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Las cifras aportadas por la SEBIEN con respecto a la cantidad de personas en situación de calle en la CDMX son inverosímiles. Pese a que el eje metodológico conlleva el levantamiento de datos directamente en campo, la realidad parece otra

Se esfuman 5 mil personas en situación de calle de las cifras oficiales

Población callejera CDMX (Iván Guevara Ramírez/Iván Guevara Ramírez)

Más de 5 mil personas en situación de calle se desvanecieron de las cifras oficiales de la Ciudad de México en cuatro años, un 84 por ciento del total que deambulaba por las calles y plazas capitalinas en 2017.

Al corte de 2024, el Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Bienestar e Igualdad Social, afirmó que existen sólo mil 124 indigentes, un dato consistente con lo censado por INEGI en 2020 (mil 226 personas), pero que contrasta con lo reportado por la misma dependencia en 2010, cuando reportó 7 mil 334 personas en esta condición.

Población callejera

En 2017, la entonces Secretaría de Desarrollo Social había señalado una reducción lenta de esta población callejera al informar la existencia de 6,754 indigentes en la ciudad. Esto indica que solo 580 personas dejaron las calles entre 2010 y 2017; pero, increíblemente, 5 mil 528 personas abandonaron las calles en los tres años siguientes, originando una caída estrepitosa (ver gráfica) de esta población justo al inicio de la 4T.

Población callejera (Iván Guevara Ramírez/Iván Guevara Ramírez)

Las personas en situación de calle son aquellas a las que muchos capitalinos se han acostumbrado a ver en el espacio público, que pernoctan y desempeñan sus actividades de vida diaria en la calle, que cubren sus necesidades básicas de manera precaria, con recursos obtenidos a través de diversas fuentes y actividades, y que convierten en su casa plazas, puentes, jardines, campamentos, instalaciones de transporte público, edificios abandonados, automóviles, banquetas o camellones, juegos infantiles en los parques, fuentes, entre otros.

A decir de la Secretaría del Bienestar, la cifra actual (los mil 124), fue establecida mediante el acercamiento y visitas en campo a la población callejera, a ojo; siendo ésta la metodología que, se supone, fue empleada por todas las dependencias que han levantado un censo de este tipo.

Población Callejera (Iván Guevara Ramírez/Iván Guevara Ramírez)

Los resultados del conteo oficial de 2024 aseveran que la ciudad ostenta al menos 100 puntos de “alta concentración”, es decir, con más de cinco personas en calle, y 346 puntos de “baja concentración” (donde hay menos de cinco personas), exhibiendo que las alcaldías con mayor presencia de personas en situación de calle son Cuauhtémoc, con 616 personas; Gustavo A. Madero, con 95; e Iztapalapa, con 88; mientras que adujo que en alcaldías como Coyoacán únicamente existen 28 personas en situación de calle y tan solo tres en todo el territorio de Milpa Alta.

Población callejera (Iván Guevara Ramírez/Iván Guevara Ramírez)
Población Callejera


A RAS DE CALLE

Al filo del las 10 am las calles y plazas del Centro Histórico registran someros movimientos a ras de calle, destacan las calles 16 de septiembre, Venustiano Carranza, Madero y 5 de mayo. Algunos solos y otros en grupo, pero todos parte de la población callejera de la Ciudad de México, inician su rutina tras haber pasado la noche sobre lechos improvisados que, al dilatarse el día, harán de bancas, diablitos y huacales.

Población Callejera (Iván Guevara Ramírez/Iván Guevara Ramírez)

Los sin techo emergen de entre mantas y cartones, se levantan y recogen sus pobres posesiones al interior de sacos, bolsas plásticas o morrales fruto de la maquinaria propagandística en tiempo de elecciones, acuden hambrientos a botes de basura para buscar los primeros alimentos del día, esto cuando no ha pasado en su letargo algún desinteresado que dejara pan en su regazo mientras aún dormían; las fuentes de la Alameda o la Plaza Tlaxcoaque reciben a varios de ellos para bañarles y asear sus ropas, aquellos con niños, porque los hay, les conminan a jugar mientras las bancas hacen de tendederos y las jardineras de asoleaderos.

