
En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM se está gestando un proyecto que puede optimizar el proceso de búsqueda de menores desaparecidos: se trata de Regresa, una iniciativa nacida desde la academia dirigido y financiado por la doctora Ana Juárez Martín, donde se conjuga la antropología física y social, el estudio del rostro humano y la aplicación de inteligencia artificial.
El objetivo es generar una versión fidedigna de cómo se vería hoy una persona desaparecida hace años para que Regresa contribuya en la búsqueda. Esto representa solventar, al menos parcialmente, un vacío en sistemas de identificación de la población mexicana, algo que la doctora Juárez detectó al inicio de las investigaciones que derivaron en el proyecto.
Algo destacable de Regresa es que ha tenido continuidad gracias al compromiso de 7 jóvenes estudiantes, pasantes y egresados de la carrera de Antropología, que invierten su tiempo, conocimientos y recursos en desarrollar este sistema en el que tienen esperanzas y por el que han creado un lazo importante de amistad.

Su trabajo está marcado por el voluntariado, en un principio, dos integrantes recibieron el incentivo de Jóvenes Construyendo el Futuro, sin embargo, por problemas burocráticos, este les fue retirado a los pocos meses, así que la única gratificación que reciben son los productos académicos que pueden generar a partir de sus actividades en Regresa.
Con o sin paga, dice Juárez, ellos son quienes han impulsado a que Regresa siga adelante. Sin embargo, los gastos de traslados, materiales y equipo de trabajo, comidas, viáticos y demás, son financiados por ellos y por la doctora por el interés en la ciencia, la investigación y por el compromiso con el proyecto.
Lo que incentiva a estos jóvenes es la vocación académica y la oportunidad de poder regresar un poco a la sociedad por lo que han recibido a través de la universidad gratuita, aunado a que buscan generar alguna contribución positiva aterrizando el mundo de la academia a las problemáticas que enfrenta a diario la sociedad.
Particularmente, una de ellas menciona que, en su comunidad, han existido casos de menores desaparecidos y este proyecto le da la oportunidad de aportar un granito de arena para solucionar esta grave problemática.
Tecnología al servicio de la búsqueda de personas
A finales del 2022 en el marco de una convocatoria para promover las capacidades digitales en el país, en una alianza de la UNAM con Huawei, para la aplicación de la IA para la atención de problemas sociales de población vulnerable, Juárez Martín decidió dar desarrollo a esta iniciativa que además coincidió con un evento importante: la creación de la carrera de Antropología en la UNAM.
A diferencia de otras bases de datos o sistemas de progresión de edad, lo que identifica a Regresa es que tiene como base el primer banco de imágenes en progresión de edad en población mexicana culturalmente situado, reunido por el equipo de la Doctora, que tiene la finalidad de dar cuenta de cómo es el crecimiento de los segmentos faciales desde el nacimiento hasta los 21 años que es cuando ocurre el cese del crecimiento.

A partir de esta base de datos se entrenará un algoritmo que, con apoyo de la IA, podrá generar progresiones de edad de forma automatizada, sobre todo en menores desaparecidos teniendo en cuenta el rápido cambio que ocurre en el rostro durante el crecimiento de los infantes o en personas desaparecidas que no son localizadas por largos periodos de tiempo.
Respecto a los recursos que son necesarios para que el proyecto avance a una etapa donde pueda ser funcional para las familias buscadoras, la Doctora Ana comenta que el apoyo económico gubernamental que requieren es muy bajo en comparación con la dimensión de la crisis de personas desaparecidas en México.
La utilización de estos recursos, llegados finalmente este fin de semana cuando Regresa fue seleccionado para recibir apoyo económico oficial por parte de la Secretaría de de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, destinado a realizar trabajos de campo con el fin de nutrir su base de datos, acercarse a las familias de desaparecidos, a cubrir gastos de manutención de los jóvenes voluntarios para que no abandonen el proyecto por cuestiones económicas y puedan seguir desarrollándose en el ámbito científico, y para un desarrollador de software que sea amigable para el usuario.
“Todo es autogestivo, muchos recursos los he puesto yo de mi bolsa. En mi forma de pensar, el no contar con recursos institucionales, no justifica detener algo que se necesita, si nosotros tuviéramos apoyo, el alcance que esto podría tener sería mucho mayor”, señaló la especialista en antropología.

Aunque el equipo desarrollador ha enfrentado dificultades y han pensado en dar marcha atrás, el compromiso que sienten con la sociedad y con las familias buscadoras que se han acercado a ellos para conocer su propuesta los impulsa a continuar desarrollando esta herramienta.
Destaca, además, la ética universitaria con la que defienden Regresa, ya que a pesar de haber recibido algunas propuestas para venderlo, no piensan hacerlo, ya que lo visualizan como un servicio que sea gratuito para las familias de desaparecidos.
El banco de datos construido hasta ahora, les permite comenzar con el entrenamiento del algoritmo, la siguiente fase del proyecto sería trasladar el instrumento con las familias buscadoras y comenzar con el ejercicio de la progresión para observar cómo se comporta el algoritmo en contexto de casos reales, la evaluación del propio instrumento, y la vinculación con colectivos de búsqueda para que puedan comenzar a difundirlo.