
A 32 años del primer trasplante de corazón en la historia de la medicina mexicana, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) puso el ejemplo y continúa como líder en trasplantes de este órgano a nivel nacional.
El doctor Rubén Argüero Sánchez fue el médico pionero en nuestro país, quien hace más de tres décadas encabezó al grupo de especialistas del Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional La Raza, equipo que exitosamente implantó al señor José Tafoya Hernández —que en ese entonces tenía 45 años— el corazón de una mujer con muerte cerebral.
A poco más de tres décadas de distancia, el doctor Argüero resaltó que “no hay institución que tenga mayor número de trasplantes de corazón y con la calidad que hace el Seguro Social”, aunque recordó que en 1988, cuando se hizo dicho trasplante “estaba realmente restringido tomar un órgano de un sujeto que había fallecido con corazón latiendo. Esto fue lo que cambió y transformó la cultura relacionada con la muerte cerebral, abrió los programas de trasplantes en nuestro país”.
Sin embargo, reconoció que a tantos años de distancia de aquel suceso, persiste la escasez en cuanto al número de donantes y hay una demanda creciente de personas que requieren un corazón para otra oportunidad de vida.
En México, dijo, se debe continuar con la cultura de la donación de órganos y tejidos como córneas, “son un material biológico invaluable, no renovable”, porque aseveró, “un órgano, no tiene un valor, pues ese valor se llama vida”.
Ese suceso, reconoció, cambió mi vida. A partir de entonces hemos estado totalmente comprometidos como médicos y ante la misma sociedad, pues debo seguir siendo ejemplo, demostrar que en este país sí se pueden hacer las cosas bien y que sí tenemos recursos para hacerlo.
También reconoció que en el IMSS ha tenido enormes satisfacciones, ya que después de aquel primer trasplante de corazón, continuó con la investigación y participó junto con representantes de ocho países para realizar la cardiomioplastía e inició en el mundo el implante de células madre al corazón, “no hay institución en el mundo que haya tenido 108 casos de implante y eso fue en el Instituto”, enfatizó.
Con 47 años de ejercer la medicina en el IMSS, el doctor Argüero Sánchez, se mantiene activo ahora como académico en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
En el contexto de la emergencia sanitaria por COVID-19 y la afectación grave de esta enfermedad a personas con enfermedades crónicas, entre ellas males cardiacos, el doctor Argüero Sánchez resaltó que el factor de prevención es básico, no se puede pasar por alto el aislamiento social, el uso de cubrebocas y continuar con las medidas sanitarias.
Argüero Sánchez señaló que ser médico es motivo de orgullo, ya que ésta es una profesión que da la oportunidad de ser útil a quien más lo necesita; “en particular la población del Seguro Social debe sentir el orgullo, porque son indispensables, no se puede pensar en México sin el IMSS”.
Consideró que para incrementar el número de donaciones y que México se coloque entre los líderes del continente en trasplantes se debe fortalecer la figura del coordinador hospitalario de trasplantes, que en la terapia intensiva se dé mayor acceso a pacientes con muerte cerebral, a fin de aprovechar sus órganos y tejidos, e invertir en equipos y soluciones que den mayor duración a los órganos previo al trasplante.
“Se demostró que se pueden hacer procedimientos que permiten cambia la vida de nuestros derechohabientes, como son los trasplantes de corazón, hígado, riñón y córneas; sí es motivo de orgullo saber que dejo un legado y que gracias a nuestro esfuerzo inicial se formalizaron los cursos y la titulación de especialistas en cirugía de tórax con reconocimiento universitario”, subrayó.
Copyright © 2020 La Crónica de Hoy .