
La visita del secretario de Estado de EU, Marco Rubio, a México fue seguida muy de cerca por el régimen venezolano, ya que coincide con la polémica sobre si el Pentágono derribó una lancha cargada de droga que zarpó presuntamente de Venezuela, matando a once narcos, como anunciaron Rubio el presidente Donald Trump, o si se trata de un burdo montaje realizado con Inteligencia Artificial, como sostiene Caracas.
Tras la visita, el canciller venezolano felicitó al gobierno mexicano por “por haber hecho prevalecer los principios del derecho internacional, la legalidad y la visión de América Latina como zona de paz, en el marco del combate contra el crimen organizado y el tráfico ilícito de drogas”.
Durante la visita de Rubio, Sheinbaum dejó claro que su Gobierno mantendrá la cooperación en seguridad, pero subrayó que nunca permitirá presencia militar extranjera en su territorio.
La mandataria recordó que el marco acordado con Washington en febrero se basa en “confianza mutua, responsabilidad compartida, respeto a las respectivas soberanías y cooperación sin subordinación”.
“Se trata de un ejemplo digno de la posición firme y soberana que caracteriza a nuestra región, y que México ha sabido representar de manera ejemplar”, expresó el jefe de la diplomacia de Nicolás Maduro, uniéndose a su manera a la satisfacción tanto la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, como el canciller Juan Ramón de la Fuente, como Rubio, por el acuerdo de cooperación entre México y EU.
Todo esto, agregó Gil, a pesar de la que señaló como la “obsesión de Marco Rubio por generar intrigas y promover falsedades” en la región, que Caracas considera en riesgo a causa del despliegue de fuerzas militares estadounidenses en el mar Caribe, cerca de Venezuela, para, según Washington, combatir el narcotráfico.
Maduro aseguró el lunes que “nada bueno” se puede esperar de las visitas a México y Ecuador de Rubio, a quien ha acusado de querer manchar las manos del mandatario Donald Trump con “sangre venezolana” y de la región.
Asimismo, advirtió que su país enfrenta la que considera la “más grande amenaza que se haya visto” en América “en los últimos cien años”, con el despliegue de barcos militares por parte de EU con 1,200 misiles y un submarino nuclear que, denunció, “apuntan” a la nación.