
Martha Alicia “N.”, mejor conocida como “La Diabla”, fue detenida por ser la presunta líder de una red criminal dedicada al tráfico de bebés en el norte del país. Según investigaciones de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, la mujer operaba en coordinación con miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la facción conocida como La Línea, y habría vendido a varios bebés tras extraerlos mediante cesáreas ilegales a mujeres reclutadas bajo engaños.
El director del Centro Nacional Antiterrorista de Estados Unidos (NCTC), Joe Kent, informó que el organismo aportó inteligencia clave que permitió la detención en Ciudad Juárez
Según palabras de Kent, agentes estadounidenses colaboraron mediante el suministro de información sobre la localización de “La Diabla” y análisis detallados, apoyo que resultó fundamental para coordinar acciones interinstitucionales entre Estados Unidos y México.
¿Como operaba esta red de tráfico?
De acuerdo con los primeros reportes oficiales, “La Diabla” contactaba a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad (la mayoría en los últimos meses de gestación) con promesas de oportunidades de empleo o asistencia económica. Las víctimas eran citadas en casas particulares, donde presuntamente eran retenidas y sometidas a intervenciones quirúrgicas sin condiciones sanitarias adecuadas.
En algunos casos, las mujeres habrían fallecido debido a las prácticas clandestinas. Sus cuerpos fueron enterrados en los mismos domicilios donde se realizaban los procedimientos, según informes de la propia Fiscalía estatal.
Autoridades también investigan si los bebés nacidos en estas circunstancias eran vendidos a parejas (algunas extranjeras) por cantidades que rozaban hasta los 250 mil pesos. Testimonios recabados apuntan a que algunos compradores habrían viajado desde Estados Unidos, particularmente parejas homosexuales, para recoger a los recién nacidos directamente en Ciudad Juárez, lo que evitaría complicaciones logísticas en el tráfico fronterizo.
Además del tráfico de menores, las investigaciónes incluyen posibles delitos de homicidio, trata de personas y, de forma aún no confirmada, extracción ilegal de órganos. Esta última acusación ha sido mencionada en reportes periodísticos, aunque no ha sido formalmente incluida en las carpetas judiciales abiertas hasta el momento.
“La Diabla” mantenía presuntos vínculos directos con internos del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) No. 3, también ubicado en Ciudad Juárez. Su esposo e hijo, ambos encarcelados en dicho penal por delitos relacionados con el crimen organizado, habrían coordinado parte de las operaciones desde prisión.
Hasta la fecha, se han documentado al menos cinco casos relacionados con esta red. La Fiscalía mantiene abierta la investigación para identificar más víctimas, determinar la participación de otros cómplices y confirmar el paradero de los menores vendidos.