
“Cuando el amor nos abandona, la mujer grita, y el hombre se ahoga”. Esta es la premisa que da vida al divertido, y a la vez melancólico musical Los huevos de mi madre, que es una historia que surge de una vivencia personal de su autor, el colombiano Fernando Botero, y que actualmente se encuentra en la cartelera del Teatro Legaria.
“Es la historia diferente. La historia de lo que sentimos los hombres cuando somos abandonados por nuestro amor. Esa parte en el cine, teatro y televisión es recurrente pero en el caso de las mujeres, pero pocos han hablado de cuál es el duelo de los hombres, porque la crítica aparente es que los hombres somos insensibles a una ruptura, pero resulta que no, sino que estamos educados para no demostrar nuestros sentimientos, de una manera que no podemos llorar frente a la gente porque se nos ve mal sí lloramos”, explica el autor para poner en contexto el tema que aborda su obra.
No obstante, se trata de una puesta en escena que no tiene como protagonistas a una pareja amorosa, más bien se enfoca en la depresión de un hombre tras la ruptura amorosa y el proceso de reconciliación con su madre, pues el autor considera que es la figura que sin proponérselo ha cimentado la idea del machismo y la idea aparente de que los hombres son insensibles.
“Cuando tuve una ruptura que me pegó muy dura fue que me dije que tenía que contar esta historia, porque noté que los hombres nos quedábamos callados. Lo que pasaba era una introspección que ocurre para no demostrar que no pasa nada porque eso nos enseñó, de hecho una misma mujer es la que nos enseña a no llorar”, dijo el músico que también protagoniza la puesta en escena.
“En Los huevos de mi madre hay una reconciliación con esta madre que nos enseña a amar, sin que ella tenga la culpa porque ellas nos enseñan el amor sin saber si hacen bien o mal. Esa influencia se muestra en esta comedia musical que es una montaña rusa de sentimientos, pasamos desde la risa a conmoverte”, añadió.
Botero llegó a México con su proyecto musical que fusionaba el pop y la música norteña. Abrió por una temporada los conciertos del Grupo Pesado en Monterrey y posteriormente presentó su faceta teatral. México, país de grandes musicales, es un lugar ideal para su propuesta.
Finalmente el músico explicó que la obra, cuyo título se refiere a que la comida que hace la figura materna, habla de un tema más complejo que el de solo mostrar el lado sentimental de los hombres: “Primero la escribí pensando en lo que sentimos los hombres, pero el trasfondo es que es momento de cambiar esa educación; que es momento de dejarlos mostrar sus sentimientos sin ser juzgados, porque un niño desde que nace llora, y con el tiempo se le prohíbe hacerlo porque es hombre. Lo que quiero es que las mujeres se lleven la idea de no crear hombres machistas y en los hombres a mostrar sus sentimientos sin pensar que por eso es maricón”, concluyó.
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