Población Callejera (Iván Guevara Ramí/Iván Guevara Ramírez)

Algunos más, exhiben dolencias, lesiones o enfermedades que se expresan en la piel y en malformaciones, otros denotan adicciones, sobre todo aquellos que no han abandonado el sueño y son delatados por botellas vacías y estopas gastadas en torno de sí, existen también discapacitados y ancianos que reposan sobre sillas de ruedas o junto a muletas y distintos tipos de aparatos ortopédicos, a veces genuinos, a veces hechizos.

Población callejera (Iván Guevara Ramírez/Iván Guevara Ramírez)

Tras hacerse de algún breve alimento y acicalarse, parten hacia distintos puntos, los hay en atrios y portales de iglesias, piden limosnas, se les encuentra entre el tráfico, a la salida de metros, paraderos y mercados, algunos venden dulces que ofrecen en parques y accesos peatonales, para concentrarse finalmente en puntos cercanos al Ex Convento de San Diego, el Templo de San Hipólito, la Plaza Menor, a un costado de la Catedral Metropolitana, el cruce de Balderas con Av. Independencia, la plaza de Santa Veracruz, frente al Museo Franz Mayer o la Ciudadela y parques anexos, este último, sitio que se convierte, a media tarde, en refugio de al menos un grupo de “alta concentración” y de alrededor de dos personas más, es decir, de al menos ocho indigentes y eso solo por mencionar algunos lugares.

Población Callejera (Iván Guevara Ramíre/Iván Guevara Ramírez)

Es este el panorama general de la población callejera en la ciudad, demográfico que mantiene una presencia intermitente que se disipa a lo largo del día, pero que se aglomera durante las noches. Cuando un breve examen devela a una veintena de desamparados tan solo en las inmediaciones del Hemiciclo a Juárez, surge la duda de con qué nos encontraremos más adelante.

Población callejera


OCULTAMIENTO

Población callejera (Iván Guevara Ramírez/Iván Guevara Ramírez)

En las secciones A y K del artículo 11 de la Constitución Política de la Ciudad de México se aduce que a las personas que integran este demográfico se les debe considerar como un “grupo de atención prioritaria” toda vez que, dada la desigualdad estructural, enfrentan discriminación, exclusión, maltrato, abuso, violencia y mayores obstáculos para el pleno ejercicio de sus derechos y libertades fundamentales, de ahí que el documento extienda a las autoridades la obligación de proteger a las personas que habitan, viven y sobreviven en las calles, así como de adoptar las medidas necesarias para garantizar todos sus derechos e impedir cualquier acto de desplazamiento forzado e intento de reclusión o internamiento en instituciones o centros de rehabilitación en contra de su voluntad. Contrario a lo pregonado, en la Ciudad de México existe mobiliario urbano y adecuaciones a la vía pública conjuradas para dificultar el uso y la permanencia en las calles a las poblaciones callejeras, al tiempo que desalientan la vagancia y encausan el ocio de los transeúntes a espacios de consumo tales como plazas comerciales, restaurantes o cines, entre otros establecimientos. Tales sortilegios, propios de la ciudad neoliberal, aunque sea cuatrotera, desdoblan bardas bajas, jardineras o vanos de tiendas con pichos de metal donde la gente ya no se puede sentar; bancas “de diseño vanguardista”con asientos seccionados o muy cortos en los que sería imposible dormir; molduras, relieves y demás superficies incómodas en bajo puentes y camellones, toda una suerte de urbanismo táctico conjugado con tareas de despeje y embellecimiento de áreas “públicas” en las que se invita a los vagabundos a acudir a albergues, a ser invisibles.

Población Callejera

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