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En recuento realizado por Crónica, del 7 de julio al 15 de agosto, al menos siete maestros fueron asesinados o agredidos en el país. Colegios baleados, atacados con drones, obligados al cierre, desapariciones, amenazas: hallazgos de investigación del Cinvestav

Violencia directa a maestros y escuelas, avance territorial del crimen…

Inseguridad. Los ataques en escuelas han dejado una marca en la sociedad.

Era la misa dominical del pasado 17 de agosto, en la catedral de Puebla. “Recuerda señor a nuestros difuntos, te pedimos en especial por el maestro Leonel Herrerías Torres y por quienes han muerto víctimas de la violencia en México”, dijo con desazón el Arzobispo Víctor Sánchez.

El asesinato de Herrerías, de 30 años, cimbró a la sociedad poblana, no sólo por la vida truncada de un profesor reconocido a nivel local, sino por la saña: su cuerpo fue encontrado con múltiples lesiones al interior de su propia casa, en el municipio de Santiago Miahuatlán.

No es, por desgracia, caso aislado. En un recuento realizado por Crónica en el lapso de 40 días -del 7 de julio al 15 de agosto-, al menos siete maestros fueron agredidos o asesinados en el país. Historias trágicas ocurridas en Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y Baja California, aunque la entidad con mayor incidencia es Veracruz, con tres casos.

“Los ataques directos a profesores se dan porque los grupos criminales piensan que llevan información a contrarios, porque critican la inseguridad, tienen una imagen moral que les hace contrapeso o se quieren involucrar en la política sin alinearse a sus intereses. Ahí está el ejemplo del maestro de educación básica José Artemio López, en Chiapas, a quien mataron por levantar al pueblo y organizar una marcha por la paz, una especie de acicate”, apuntó en entrevista Alberto Colín Huizar, investigador del Cinvestav, quien ha concentrado su línea de estudio en el impacto de la violencia en sistema educativo y profesorado.

“Ya no es fácil para los maestros alzar la voz, organizar una protesta, tomar una caseta o cerrar las vías del tren, hay un riesgo, reciben amenazas. Si están bien organizados, se atreven, pero en Veracruz, por ejemplo, hay alrededor de 90 gremios pequeños, es imposible. Están apenas procesando lo que implica ser amenazados o el asesinato o desaparición de un alumno. La violencia directa a las escuelas y sus actores aumentará a medida que las organizaciones criminales ganen más control territorial”.

MAPA ROJO.

El 15 de agosto se reportó la desaparición del profesor jubilado Fernando Galván Rodríguez, en el municipio de Altotonga, Veracruz. Dos días después sus restos con impactos de bala fueron hallados en la cajuela de su auto, en una comunidad aledaña. Galván era considerado un promotor de la educación rural y voz crítica de las acciones gubernamentales frente al delito.

Es el último crimen registrado en este mapa funesto trazado por este diario. Antes, fue el homicidio ya referido de Herrerías, profesor de prescolar del Centro de Educación Indígena Nezahualcóyotl, en Zoquitlán. Y el del maestro Alberto Rojas, ejecutado el 4 de agosto: impartía clases en el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS) de Tezonapa, Veracruz.

En julio, se contabilizaron otros cuatro casos, tres homicidios: el más visible, el de la maestra jubilada Irma Hernández Cruz, secuestrada por un comando armado el 18 de julio en el municipio veracruzano de Álamo Temapache; horas después la profesora de 62 años, quien tenía un par de taxis, apareció en un video difundido en redes sociales; se encontraba atada de manos, arrodillada y rodeada por sicarios encapuchados. “Compañeros taxistas, con la mafia veracruzana no se juega, paguen su cuota como debe de ser con ellos, o van a terminar como yo”, se le escuchó decir. Su cadáver fue localizado el 24 de julio en un paraje cercano.

El 10 de julio murió también en condiciones violentas Xavier Damián Jiménez, de 47 años, profesor de bachillerato del Instituto Marista México, en Tijuana, Baja California. Estaba con un amigo veterinario dentro de su auto cuando un matón de 17 años se acercó y les disparó a ambos -al menos diez detonaciones-. Hasta ahora el móvil se desconoce.

El cuerpo de José Manuel López Juárez, de 37 años, profesor de la Universidad Tecnológica de Tlaxcala (UTT) y del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado (CECyTE), fue encontrado el 7 de julio en una barranca del Parque La Malinche. Había desaparecido el 4 de julio. “Su vocación educativa, calidad profesional y calidez humana dejaron huella imborrable en generaciones de estudiantes”, publicó la UTT.

Uno de sus alumnos ha sido señalado como partícipe de los hechos…

Aunque en mayor medida se ha acreditado la intervención del crimen organizado, también ha florecido la violencia al interior de las escuelas, en la relación maestro-alumno. Así ocurrió el 27 de julio, cuando se hizo viral un video en el cual un alumno golpeó en un salón de clases de la Universidad Politécnica de Tulancingo, Hidalgo, al profesor Ángel Ramírez Montreal.

