ocurre en un contexto distinto con retos estructurales y operativos muy distintos a los de los 60’s, con 20 estaciones, 18.8 kilómetros de longitud, infraestructura vieja, fallas y accidentes que han puesto a prueba su seguridad; así como presupuestos limitados, una demanda diaria de millones de pasajeros que no pueden prescindir del servicio y un costo de entrada de 5 pesos, que se ha mantenido desde diciembre del 2013.

Durante el periodo de la rehabilitación se han hecho tres aperturas de distintos tramos; lamentablemente, a pesar de que las estaciones ya están renovadas, se han reportado retrasos en el servicio y también problemas de filtración de agua, lo que demerita los trabajos realizados.
La L1 fue el inicio de un Sistema de Transporte vital para la capital que hoy cuenta con 12 Líneas, 195 estaciones y 226.55 kilómetros de extensión. Sus trenes, pasillos y andenes son un punto de encuentro para más de 4 millones de usuarios diarios.
Además de su función como transporte, el sistema alberga una vasta expresión cultural, con murales, exposiciones y los iconos gráficos que identifican cada estación y se ha consolidado como el medio de transporte más rápido, accesible y uno de los más económicos de la capital.