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Muere el mítico Raymond Kopa

Primer francés en ganar el Balón de Europa, como el mejor jugador del continente, y una fulgurante estrella del tricampeonato del Real Madrid a finales de los 50 del siglo pasado; falleció a los 85 años

Jimmy Greaves, el jugador que marcó el primer gol en la historia de la Premier League
Jimmy Greaves, el jugador que marcó el primer gol en la historia de la Premier League Jimmy Greaves, el jugador que marcó el primer gol en la historia de la Premier League (La Crónica de Hoy)

La mejor definición de Raymond Kopa es la que lo señala como un hombre que se hizo mítico en un tiempo de mitos. Fue uno de los pocos futbolistas de la historia que llegó a ser comparado con Pelé. Dicen que era “endiabladamente eléctrico”, radical en sus cambios de dirección, casi imposible de interceptar con el balón en los pies. Por si fuera poco, a ello le añadió una privilegiada visión de juego y cierto olfato goleador que le convertía en una potencia ofensiva. Y es que el menudo futbolista galo era hábil como pocos.

Raymond Kopa falleció ayer viernes, a los 85 años, en Angers, en el oeste de Francia, un país que le honra como líder de la selección que fue tercera en el Mundial de 1958. Un hito, también en lo personal, pues fue elegido el mejor jugador del torneo. Kopa disputó dos mundiales, el de Suiza 54 y Suecia 58, pero en ninguno consiguió acabar con el título. Tuvo la mala fortuna de cruzarse con el Brasil de Pelé, Garrincha y compañía.

Fue un referente, como destacó el propio presidente de Francia, François Hollande. “Kopa era una leyenda del fútbol francés. Aunaba la inteligencia del juego con una técnica destacable. Era uno de los deportistas más admirados del país”, señaló en un comunicado difundido por el Palacio del Elíseo. También en España se sucedieron los comunicados de condolencia: la Federación de futbol, La Liga, la Asociación de Futbolista y, por supuesto, el Real Madrid, que recordó que “formó una delantera mítica junto a otras leyendas como Rial, Puskas, Gento y Di Stéfano”.

Sus inadecuadas características físicas pasaron a un segundo plano cuando Kopa desarrolló su destreza mental y rapidez gestual.  Comenzó su carrera en el Angers, equipo que le quedó pequeño tras dos temporadas. Empezaba entonces su idilio con el Stade de Reims, equipo en el que jugaría en dos etapas distintas en el tiempo, iguales en cuanto a éxito. Junto a Henri Michel, Leon Glovacki, desarrolló el fútbol conocido como ‘fútbol-champagne’. El espectáculo sobre el terreno de juego vino acompañado de dos campeonatos de liga y una Supercopa francesa.

En el Madrid lograría el cetro continental hasta en tres ocasiones. Tres años casi perfectos en los que sumaría dos ligas a su palmarés. Y es que en esa época coincidieron grandes leyendas del mundo del fútbol. Rial, Di Stéfano, Puskas, Gento y el propio Kopa formarían una de las delanteras más impresionantes y legendarias del club blanco.

Pero como durante toda su vida, Kopa no lo tuvo nada fácil. Su posición chocó con la presencia de Di Stéfano y terminó por desplazar al francés a la banda, como bien explicaría años después La Saeta, para el que el futbolista galo sólo tuvo palabras de agradecimiento. “Jugar con Di Stéfano era como llevar paracaídas cuando viajas en avión”.      

Kopa, nacido el 13 de octubre de 1931 en Noeux-les-Mines, en el norte de Francia, como Raymond Kopaszewski —sus orígenes eran polacos— fue el primer francés en ganar el Balón de Oro (1958) —sólo Michel Platini, Zinedine Zidane y Jean-Pierre Papin le sucedieron—. Tras triunfar en Francia se fue al Madrid, para gloria con un punto de dolor, porque su tercera Copa de Europa llegaría frente al Stade de Reims (2-0), que sería su club desde la temporada siguiente. Aún ganaría dos Ligas más, hasta su retirada en 1967.

El Real Madrid de esa época es considerado el más grande de la historia. Después de que llegara Puskas y antes de que se fuera Kopa, en la final de 1960, bajo el comando de Miguel Muñoz, derrotaron 7-3 al Eintracht Frankfurt, duelo que es considerado como el mejor partido de todos los tiempos.

Todo apuntaba a una larga estancia en la capital española, y Santiago Bernabéu así lo pretendía, pero la mala suerte se volvía abatió sobre el francés. Una repentina lesión, la muerte de su hijo enfermo de cáncer y su mujer, que como el propio Kopa reconoció, “nunca se adaptó a la vida española”, hicieron que regresara a su país desechando un supercontrato de cinco temporadas con el club merengue.

El destino en Francia fue, de nuevo, el Stade de Reims. Dos ligas más ponían fin a una carrera para enmarcar. A los títulos colectivos se añadía un Balón de Oro durante su aventura en España. Inmejorable de no ser por sus resultados con la selección.  Kopa era un hombre de costumbres. Tradicional, humilde, trabajador y comprometido con la causa que defendiera, eso fue lo que le llevó a convertirse en una leyenda del futbol.

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