
Si bien el presidente de Estados Unidos no puede modificar formalmente el nombre sin la aprobación del Congreso, el plan de Donald Trump estriba en autorizar al Pentágono el empleo de “títulos secundarios” a fin de que el departamento pueda hacer uso de su nombre original.
La intención de Trump fue dada a conocer por un funcionario de la Casa Blanca, quien pidió permanecer bajo el anonimato previo a que la noticia se difundiera públicamente.
Es pertinente recordar que el Departamento de Defensa se llama así a raíz de un renombramiento que ya había recibido esta entidad por ley en 1947, años después del término de la Segunda Guerra Mundial. Volver a la denominación de Departamento de Guerra constituiría un retorno al nombre con que se fundó originalmente en 1789, año en que entró en vigor la carta magna de Estados Unidos.