
El empresario e inversionista Gustavo Tomé Velázquez, conocido por su papel en el fortalecimiento del sector inmobiliario, ha puesto en el centro de su estrategia el desarrollo del mercado de rentas en la Ciudad de México, un sector que en 2024 alcanzó un valor de 160 mil millones de pesos con una tasa de crecimiento cercana al 5% anual.
De acuerdo con cifras del sector, factores como la migración interna hacia la capital, la demanda creciente de vivienda por parte de jóvenes profesionales y la preferencia por el arrendamiento frente a la compra de inmuebles han impulsado este repunte.
A través de proyectos vinculados a Fibra Plus y otros desarrollos inmobiliarios, Tomé Velázquez ha contribuido a generar miles de empleos directos e indirectos, además de consolidar instrumentos financieros que han permitido atraer inversión institucional al mercado de rentas.
Según el empresario, su visión parte de la resiliencia aprendida en el negocio familiar y de la capacidad de identificar oportunidades incluso en contextos de incertidumbre económica.
Tomé ha defendido también el impulso de proyectos sustentables que no solo atienden la demanda habitacional, sino que promueven una ciudad más verde y accesible.
Retos del mercado de rentas en 2025
El panorama para este año se presenta con claroscuros. Si bien la Ciudad de México se mantiene como uno de los principales destinos de arrendamiento en América Latina, la incertidumbre económica y el incremento de las tasas de interés han frenado parcialmente el crecimiento de la demanda.
Uno de los principales desafíos continúa siendo la falta de vivienda asequible. La presión inflacionaria y la disminución del poder adquisitivo de los capitalinos han obligado a los arrendadores a replantear expectativas, lo que vuelve crucial la oferta de inmuebles a precios competitivos.
Al mismo tiempo, la búsqueda de espacios más pequeños y funcionales, en zonas céntricas o bien conectadas por transporte público, sigue alimentando la demanda.
Visión a futuro
Para Tomé Velázquez, la clave del sector inmobiliario de rentas radica en mantener la flexibilidad y la capacidad de adaptación a las nuevas necesidades de los arrendatarios, además de integrar tecnologías que permitan optimizar la gestión de los inmuebles.
“La apuesta debe ser por proyectos sostenibles que respondan a la dinámica urbana de la capital y generen beneficios tanto para los inversionistas como para quienes buscan vivienda”, ha señalado.