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Hasta ahora hay 15 detenidos de la Guardia Nacional por la muerte violenta de la joven de 19 años, quien recibió dos tiros en la frente una noche de mediados de octubre dentro del Batallón 51º. El Hospital Naval Militar también calla, mientras la familia de la víctima es burlada en el derecho al acceso a la justicia

Apellido en placa de sargento revela mentiras para esclarecer feminicidio de soldado Stephany: se cumple un mes de ejecución

CDMXFEMINIC — Dicen que “las mentiras tienen patas cortas”, y a un mes del silencio público que guarda el 51º. Batallón de la Guardia Nacional de Acapulco, Guerrero, tras la ejecución en sus instalaciones de la soldado Stephany Carmona Rojas, con dos tiros en la frente, del mismo cuartel se rebelan como ‘traidoras’ evidencias que comienzan hablar por sí solas. Un apellido. Se lee ‘Pérez’, no Ramírez, no de la Cruz, estos últimos que supuestamente forman el nombre completo de Yair Manuel, el presunto feminicida de la joven de 19 años, originaria del pobrísimo municipio de Ajalpan, Puebla.

Un sargento, un batallón, un inmueble militar construido con presupuesto público e inaugurado en agosto pasado ponen en entredicho a instituciones del Estado mexicano, a las fiscalías, a la reforma al Poder Judicial y a la propia GN, creada para la seguridad pública con debates de días en la Cámara de Diputados hasta que Morena obtuvo los votos para colocar a este cuerpo en la Constitución y luego quedar adscrito a la Sedena.

La ruta que se busca hacia la impunidad por los acosos sexual y laboral que la soldado vivió desde que llegó a este enorme cuartel está trazada en puro humo, en la falta de reportes oficiales, en omisiones para esclarecer con perspectiva de género, en principio, si el feminicidio ocurrió la noche del 12 ó 13 de octubre.

Y durante cuatro semanas esas instituciones han burlado la fe en la justicia de las víctimas indirectas que dejó la ejecución de la agente de la GN, una fe que ni siquiera la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) quiere acompañar por oficio. El organismo garantista respondió vía telefónica a este medio que busque vía transparencia la respuesta a una pregunta simple: ¿Ya hizo uso de su facultad para iniciar una investigación por el feminicidio de la soldado Stephany Carmona dentro de la GN?

La complicidad está cosida desde el Hospital Naval Militar de Acapulco para engañar a la familia de la víctima.

El 14 de octubre Stephany estaba muerta. Era mediodía. En Ajalpan, los familiares de la víctima recibieron una llamada del Hospital Naval Militar. La voz de una mujer que dijo ser trabajadora social informó a la madre que su hija había sufrido un percance y estaba en cirugía. “Su estado de salud es reservado”, le dijeron con prisas, sin más explicación y la urgieron a trasladarse a Acapulco, a más de seis horas de distancia, a 500 kilómetros desde la Sierra Madre Oriental.

Minutos antes de descender del autobús de pasajeros que arribó ya de noche al puerto guerrerense, los padres contestaron otra llamada del hospital. Ahora se les informó que Stephany había fallecido.

Apenas pisaron el puerto, los padres se dirigieron al hospital, y no pudieron ver a su hija. Los convencieron de ir a descansar al hotel “porque el cuerpo de Stephany ya estaba en el Semefo para practicarle la necropsia”. Una desviación de la realidad, porque la soldado ya había pasado por las manos forenses.

El 15 de octubre la madre de la víctima de feminicidio fue conducida a una bodega, donde “guardan materiales, cosas del hospital”, y ahí estaba su hija, dentro de una bolsa negra, con la nariz taponeada, con moretones en brazos, con quemaduras y ampollas en un glúteo.

Ese mismo día Crónica escuchó el testimonio de la madre. “Mi hija no sufrió un percance. Ella fue ejecutada. Tiene disparos en la frente y me cuentan que fue un accidente en práctica de adiestramiento. Yo no les creo nada, porque un capitán de nombre Miguel Ángel Cortés Martínez me dijo que él no sabía nada, y después que ya estaba enterado de los hechos, que fue en una práctica de tiro, que ya estaban buscando al presunto responsable, que fue Yair Manuel Ramírez de la Cruz”.

La madre también compartió que cuestionó al forense por todas las marcas de violencia que tenía el cuerpo de su hija. El forense sabe que el cuerpo de una mujer habla. El servidor público dijo desconocer cómo se hicieron todas esas laceraciones. Muñecas de las manos que decían que fueron inmovilizadas con candados de arresto (esposas).

Era la primera derrota de los padres, de la madre para impedirle con perspectiva de género tener indicios con certeza de cómo murió su hija.

