
Aplausos, gritos desenfrenados de “bravo”, silbidos y ovaciones de pie fueron algunas de las expresiones que se pudieron ver y escuchar durante todo el programa que conformó Despertares, en el que el bailarín mexicano Isaac Hernández y la bailarina canadiense Tamara Rojo bailaron por primera vez en la Ciudad de México.
La gala de ballet estuvo conformada por 21 números, en los que se presentaron diferentes vertientes de la danza, desde lo clásico con Black Swan, con coreografía de Marius Petipa, ejecutada por Misa Kuranaga e Isaac Hernández, hasta Dust, propuesta contemporánea de Akram Kahn, interpretada por Erina Takahashi y James Streeter, creación estrenada por el English National Ballet en 2014 como parte de los actos conmemorativos de la Primera Guerra Mundial.
Despertares 2017, que se llevó a cabo la noche del sábado en el Auditorio Nacional, también estuvo conformado por Les Bourgeoises, integrada por la coreografía de Ben Van Cauwenbergh y música de Jacques Brel; realizada por el miembro del Vienna Opera Ballet, Denys Cherevychko, artista que regresó al escenario junto a Whitney Jensen, del Norwegian National Ballet, para hacer un fragmento de Don Quixote.
En ambos números, Denys Cherevychko dejó ver su formación clásica y contemporánea, misma que le permitió realizar cada uno de los movimientos, situación que el público le reconoció de una manera frenética.
La velada no sólo estuvo conformada por diferentes vertientes de ballet, pues durante más de diez minutos Savion Glover, bailarín de tap encargado de crear la coreografía del largometraje Happy Feet, demostró por qué es uno de los más importantes representantes en su género, y estuvo acompañado por una trompeta, batería, guitarra y teclado. “Sus pies parecen un instrumento que da ritmo a la banda”, se escuchó entre el público.
Además del tap, la pareja de acróbatas franceses Amir Guetta y Hemda Ben Zvi presentaron la corriente de danza denominada “Hand to Hand”, mientras que Sara Esty y Garen Scribner ejecutaron Liza, fragmento del musical An American in Paris, conformado por música de George Gershwin y coreografía de Christopher Wheeldon.
En el espectáculo, conformado por más de 30 artistas de 15 países, también participó Esteban Hernández, solista del San Francisco Ballet, quien salió al escenario para interpretar un movimiento del ballet Talismán, de Petipa, junto a Maria Kochetkova. Luego del éxito en el escenario, Esteban regresó para interpretar Bob, coreografía de Dani Rowe, mientras que Maria hizo lo propio junto a Sebastian Kloborg, en Closer, de Benjamin Millepied.
Isaac Hernández no sólo interpretó El lago de los cisnes, sino que volvió de la mano de Tamara Rojo, directora del English National Ballet, con Carmen, de Alberto Alonso, e In the middle of somewhat elevated, en compañía de Alicia Amatriain, transitando así entre lo clásico y lo contemporáneo.
Cada uno de los números fue bien recibido por el público de todas las edades que abarrotó el coloso de Reforma, algunas veces con suspiros, otras con aplausos e incluso comentarios como “Qué padre que se puedan ver diferentes cosas en un mismo espectáculo”.
Entre el público se encontraba la primera bailarina de la Compañía Nacional de Danza, Blanca Ríos; Margarita Zavala, Celina del Villar, así como José Luis Martínez, entre otros, quienes esperaban con ansia el final de la gala de ballet que duró más de tres horas.
Un video presentó a los Hernández Isaac y Esteban en diferentes facetas de su vida, desde su infancia hasta ser primeros bailarines de diferentes compañías internacionales.
El dúo salió para ejecutar My way, coreografía de Stephan Thoss, musicalizada con la canción del mismo nombre interpretada por Frank Sinatra. La actuación fue ovacionada de pie por varios minutos, para de ésta forma, cumplir con el objetivo de Isaac: llenar un recinto de tal envergadura y acercar la danza a otros públicos.
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