
El hemangioma infantil es una proliferación vascular que se presentan en los recién nacidos o en los primeros días después del nacimiento y se caracterizan por ser una mancha roja, por lo que es denominada como “la marca de la fresa”, como si estuviera incrustada en el rostro del menor, que en realidad son un conjunto de vasos sanguíneos que crecen de forma anómala en la piel de los menores.
Al respecto, la doctora Helena Vidaurri, dermatóloga pediatra, adscrita al Servicio de Pediatría del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, señaló que este tipo de tumor benigno se da con relativa frecuencia en las primeras semanas al nacer e incluso presentarse al momento del nacimiento, por lo regular comienzan a hacerse visibles con el paso del tiempo, llegando a afectar a un 10% de los niños menores de un año, con una mayor incidencia en niñas y también es más frecuente encontrarlos en bebés prematuros o bajo peso al nacer.
Aclaró que el hemangioma, va creciendo poco a poco en los primeros cuatro meses de vida, y aunque tienden a estabilizarse, hasta desaparecer por sí solos, en algunos casos, suelen ser dolorosos y comprometer algunos órganos del cuerpo, dependiendo de su ubicación, como ojos, oídos, boca e incluso área genital.
Hay algunos otros casos, abundó, en los que este tipo de proliferaciones vasculares, en casos complicados pueden ocasionar cicatrizaciones muy visibles, desfiguraciones duraderas o permanentes, así como problemas en el hígado, en vías respiratorias, o deterioro de otros órganos.
Ante ello, sostuvo la especialista que, todos estos infantes que al nacimiento o en los primeros meses al nacer presentan manchas rojas, deben ser atendidos por el dermatólogo pediatra para prescribir el tratamiento adecuado.
Estas “manchas”, abundó, son como “arañitas” vasculares, se llegan a presentar en el tercio superior de la cara, cerca del ojo, y en esos casos, están asociadas a malformaciones cerebrales, cardiovasculares, o problemas en el ojo, o con problemas en la circulación interna, otros se presentan en el área sacra lumbar o genital, y se asocian con malformaciones genitales, intestinales, malformaciones óseas del sacro o tejidos blandos, porque reiteró, lo más conveniente es acudir con el dermatólogo pediatra, ya que hay casos en los que el hemangioma es muy grande, por ejemplo en todo una pierna, y aunque no necesariamente se asocia con una malformación, si puedes jalar demasiada sangre, se llama “con alto gasto” y ello limita la circulación de la sangre en el resto del cuerpo.
Debido a que entre el 3 y el 10 por ciento de todos los menores nacidos en un año, presentan un hemangioma, es decir, que alrededor de unos 250 mil pacientes por año tengan un hemangioma en México, obliga a una mayor difusión de esta condición, para que los padres de menores con un hemangioma acudan cuanto antes con el pediatra dermatólogo.
Ante esta situación, la especialista externó su beneplácito de que a partir de mayo próximo, con la respectiva prescripción médica, se podrá contar con un nuevo medicamento para esta condición, específicamente desarrollado para pacientes pediátricos, desarrollado por la empresa francesa Pierre Fabre, al permitir que ahora se cuente con un fármaco a base de propranolol, para el tratamiento del Hemangioma Infantil.
La especialista indicó que ahora con esta nueva presentación desarrollada especialmente para los niños “se va a disminuir de manera más rápida el crecimiento de los hemangiomas”, en este sentido, es importante mencionar, dijo, que aunque no se les de ningún tratamiento, llega un momento en el que desaparecen por sí solos, sin embargo, dejan secuelas como son cicatrices, tejido sobrante que dará la apariencia como de un colgajo, o cicatrices donde hubo una úlcera, así como alteraciones en la anatomía, como por ejemplo, si se ubican en el área del pecho, puede haber pérdida de tejido de la mama, o tejido del escroto, si se ubican en el área genital, y al momento de desaparecer ya no vuelve a surgir, “pero lo que se busca con este nuevo medicamento es que si va a durar 10 años este hemangioma, se logre su reducción en algunos meses, con base en las necesidades del paciente, y el objetivo es que se acorte este tiempo que puede durar hasta una década, que para la vida del paciente tendría un considerable impacto”.
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