Todos los casos aquí relatados son recientes y deberán ser esclarecidos. Cada cual con sus matices y sospechas, pero el hilo conductor es la violencia…

. El profesor Leonel Herrerías, de 30 años de edad, fue asesinado con arma blanca dentro de su vivienda en la colonia Villa Alegría, municipio de Santiago Miahuatlán.

ATAQUES DIRECTOS.

El académico Colín Huizar, del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav, se concentró en el tema. Eligió la Tierra Caliente, en Michoacán, como epicentro de su labor de campo: durante más de 4 años -de 2019 a 2023- platicó con maestros y directores a nivel prescolar, primaria y telesecundaria. Los acompañó en el aula, en sus trayectos a la escuela y actividades cotidianas.

“Nos encontramos con episodios de desplazamiento forzado, escuelas baleadas y no por casualidad, sino por ataques directos; también drones atacando escuelas, antes no pasaba, es atacar a la colectividad: quieres meter terror, ataca la escuela. Instalaciones cerradas, profesores agredidos, amenazados desaparecidos”, relató.

“En los últimos 10 años los grupos armados acercaron su accionar a la escuela, que antes parecía intocable. La escuela se volvió algo secundario, se perdió como proyecto de vida frente a una economía que produce dinero a través de la muerte, los chicos la ven como trámite burocrático y se ha debilitado el papel de los maestros como referentes morales”.

A la luz de su investigación, Tierra Caliente se convirtió en espejo de lo ocurrido en todo el país…

“Nos dimos cuenta que no sólo pasaba en Tierra Caliente, también en las zonas pegadas a Guerrero y Jalisco, la franja aguacatera y, desafortunadamente, en otras regiones del país. Comencé a trabajar después en Sonora y lo mismo. En el noreste domina un grupo que se llama Los Salazar, y la forma como ha ejercido control involucra las escuelas. A los dirigentes se les pide permiso para hacer cosas, recursos para proyectos. Los criminales suplen a las autoridades de gobierno, lo estamos viendo con el ex secretario de seguridad de Tabasco o en Veracruz. Son ellos quienes inyectan dinero en las escuelas, como lo han hecho los Chapitos en Sinaloa, donde invirtieron en computadoras y uniformes escolares”.

—¿Es distinto el impacto de la violencia a nivel prescolar o primaria en relación a secundaria o bachillerato? —se le preguntó.

—Con los niños, los maestros utilizan la escuela como espacio de reflexión, tratando de que olviden un rato lo que pasa afuera. A nivel secundaria y hacia arriba los retos son más complejos, porque hay mucho reclutamiento, forzado y voluntario. La violencia estructural ha dejado sin opciones a la juventud y los maestros intentan que la escuela sirva de contrapeso al crimen, con actividades como kermes, banda de guerra o torneos deportivos, buscan que el mercado ilegal ocupe menos tiempo en sus vidas.

—¿Hay algún protocolo oficial de cómo los maestros deben actuar ante la violencia?

—No, sólo hay formas de cuidado entre ellos. Pero un modelo para trabajar esos traumas y dolores, no. Los maestros están solos, no hay una guía que los oriente sobre qué hacer con un chico que vivió la ejecución de un familiar o amigo, que tiene a un ser querido preso. En Culiacán han desaparecido alrededor de 85 menores en el último año y medio, ¿qué pasa en el aula cuando estos niños dejan sus bancas vacías?, ¿qué pasa con el resto del grupo? No hay talleres ni capacitación psicológica.

VACÍOS.

La SEP desconoce cuántas escuelas en el país han cerrado por violencia, cuántos maestros han abandonado su plaza o han sido asesinados.

“Muchos profes se van, los he escuchado decir: ´no volví, porque me iban a matar´ -describió Colín-. Quienes se quedan, hacen lo impensable por sobrevivir: conocí casos de maestros que debían prestar los patios de las escuelas para las reuniones criminales, o el caso de un profe en Zacatecas quien debía prestar su moto a los sicarios. En la escuela todo se nota, se reflejan los efectos de una sociedad rota, adolorida”….

RECUENTO DE 40 DÍAS

15 de agosto: hallan cuerpo baleado del profesor Fernando Galván (Altotonga, Veracruz).

11 de agosto: encuentran en su casa restos del maestro Leonel Herrerías (Santiago Miahuatlán, Puebla).

4 de agosto: ejecutan al maestro Alberto Rojas (Tezonapa, Veracruz).

27 de julio: se revelan imágenes de golpiza de alumno al maestro Ángel Ramírez (Tulancingo, Hidalgo).

18 de julio: secuestran a profesora Irma Hernández; aparece en video y la matan (Alamo Temapache, Veracruz).

10 de julio: asesinan a maestro Xavier Damián (Tijuana, Baja California).

7 de julio: aparece cuerpo del profesor José Manuel López (Tlaxcala).

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