LAS FOTOS SE REVELAN CONTRA LA GN

Los padres “consiguieron” una foto del presunto feminicida, una foto que tiene huellas de una sombra que se mueve dentro del 51º. Batallón y que pudo ser quien continuó con el trazo de la impunidad para encubrir el feminicidio.

La foto parece recién montada en un cuadro de la institución, una esquina de la impresión queda sin pegarse, un descuido mínimo que los militares no se permiten, ni siquiera que la ropa de cama de los reclutas tenga arrugas.

La foto se acompaña con el escudo de la GN, que demanda a sus integrantes ética y obligaciones, y cuyo mando supremo recae en un comandante de grado general de División, designado por el Ejecutivo federal a propuesta de la Sedena.

Crónica obtiene imágenes de dos hombres, físicamente opuestos.

En la primera se lee: “Guardia Nacional. 51/o. Batallón de Guardia Nacional. 329/a. Compañía de Guardia Nacional”. Al centro de la foto de plano busto (tamaño para centrarse en la persona) , un hombre de tez morena, bigote, con barba en ciernes. Playera negra debajo del uniforme. Y en el lado derecho de la solapa, su placa. Dice “Pérez”, casi imperceptiblemente. Otros datos sobresalen. “Empleo: Sgto. 2/o. de G.N. Nombre: Yair Manuel Ramírez de la Cruz. Matrícula: D-3392726. Fecha de alta: 01/jun/2013.

Tipo de sangre: “O” Positivo (que coincide con la sangre de Stephany). Estatura: 1.72 cm (sic). Talla: 36. No. De calzado: 27.

La foto del otro sujeto, de cuerpo completo. La captura de una pantalla: “Sargento Nava”, debajo de este nombre se lee reenviado. Un hombre alto, aproximadamente de 1.80 metros de estatura. Moreno. Con traje color azul claro, camisa blanca y corbata a rayas, brazos firmes pegados a las piernas y corte de cabello militar.

De fondo de esta imagen, se exhibe parcialmente el rostro de una mujer. El ojo izquierdo abierto, ceja, mejilla, cabello negro lacio y largo. En la frente se percibe un color rojizo, una “pintura” que tiñe su cabello, un tono rojo. Sangre.

Reenviado. 11:32 a.m. “Hay que localizar a esta persona y detenerla, está prófugo (a), acaba de lesionar a una persona, búsquenlo y donde lo vean deténganlo e informen de inmediato, por ser presunto responsable de lesiones”.

La narrativa como secreto a voces se logró. El presunto responsable es Yair Manuel. Su foto se posiciona en los medios, en las redes sociales. Tiene un nombre completo y sólo los mandos del 51º. Batallón de la GN saben quién es.

En registros oficiales nomás este nombre no brota. A la familia de Stephany le dijeron que este sujeto tenía condecoraciones y reconocimientos por su especialidad en manejo de armamento y estaba capacitado para instruir a las y los reclutas en tiro. Una etapa que ya había superado la soldado de 19 años y sus próximas habilidades estarían a prueba en paracaidismo y descensos a rapel. Incluso, también ya había demostrado su talento en la investigación a través de la tecnología, de rastreo de comunicaciones digitales.

En los días en que demostraba su entrega por la GN, también debía esquivar los constantes acosos sexuales, castigos por acusar tocamientos sin su consentimiento que le hacía un sargento. Su malestar lo compartió con su madre y con compañeras, en conversaciones en el chat de Facebook y otras en WhatsApp.

Ella amagó con escalar sus quejas por la violencia. La ignoraron y la mandaron al silencio para siempre hace un mes, cuando fue citada a hora irregular de noche por ese sargento, su superior, en el Depósito de Armas.

Las videocámaras; la GN se quedó sin dinero para pagar servicio eléctrico a CFE, dicen

Ella no iba a un adiestramiento como dijeron desde la GN y del propio Hospital Naval Militar. Iba a su feminicidio. El sujeto que le quitó la vida a Stephany salió del batallón, un inmueble del que no se sabe su dimensión territorial, pero cada rincón, cada lugar es espacio estratégico y está fuertemente vigilado sin parpadeos. Pero la noche de ese día de mediados de octubre, el cuartel sufrió un corte del servicio eléctrico, a unos días de cumplir dos meses de haber sido inaugurado, y cuando el bimestre para pagar el recibo de luz aún no llegaba. Si es que esa es la postura pueril con la que se quiere mantener la GN.

“Yair salió sin problemas del cuartel, con el arma que accionó”, según difundieron en diversos medios.

La madre sólo supo que huyó y de su paradero nadie sabía.

