
El asesinato del presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, Bernardo Bravo Márquez se convirtió esta semana en un ejemplo más de cómo la violencia ejercida por el Crimen Organizado en nuestro país afecta directamente a las personas productoras y indirectamente a sus consumidores. Desde hace años los productos como el limón, el aguacate, Jitomate, entre otros han sido blanco de extorsiones y cobro de piso.
¿Por qué interesa tanto el limón?
No es ningún secreto que el limón es una de las frutas más populares y utilizadas en la gastronomía mexicana. Su sabor acompaña decenas de platillos y recetas en toda la República Mexicana. Además, nuestro país aparece como el segundo máximo productor de este crítico a nivel mundial llegando a exportar hasta 749 mil toneladas al extranjero.
A pesar de las altas cantidades de producción, el limón ha sufrido incrementos de precio en la última década debido a la intervención de grupos del crimen organizado, quienes realizan extorsiones a las personas productoras a través del llamado “derecho de piso”. Esto significa que cobran cantidades que llegan a ser hasta el 50% de las ganancias a cambio de no quemarles sus negocios, propiedades o directamente atentar contra sus vidas.

¿Cómo funciona el cobro de piso contra los productores de limón?
Además del lucro directo, la extorsión cumple para los grupos dos funciones estratégicas: controla rutas y mercados, y sirve para financiar su estructura criminal. Cobrar cuotas permite a las organizaciones dominar puntos logísticos (centros de acopio, empaques y salidas de camiones), ejercer influencia sobre actores locales y obtener recursos para operar, comprar armas o cooptar autoridades.
De esta forma las cuotas no sólo funcionan como una renta, sino parte de una estrategia más amplia de penetración en la economía formal y en la política local.
La extorsión a los productores de limón en Michoacán repercute mucho más allá de las huertas: se traduce en aumentos de precio, interrupciones de suministro y mayores costos para consumidores mexicanos en toda la cadena alimentaria.