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Douglas DePodesta ha creado un escuadrón especial para frenar las redes mexicanas: “Están matando a un estadounidense cada siete minutos”

Nuevo jefe del FBI en Chicago coloca a fentanilo mexicano en el centro de su estrategia operativa

Guerra contra el fentanilo Como parte de su ofensiva, Douglas DePodesta ha conformado un nuevo escuadrón de 12 agentes enfocado exclusivamente en operaciones contra el tráfico de fentanilo y sus precursores químicos (Eileen T. Meslar/Chicago Tribune)

En medio de un renovado impulso de la administración Trump para endurecer el combate al narcotráfico, el nuevo jefe de la oficina del FBI en Chicago, Douglas DePodesta, ha colocado al fentanilo mexicano en el centro de su estrategia operativa. “Está matando a un estadounidense cada siete minutos”, advirtió DePodesta en entrevista exclusiva con el Chicago Tribune.

Su afirmación no es retórica: el tráfico de opioides sintéticos, especialmente procedentes de México y con precursores de origen chino, se ha convertido en una amenaza directa a la salud pública estadounidense.

DePodesta no es ajeno a esta realidad. En sus primeros años como agente, a inicios de los 2000, trabajó en unidades centradas en desmantelar redes de cárteles colombianos y mexicanos. Hoy, más de dos décadas después, ha regresado a Chicago —donde ya había trabajado durante 14 años— para encabezar un frente más sofisticado contra lo que califica como una nueva generación de capos y redes transnacionales.

Como parte de esa ofensiva, ha conformado un nuevo escuadrón de 12 agentes enfocado exclusivamente en operaciones contra el tráfico de fentanilo y sus precursores químicos, una labor que, asegura, requiere cooperación internacional.

“Trabajamos con socios en México, pero también en Asia, porque mucho del químico viene de China. El problema no es solo el cártel: es la cadena completa”, sostuvo. Esta perspectiva amplía la visión tradicional del narcotráfico, apuntando a cadenas de suministro globalizadas, pero con epicentros operativos en territorio mexicano.

México, actor clave en la red transnacional

Aunque DePodesta evitó mencionar cárteles específicos, el FBI ha documentado ampliamente la responsabilidad de grupos como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación en la fabricación y exportación del fentanilo hacia ciudades estadounidenses como Chicago.

“Se trata de organizaciones que ya no solo mueven droga: dominan la infraestructura de producción y logística química”, señala un informe interno del FBI de 2024.

Según datos de la DEA y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, más del 90% del fentanilo incautado en la frontera con México proviene de redes vinculadas a dichos grupos. Chicago —por su conectividad ferroviaria, vial y su ubicación estratégica— se mantiene como uno de los principales centros de distribución nacional, una posición que el mismo DePodesta reconoce como crítica.

Además del combate a los cárteles, DePodesta confirmó que el FBI en Chicago colabora estrechamente con ICE y el Departamento de Seguridad Nacional para ejecutar órdenes de arresto contra inmigrantes con antecedentes penales graves, como homicidio o violación. Según detalló, se trata de un “esfuerzo sostenido” en lugar de una redada masiva, en el que agentes del FBI han sido incorporados directamente a patrullajes y operativos de campo.

“Muchos de esos individuos tienen conexiones directas con redes delictivas trasnacionales. No es solo un tema migratorio, es seguridad pública”, dijo el jefe del FBI, alineándose con las nuevas prioridades de la administración Trump en temas de seguridad interior.

La guerra contra el fentanilo continúa

Con más de 1,100 empleados bajo su cargo, DePodesta considera que el FBI en Chicago tiene la capacidad de operar en varios frentes a la vez. Sin embargo, la prioridad nacional —y regional— está clara: interrumpir las redes del fentanilo antes de que lleguen a las calles.

Y eso, hoy más que nunca, pasa por México. DePodesta lo sabe y lo deja claro: “No se trata solo de arrestar a los que venden pastillas en la esquina. Es desmantelar el sistema que produce muerte a escala industrial”.

El nuevo jefe del FBI tiene tres años antes de su retiro obligatorio. En ese tiempo, buscará dejar su marca en la lucha contra el tráfico de drogas más letal del siglo XXI. Y el campo de batalla, como ya lo fue hace 20 años, vuelve a incluir a México.

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