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El caso del “vampiro michoacano” estremeció a México en 2004: Francisco Maldonado García asesinó brutalmente a su padre, devorando su cerebro y bebiendo su sangre

El vampiro michoacano: devoró el cerebro y sangre de su padre tras ver sombras; esta es la historia

¿Cómo fue el crimen de Francisco Maldonado García, el vampiro michoacano?
¿Cómo fue el crimen de Francisco Maldonado García, el vampiro michoacano? Especial

La llegada del nuevo milenio trajo promesas, ciertamente incumplidas hasta ahora, de un mundo nuevo, un mundo mejor. Parecía que los viejos problemas del Siglo XX, el racismo, las guerras y el fascismo, quedaban atrás para siempre. En México, le habíamos dicho por fin adiós al PRI, tras el triunfo de Vicente Fox. Los horrores, sin embargo, llegaron rápido: nuevas guerras, nuevos crímenes.

Fue en esta primera década del Siglo XXI cuando un caso conmocionó a la opinión pública michoacana: Francisco Maldonado García, un hombre de 45 años, que llevaba una vida solitaria y poco higiénica, se volvió un vampiro… no en el sentido sobrenatural, ni fantasioso, pues el sujeto poco sabía de Drácula o Nosferatu, sino en un aspecto más literal: bebió la sangre y devoró el cerebro de su padre.

¿Cómo fue el crimen de Francisco Maldonado García, el vampiro michoacano?

En el libro Asesinos seriales mexicanos, del periodista y escritor Ricardo Ham, se narra cómo el martes 13 de enero de 2004, Francisco se encontraba descansando en su maltrecha choza, casi en ruinas localizada en el municipio de Indarapeo, Michoacán, cuando avino la tragedia: su padre fue a buscarlo y nunca más regreso

Indirapeo es una localidad al occidente de México, ubicada a unos 33 kilómetros de Morelia, con una población de 18 mil habitantes, de los cuales, más del 10 por ciento vive en pobreza extrema, de acuerdo al Inegi.

Félix Maldonado, padre del asesino, fue a buscarlo aquel día con la idea de recuperar unas tierras que le cedió a su hijo para trabajarlas, lo cual, perezoso como era, nunca se preocupó por hacerlo.

Tras una discusión entre el progenitor y su hijo, el periodista Ricardo Ham describe cómo los ojos de Francisco fueron “invadidos por el rencor, la rabia y el miedo”, así que presto para atacar a su padre, con un machete en mano lo golpeó en reiteradas ocasiones, hasta que tomó la decisión de abrirla la tapa del cráneo y devorar la masa encefálica.

Posterior a ello, chupó toda la sangre, hasta la última gota, del cadáver de su padre, como una forma de purificarlo debido a una supuesta sombra negra que habitaba el cuerpo de don Félix Maldonado.

Tras ser capturado, detalla Ricardo Ham, el asesino repitió de manera escalofriante una y otra vez lo siguiente: “La sangre le quedó limpiecita, yo sólo quería matar la sombra”.

Las autoridades quedaron incrédulas ante el relato: y cómo no hacerlo, si se trata de uno de los casos más macabros en la historia reciente de Michoacán, estado que ha sufrido como pocos el azote del crimen organizado.

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