Se escondió ‘Yair’ por tres días ¿a 15 minutos del 51º. Batallón? Y fue capturado

Las inconsistencias y la narrativa sin sentido lógico de algunos mandos militares, de instituciones de procuración de justicia, de órganos jurisdiccionales y de la falta de perspectiva de género brotan como si ese contenedor ya no tuviera capacidad para ocultar una trama criminal y siniestra.

De manera informal, sin comunicado oficial de ninguna autoridad con la responsabilidad de informar con transparencia, se dijo “Yair Manuel Ramírez de la Cruz fue detenido”.

Las versiones que se afianzan sólo entre autoridades, no en la opinión pública, indican que el sargento segundo fue capturado tres días después del feminicidio de la soldado, que fue ubicado en la localidad de Llano Largo, que fue en Progreso, en Acapulco. Ambas referencias se encuentran a sólo 15 minutos del 51º. Batallón de la GN, que se ubica en el Boulevard de la Naciones.

¿Tantas horas, días, para localizar a sólo 15 minutos a un presunto feminicida?

De esta detención no fue informada la familia que ya había sido convertida en una gran víctima indirecta del crimen de la soldado Carmona.

Un proceso con miedo, dice abogado

En el sepelio de la joven, por órdenes de un capitán se les pidió a los padres de la joven

dejar de hablar con medios del tema.

La GN nacional informó a sus padres que eran acreedores a la modesta seguridad social a la que se hizo acreedora su hija por pertenecer a sus filas, aunque no tenía ni seis meses dentro. Había causado alta en abril pasado.

“Yair Manuel ha sido detenido y trasladado a instalaciones de justicia militar en la Ciudad de México”.

El supuesto sargento fue detenido bajo la orden de captura por homicidio, pero las autoridades jurisdiccionales de la milicia anunció que se le juzga por deserción y desobediencia.

La familia de Stephany acudió a la segunda audiencia como público para atestiguar el proceso. Los padres no fueron vistos como víctimas indirectas.

Crónica informó al respecto, además de que durante su estancia en la CDMX, a instancias de su abogado, la familia entregó en Palacio Nacional dirigida a la presidenta Claudia Sheibaum Pardo, para que se involucrara en exigir el debido proceso por el feminicidio de Stephany Carmona.

En Atención Ciudadana dieron respuesta inmediata. “Aquí está este número, comuníquese para que se le informe si hay avances en su caso”.

De regreso a Ajalpan, unos días después el abogado Pedro Guerrero desde la capital del país notificó a la madre que debía conectarse a internet para presenciar la audiencia inicial del sargento Yair Manuel.

Desde el Centro de Justicia Penal Federal de Acapulco, Guerrero, el juez de Control, Isaac Omar Labastida Terán condujo la audiencia.

A Yair Manuel ‘N’ se le imputó el delito de feminicidio, que a la siguiente semana se determinaría su situación jurídica.

El pasado miércoles, el supuesto sargento de apellido “Pérez”, no Ramírez, no de la Cruz, fue vinculado a proceso por el delito de feminicidio. Labastida Terán había determinado cuatro meses para la investigación complementaria, pero el acusado pidió cinco meses, y se le concedió el plazo.

A diferencia del acusado, la madre tendrá la tarea de recabar pruebas contra el sargento. Ella no tiene en su poder ningún documento fehaciente y oficial del Estado de derecho. No cuenta con la carpeta de investigación de ninguna fiscalía, ni de la estatal de Guerrero ni de la FGR. No tiene completa el acta de defunción. No tiene ni siquiera todas las pertenencias de su hija. Su celular iPhone de alta gama estuvo en manos de la GN por semanas y ahora el abogado Pedro Guerrero asegura que está en posesión de la FGR.

La defensa dijo en una entrevista con el diario Milenio que la madre deberá poner una denuncia solamente de carácter administrativa contra la GN y su 51º. Batallón por las omisiones con las que se ha conducida, pero “no puede ser responsable” del percance, dijo, del homicidio con agravantes, del feminicidio, le costó decir a la defensa de las víctimas.

Los padres, confundidos, sin certezas legales, pasarán los días en Ajalpan, también con miedo a su seguridad, cómo conseguir pruebas contra una realidad, el feminicidio de su hija, bajo un montaje de juicio, sin nombre reales de los presuntos responsables.

El capitán que le dijo llamarse Miguel Ángel Cortés Martínez, y tampoco figura con ese nombre como mando del 51º. Batallón de la GN. Hay otro capitán, con apellidos distintos.

UN CABELLO TEÑIDO DE ROJO SANGRE El cuerpo de una mujer habla. Detrás del sujeto en traje, otro militar de la GN, el rostro femenino inerte y cabello teñido de rojo, rojo sangre.

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