
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se rinde ante la evidencia y dejará de considerar el uso de medicinas adelgazantes como una cuestión estética, para considerar el combate contra la obesidad como una cuestión de emergencia global sanitaria, ya que, sólo el año pasado mató a 3.7 millones de personas. Este lunes, emitió una recomendación en favor del uso de tres medicamentos análogos del GLP-1, concebidos originalmente para tratar la diabetes tipo 2, en pacientes con obesidad, una enfermedad que afecta a 1,000 millones de personas, cifra que podría duplicarse en apenas cinco años.
“Nuestras nuevas directrices reconocen que la obesidad es una enfermedad crónica que puede tratarse con atención integral y de por vida”, declaró Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, en la rueda de prensa de presentación. “Si bien los medicamentos por sí solos no resolverán esta crisis sanitaria mundial, las terapias con GLP-1 pueden ayudar a millones de personas a superar la obesidad y reducir sus efectos adversos”, agregó.
Reconocimiento a la “revolución Ozempic”
Se trata de tres medicamentos —semaglutida (componente activo del popular Ozempic), liraglutida y tirzepatida (componente activo del también popular Mounjaro)— que imitan hormonas intestinales y que tienen el efecto de reducir el apetito, retardar el vaciado gástrico y mejorar la regulación de la glucosa.
De esta manera la agencia de la ONU incluye en su lista modelo de medicamentos esenciales (hay 532 en la actualidad) que considera imprescindibles para crear un sistema de salud básico y universal. Marca así una posición oficial que sirve para ayudar a los sistemas de salud a orientar sus políticas públicas, empujándolos a mejorar el acceso a estas medicinas. La OMS reclama que se garantice que estos tratamientos “sean universalmente accesibles” y también “asequibles”.
“Crisis sanitaria mundial”
La OMS ha catalogado a la obesidad como “pandemia”, un problema global de salud asociado a 3.7 millones de muertes ocurridas en 2024, mientras que el costo que genera es exorbitante: serán 3,000 millones de dólares en 2030.
La obesidad, además, también es un factor de enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer, y contribuye a empeorar los resultados de los pacientes con enfermedades infecciosas.
Uso polémico
Su uso para ayudar a la gente a perder peso ha sido polémico. Entre las razones está que su uso masivo para adelgazar provocó escasez de estos productos para los pacientes diabéticos, al tiempo que surgió un debate ético sobre su utilización con fines estéticos y su elevado precio para los sistemas sanitarios nacionales.
Acceso sólo al 10% de la población rica
La OMS enfatizó que esta recomendación “es condicional” debido a la escasez de datos sobre su eficacia y seguridad a largo plazo, sus costes actuales, la preparación inadecuada del sistema sanitario y las posibles implicaciones en materia de equidad.
Incluso con una rápida expansión de la producción, se prevé que las terapias con GLP-1 lleguen a menos del 10% de las personas que podrían beneficiarse de ellas en 2030.
Acceso sólo al 10% de la población rica
La OMS enfatizó que esta recomendación “es condicional” debido a la escasez de datos sobre su eficacia y seguridad a largo plazo, sus costes actuales, la preparación inadecuada del sistema sanitario y las posibles implicaciones en materia de equidad.
Incluso con una rápida expansión de la producción, se prevé que las terapias con GLP-1 lleguen a menos del 10% de las personas que podrían beneficiarse de ellas en 2030; esto es debido a que son los mercados con más poder adquisitivo los que están acaparando los medicamentos adelgazantes..
Sólo el mercado estadounidense acaparó entre el 65 y el 71% de los fármacos GLP-1 en 2024, lo que ha ocasionado que en tres años, el porcentaje de estadounidenses con un IMC superior a 30 alcanzó un máximo del 39.9% en 2022 y ha caído ahora al 37%, según datos de Gallup.
Doble crisis en México
México y Estados Unidos son los países del hemisferio occidental con más incidencia, tanto en obesidad como en diabetes.
En obesidad, el ranking lo lidera Estados Unidos, con 110 millones (41.6%); seguido por México, con 30 millones (41%); Chile, con 7 millones (39.7%) y Argentina, con 12 millones (39%).
En diabetes, la mayor incidencia continental se da en México, con 14.1 millones de personas (16.9%); seguido de Estados Unidos, con 32.2 millones (10.7%); Chile, con 2.1 millones (9.3%) y Brasil, con 14.1 millones (8.8%).