Opinión

NAICM, ¿Orgullo por devastar la naturaleza?

NAICM, ¿Orgullo por devastar la naturaleza?

NAICM, ¿Orgullo por devastar la naturaleza?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En un grupo de watsap en el que participo con familiares y amigos compartí una nota del diario El País titulada “El impacto ambiental del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México” y con el subtitulo de “Desde el paisaje modificado de Teotihuan hasta las minas de la muerte que lo abastecen, descubre las consecuencias de su construcción” ( https://elpais.com/especiales/2018/nuevo-aeropuerto-mexico/ ), probablemente una de las investigaciones periodísticas más completas sobre el oscuro legado ambiental que  deja el NAICM a pesar de haberse anunciado como “él más sustentable del planeta”. Como respuesta a la nota, uno de los participantes sostuvo que “no se puede parar el futuro. El NAICM no es una necedad, es una necesidad”.

Como ecologista y padre de familia me es imposible imaginar para mis hijos un futuro sin lagos, sin árboles  y con un aire tan contaminado que no puedan salir a jugar a las calles, parques o plazas publicas. El centro del debate no debe ser técnico ni de corrupción; sino ecológico y con sentido común. Estamos permitiendo la devastación de un área natural más grande que la UNAM, el IPN, Chapultepec, Xochimilco y el Cerro de la Estrella, juntos. Sin lago, el agua buscará su cause, lo que representa más inundaciones. Ponemos en riesgo a especies endémicas de la zona. Sin la vegetación de allí, hay menos absorción de CO2; es decir, menos oxígeno  y más contingencias ambientales, lo que representa más problemas de salud y mayores perdidas económicas, ya que se estima que con los programas como el del “doble hoy no circula” se impacta negativamente hasta en el 1% del PIB de la CDMX.

Imagino que un debate así se soslayó cuando decidimos secar los lagos y entubar los ríos de la ciudad, donde teníamos que construir una Venecia, cimentamos un Madrid (ambos a la mexicana), permitiendo a la larga que se contaminaran el 75% de los ríos de nuestro país. He consultado entre las generaciones que aún les tocó disfrutar de los ríos vivos de la capital, y absolutamente ninguno se siente orgulloso de haber permitido sacrificarlos a causa del entonces mal entendido discurso del “desarrollo”; sin embargo, se les entiende y perdona, porque en ese entonces poca consciencia había de las consecuencias ecológicas que ello podría acarrear, tanto es así que hoy, después de una larga lucha, haya grupos de ambientalistas que trabajan en restaurar parte de esos ríos, como es el proyecto del Ecoducto, tarea que les llevará muchos recursos, tiempo y esfuerzo. Sin embargo, ante las consecuencias fatales que estamos enfrentado como sociedad y el conocimiento con el que contamos, sería imperdonable por las futuras generaciones continuar devastando a la naturaleza como se esta haciendo con el NAICM.

Por supuesto que hay algunas voces que se ostentan cómo “ecologistas” que rebatirán “técnicamente” los “beneficios” ambientales de construir el NAICM, pero son como esos “expertos”, que en su momento defendían los beneficios de fumar y se les abrían espacios de medios de comunicación prácticamente por contrato. Pero al tiempo fue imposible sostener dichos argumentos, dejando en el camino graves consecuencias. Por ello, en el caso del aeropuerto, el sentido común es un valor que debe prevalecer.

Celebro que se ponga en consideración la construcción del NAICM, se presenten alternativas menos dañinas para el medio ambiente como la opción de Santa Lucía y hago votos porque durante el proceso de consulta triunfe el sentido común, y como diría el poeta Fernando Delgadillo, que “venideros no nos señalen como lo malo de ellos”.

@CesarG_Madruga

mafrugacesardaniel@gmail.com