
Israel comenzó este martes su anunciada ofensiva terrestre sobre la capital de la devastada Franja de Gaza, el mismo día en que la ONU declaró que el Estado hebreo está cometiendo un genocidio contra los palestinos.
“Gaza arde”, escribió en la red social X el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, a primera hora de este martes tras una escalada de los bombardeos del Ejército a lo largo de la noche contra la capital, donde aun quedan cientos de miles de civiles.
Por su parte, el vocero del Ejército israelí, Effie Defrin, dijo que la destrucción de lo que queda en pie de la ciudad (donde antes de la guerra vivían 1.2 millones de palestinos) es para abatir a entre 2,000 y 3,000 milicianos de Hamás, y advierte que la campaña será larga, prolongando así la agonía de la población, aterrorizada por las bombas y bajo situación de hambruna.
“Calculamos que tomar el control de la ciudad y de sus centros de gravedad llevará varios meses; y varios meses más hasta que quede completamente destruida, o incluso más”, afirmó en una rueda de prensa virtual.
Los ataques recrudecidos durante la noche combinaron bombardeos aéreos con misiles y drones y ataques de artillería, así como de disparos desde helicópteros, mientras que el cielo de la capital gazatí se iluminó en numerosas ocasiones con bengalas del Ejército que llamaban a la evacuación de la ciudad.
El endurecimiento de los ataques afectó al campamento de refugiados de Shati, los de Tal al Hawa, Al Daraj, Al Maghribi o Al Sabra, Sheikh Radwan y en Al Karama.
75 mil personas sin hogar
Según los cálculos de Defensa Civil de la Franja de Gaza, alrededor de 75.000 personas se han quedado sin hogar en la capital desde que el Ejército israelí intensificó hace diez días sus ataques.
Además, Defensa Civil calcula que 150,000 personas han tenido que huir hacia el sur del enclave desde que Israel aprobó su plan para tomar la ciudad.