
Una escaramuza entre las tropas israelíes y supuestamente una unidad de la Policía del Gobierno de Hamás en Rafah, en la frontera de Gaza con Egipto, de la que tanto la organización islamista como su brazo armado se desvinculan, desencadenó una ola de bombardeos del Ejército israelí en Gaza que hacen temblar el alto el fuego vigente.
Según la versión del Ejército israelí, a primera hora milicianos presuntamente de Hamás han abierto fuego y disparado un misil antitanque contra las tropas de Israel apostadas en Rafah, zona que aún permanece bajo control militar israelí.
Según la versión de Hamás, la Fuerza Radea, una unidad de la Policía del Gobierno de Hamás en Gaza dependiente de su Ministerio de Interior, aseguró haber llevado a cabo una operación en Rafah para dar caza a Yasser Abu Shabab, el conocido líder de una milicia opositora que colabora con Israel y se asienta en esta zona con su beneplácito.
Fruto de los choques, se registró la explosión de una excavadora israelí en Rafah, causando un número indeterminado de heridos.
En respuesta, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ordenó bombardear “enérgicamente infraestructuras terroristas” en Gaza, matando a al menos 20 palestinos, entre ellos niños, en diferentes zonas de la destruida Franja de Gaza.
Seis de los fallecidos se produjeron en un ataque a las puertas de un café en Deir al Balah (centro); tres en un ataque en Nuseirat (centro) a un edificio que estaba siendo usado como base de la Policía gazatí; otros seis en ataques aéreos en Yabalia (norte); un ataque a tiendas de desplazados en la zona costera de Al Mawasi, matando a una mujer y dos niños, y un ataque en una casa de Zawaida (centro), utilizado por Palestinian Media Production, que trabaja para la cadena qatarí Al Jazeera a cargo de las retransmisiones en directo, matando a Ahmed Abu Mteir, ingeniero de directos, y Ammar Al Zaaneen, hijo del periodista Mohammed Al Zaaneen.
“A los soldados se les permite defenderse”
Tras la nueva matanza israelí el gobierno trató de justificarla, alegando legítima defensa.
“Actualmente estamos en un alto el fuego, pero a los soldados se les permite protegerse”, ha aclarado en una sesión informativa con la prensa la portavoz del Gobierno israelí Shosh Bedrosian, reafirmando que la tregua sigue vigente a pesar de los bombardeos contra el enclave.
Hamás se desvincula
Tanto Hamás, como rama política, como las Brigadas Al Qasam, el brazo militar, han rechazado haber tomado parte de la escaramuza de Rafah.
“No tenemos ninguna conexión en ningún acontecimiento que tenga lugar en Rafah y no podemos conectarnos con ninguno de nuestros muyahidines para saber si alguno de ellos sigue con vida”, recoge un comunicado de Al Qasam, en el que alegan que el grupo perdió el contacto con sus milicianos en Rafah el pasado marzo.
Al igual que Al Qasam, pero en un comunicado distinto, Hamás aseguró mantener su compromiso con el alto el fuego en Gaza.
En medio de la escalada de violencia en Gaza, Al Qasam anunció el hallazgo de otro cadáver de un rehén, para asegurar que lo devolverá a la Cruz Roja, y ésta, a Israel, “si las condiciones del terreno lo permiten”.