
La conciencia del cuidado ambiental, se ha convertido en una acción colectiva de grandes dimensiones y prueba de ello es que en la región de América Latina se procesan poco más de 5,500 millones de botellas de PET al año, equivalente a llenar 4.5 veces el Estadio Azteca.
En este sentido, Jorge Terrazas, director general de ECOCE subrayó que la expansión de la capacidad de la planta PetStar –en Toluca, estado de México-, “es una muestra lo que sucede cuando la conciencia ambiental se convierte en acción colectiva”.
Resaltó que la expansión de la planta PetStar permitirá incremente la capacidad anual de resina reciclada grado alimenticio de 50,000 a 86,000 toneladas, a partir del acopio proveniente de sus centros operativos en todo el país.
Este crecimiento, sostuvo, demuestra que México cuenta con la capacidad instalada para reciclar más botellas, al tiempo que resaltó que dichos resultados solo se materializan “cuando los hogares, los gobiernos, la industria y los recicladores colaboran de forma articulada”.
Refirió que lo que comenzó como esfuerzos de separación y comunicación ciudadana “es hoy una cadena nacional de acopio, infraestructura de talla mundial y un modelo botella-a-botella reconocido globalmente”.
Asimismo, subrayó que no sólo se trata del crecimiento de la capacidad instalada de la citada planta de reciclaje, sino el impacto acumulado de millones de decisiones responsables, impulsadas por años de educación, evidencia técnica y colaboración multisectorial”, añadió.
Mencionó que desde el 2020, PetStar cuenta con certificación Cero Huella de Carbono; recicla 60% del agua utilizada; y permite que las botellas de PET tengan “vidas infinitas”, evitando la producción de plástico nuevo.
A lo largo de su historia, ha acopiado más de 86,300 millones de botellas y producido más de 820,000 toneladas de resina reciclada, lo que confirma que la educación ambiental sostenida sí transforma sistemas completos.
En este sentido, es importante mencionar que datos del INEGI y de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en nuestro país cada persona genera alrededor de un kilogramo de residuos al día, y se estima que entre el 12% y el 14% corresponde a plásticos; sin embargo, no todos tienen el mismo potencial de recuperación.
El PET, identificado con el número uno, es el material plástico más reciclado y con la cadena de valor más consolidada en el país, lo que ha permitido que proyectos de talla mundial como PetStar operen y se expandan, en contraste con otro tipo de resinas, las cuales aún enfrentan retos para transitar hacia modelos verdaderamente circulares.
Al respecto, Jorge Terrazas enfatizó que una economía circular “es un modelo que busca reducir el impacto ambiental manteniendo los materiales en uso el mayor tiempo posible. Integra estrategias como: reducción y rediseño; reutilización; reciclaje e innovación en modelos de producción y consumo”.
Asimismo, aclaró algunas ideas equivocadas respecto al reciclaje como pensar que reciclar no sirve, y enfatizó que “sin reciclaje no existe economía circular”, especialmente para materiales con cadenas de valor robustas como el PET, o
pensar que si baja la tasa de acopio el sistema falla y aclaró que las tasas de recuperación de PET puede ser por razones económicas, regulatorias o variaciones en el consumo, pero estas son temporales y no invalida el proceso.