CDMX — En el escenario de la pacificación del país, con unidades de militares del Ejército mexicano y de la naciente fuerza de seguridad pública Pakal, el Cártel Chamula se consolida en Chiapas como el grupo regional dominante. Esto lo saben los consumidores de cristal, una metanfeta “barata” y fácil de conseguir en las populares colonias de las orillas de Tuxtla Gutiérrez.
El Cártel de los Chamulas (nombre que se debe al surgimiento y asentamiento de los narcotraficantes de San Juan Chamula y no al pueblo indígena en sí), está en boca todos en este estado. Habitantes, comerciantes, usuarios de drogas y los taxistas, que tienen el pulso de lo que se vive en las calles, revelan cómo este grupo del narcotráfico dispersa su negocio, principalmente el cristal.
En San Cristóbal de las Casas, una mujer, bióloga de profesión, cuenta que los chamulas derribaron a machetazos a los rivales. “Están fuertes. Hay acciones que han revertido el escenario, pero los chamulas están fuertes”, comenta.
Fuerza Pakal
“Hoy queremos informar que en homicidio doloso hay saldo blanco en 17 días en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez. La capital del estado no ha tenido homicidios vinculados con actividades de la delincuencia organizada”, es el reporte que dio el fiscal estatal Jorge Luis Llaven Abarca, el viernes, durante la reunión de la mesa de seguridad en la que se presentaron Los mapas de calor (es el mapeo delictivo de la entidad).
Llaven Abarca dice a Crónica que este saldo blanco se debe en parte a la “dignificación de la policía”, con mejores sueldos y prestaciones. El fiscal Llaven Abarca reconoce, sin nunca mencionar a Los Chamulas, que lograr la seguridad pública en el estado es una tarea compleja. En la sierra se impuso la necesidad de irrumpir en la llamada organización El Maíz, misma que está conformada por pobladores obligados a encargarse de retenes que impiden el paso de las fuerzas policiales. Así de complejo es el tema.
A ocho meses de la llegada de que Eduardo Ramírez asumiera el gobierno chiapaneco, la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP), unidad élite de seguridad, tiene 700 elementos, con un salario base de hasta 40 mil pesos mensuales. Los mandos superiores ganan 80 mil pesos.
“Sí hay un cambio para la vida diaria de los chiapanecos. Ya se puede transitar por las carreteras, porque hasta antes de que llegara Eduardo Ramírez al gobierno, los comerciantes que nos desplazamos de un municipio a otro no podíamos venir a Chiapa de Corzo, no podíamos abrir nuestros negocios”, indica
una vendedora de café, vino y ‘poxo’, bebida destilada del maíz.
Pero menciona que el gobierno tiene aún el reto de que Los Chamulas “le paren”.
Rodolfo, por su parte, tiene clientes que lo buscan para que los lleve en su taxio a las orillas de Tuxtla, en las colonias populares, donde no hace ni un año el crimen oganizado despachó con armas de alto poder a nueve jóvenes que vendedores.
“Ya está controlado. Se dice que los mataron los del Cártel Jalisco Nueva Generación; se pelean territorio”, señala con seguridad. “No podemos negar que hay intenciones del gobierno, pero en esas colonias está pesado. Nosotros entramos porque nos piden servicio”.
Adicción en el sur profundo
Jesús (nombre ficticio para resguardar su identidad), está en un centro de rehabilitación oficial, ubicado en el municipio de Berriozábal. Descansa mirando a la piscina (en la foto que acompaña estas líneas) y señala a Crónica que está a unos días de dejar este lugar donde encontró la liberación de las adicciones.
Relata lo que vivió previamente: compró con los 30 gramos de cristal a Los Chamulas en San Cristóbal y formó una línea blanca que midió 52 centímetros. Su objetivo era aspirar lo más que pudiera y suicidarse así, quería dejar de sufrir su adicción. No llegó a la muerte, sino a juicio por posesión de droga y a una audiencia inicial en la que el juez dijo “aún viene drogado” y ordenó que se le tratara la dependencia.
Con el acompañamiento de su papá, que primero lo internó en un cruel anexo donde se gestó la idea del suicidiofinalmente, conoció el Centro para la Prevención y Tratamiento en Adicciones (Centra), lugar que se mantiene del presupuesto estatal y, con coadyuvancia de la Fiscalía del estado, se mantiene alineado a las acciones integrales de la pacificación en Chiapas.
“Llegué aquí luego de que pasé 148 horas en la cárcel por posesión. En Centra me he rehabilitado, con todos los especialistas, las actividades, el gimnasio, todo. Saldré de aquí en este mes”.
Jesús es un treinteañero avejentado, otro de los estragos que produce el fuerte consumo del cristal chamula. Hace tiempo le fue colocada una placa metálica en la cabeza, esto luego de “volar 42 metros sobre las casas;
salí bien drogado de la prepa en mi moto. Tengo problemas de movilidad en una mano. Pero no entendí y seguí consumiendo junto con mi novia. Ella perdió un hijo, y sé que anda por ahí en las calles, descalza, adicta”.
–¿La buscarás al salir de aquí?
–No lo había pensado, pero sí la buscaré para que la atiendan...
