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49 días después de la derrota del presidente en el mayor feudo electoral argentino la historia se ha invertido, ¿qué ha pasado?

Claves sobre la gran victoria de Milei y el regreso al desierto del peronismo

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Argentina El presidente Milei celebra la noche del domingo su contundente triunfo en las elecciones legislativas (JUAN IGNACIO RONCORONI)

En apenas siete semanas, el presidente de Argentina, Javier Milei, ha pasado de sufrir una dura derrota en las elecciones en la provincia de Buenos Aires -con una gran victoria del peronismo izquierdista de la mano del gobernador Axel Kicillof- a lograr un contundente e inesperado triunfo en las elecciones legislativas de este domingo 26 de octubre, celebradas en toda la nación y que le permitirá al líder ultraderechista los diputados necesarios para sacar adelante en el Congreso su programa ultraliberal de duros recortes.

¿Qué ha pasado para que en tan poco tiempo Milei, que parecía acorralado por los audio sobre el escándalo de corrupción de su hermana Karina, y que se vio forzado a pedir un humillante rescate financiero a su aliado, el presidente estadounidense Donald Trump, haya revertido totalmente la situación?

Básicamente, tres factores han sido claves:

El peronismo creyó morir de éxito:

En las elecciones provinciales del 7 de septiembre de 2025, la izquierda peronista (bajo el nombre Fuerza Patria) ganó en la provincia de Buenos Aires por una diferencia de 13.5 puntos porcentuales sobre La Libertad Avanza.

Milei cometió el error de convertir esa elección provincial en un plebiscito sobre su gobierno, sin tener en cuenta que llegaba a las urnas con una popularidad que caía en picada, por el escándalos de las supuestas mordidas que cobraba su hermana, y por sus anuncios de recortes de fondos a discapacitados, jubilados, universitarios y sanidad pública.

El gran ganador de la noche en el mayor bastión electoral del país (40% de los votantes argentinos viven en la provincia que rodea la capital) no fue la expresidenta Cristina Fernández, sino el gobernador provincial, Axel Kicillof, quien proclamó esa noche que el castigo en las urnas a Milei y a su programa ultraliberal fue por su tremenda crueldad.

¿Qué pasó entonces para la dura derrota de este domingo? Que la joven y carismática estrella peronista creyó morir de éxito y se durmió en los laureles.

Kicillof ha tenido poca exposición mediática en la campaña legislativa y sobre todo no supo (o no se atrevió) a imponer un discurso peronista alejado de una vez por todas de la carga de dos décadas de kirchnerismo, primero con Néstor Kirchner, luego con su viuda Cristina Fernández, en arresto domiciliario por numerosos casos de corrupción y enriquecimiento ilícito de la expareja presidencial, y por último con Alberto Fernández, quien aceleró la crisis económica del país y está investigado por abusos y malos tratos contra su expareja.

El peronismo no logró ganar en las legislativas ni en su propio bastión, porque Kicillof no supo calibrar el tamaño de la impopularidad del kirchnerismo.

“El factor principal fue la voluntad mayoritaria de los argentinos de clausurar el capítulo kirchnerista de su historia”, dijo a EFE el consultor político Pablo Touzon, que consideró que “la victoria del peronismo en septiembre funcionó como una gran alerta nacional”.

Por su parte, Shila Vilker, directora de la consultora Trespuntozero, consideró que “no se puede subestimar la sensibilidad antikirchnerista en Argentina” y destacó la falta de propuestas concretas del peronismo: “Milei jugó solo. La agenda la dominó íntegramente el oficialismo y el peronismo se mantuvo quieto, viendo las cosas pasar, como si eso alcanzase”.

Trump apostó una vez más... y volvió a ganar

Otro elemento clave de la victoria de Milei fue el rescate de 20,000 millones de dólares aprobado por Trump, pero condicionado a que el partido del gobierno ganara las elecciones.

Esta entrega condicionada del dinero ha sido clave para que muchos argentinos votaran por La Libertad Avanza, conscientes de que una nueva derrota habría provocado un lunes de pánico, con el peso hundiéndose por minutos y la gente tratando de cambiarlo por dólares.

Por encima de la humillación de pedir un rescate y del programa radical del gobierno está el temor a que resurja el fantasma de un nuevo corralito, como el de 2001 que provocó un estallido social y casi lleva a la bancarrota al país.

De hecho, la victoria de Milei provocó un lunes de euforia, con la mayor subida de la historia de la Bolsa de Buenos Aires (22%) y la revalorización del peso.

La voluntad de “no volver atrás” primó por sobre las “evidentes falencias del Gobierno”, añadió Touzón, que sentenció: “A Milei lo salvó Trump y el pueblo argentino. Lo salvaron de sí mismo”.

Premio por frenar la inflación

Las encuestas, que vaticinaban un empate técnico entre las dos principales fuerzas, no leyeron que había un voto oculto que premió el mayor logro en dos años de gobierno de Milei: el control de la inflación, el fantasma que más temen los argentinos.

“La estabilización de la economía y el descenso de la inflación resultaron más importantes para los votantes que los escándalos de corrupción y los errores del Gobierno”, explicó Eduardo Fidanza, sociólogo y director de la consultora Poliarquía.

El vigente proceso inflacionario se inició durante el segundo mandato de Cristina Fernández (2007-2015), alcanzó el 211.4% anual en 2023 sobre el final de la presidencia del también peronista Alberto Fernández (2019-2023) y comenzó a desacelerarse a mediados de 2024 hasta alcanzar en septiembre pasado un 31.8% interanual.

“El control de la inflación le gana al desempleo, a la recesión y a la pérdida de poder adquisitivo”, dijo Vilker, quien resaltó que la inflación tiene “un impacto psíquico en la cultura argentina” que no se termina de dimensionar (con información de EFE y La Nación).

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