Opinión

Abrazos, balazos y excusas

La estrategia de seguridad de la 4T fracasó. El gobierno de López Obrador se recordará como el más sangriento de la historia de México, con más homicidios que en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña.

Nada de lo que se ofreció en materia de seguridad durante la campaña del 2018 se cumplió. Las bandas criminales son más poderosas y cínicas, hay más armas, el consumo de drogas no disminuye y vastas porciones del territorio nacional están bajo el control de los carteles.

El número de homicidios dolosos crece sin control.

Un soldado del Ejército resguarda una escena de crimen en Temixco, Morelos.

Un soldado del Ejército resguarda una escena de crimen en Temixco, Morelos.

Cuartoscuro

En uno de los momentos más desafortunados de su gobierno, el presidente bautizó su estrategia de seguridad como “Abrazos, no balazos”, lo que abochorna a los integrantes del Gabinete de Seguridad.

¿Cuál es la reacción del mandatario ante ese sombrío panorama? Culpar al pasado, hablar de una herencia maligna, como si el sexenio estuviera comenzando y no en su etapa final.

Lo más dañino de culpar al pasado es que inhibe cualquier cambio en el presente y para el futuro. El pasado es el cómplice perfecto para eludir la responsabilidad de cambiar lo que no funciona.

¿Estarán a la altura?

La inquietud del INE no son los ciudadanos de Coahuila y el Edomex que acudirán a las urnas el próximo domingo para elegir gobernador. Ellos no quitan el sueño, los que causan insomnio son los candidatos, sus equipos y los actores políticos que dan señales de querer saltarse las trancas.

Los integrantes del Consejo General los llamó a cumplir la ley y actuar con responsabilidad. ¿Podrán hacerlo?

Lo anterior implica esperar el veredicto de las urnas y dar oportunidad a que el conteo rápido haga su trabajo antes de declararse ganadores sin elementos, porque eso genera confusión y riesgos de violencia.

Hay mucho en juego. Ya falta muy poco para comprobar si los actores políticos optaron por la civilidad o por la barbarie.

No habrá pacto con criminales

Se entiende, sin compartirlo, que las madres buscadoras busquen una suerte de pacto con las bandas criminales para que les permitan buscar a sus seres queridos sin el riesgo de ser nuevas víctimas.

Están solas en un trabajo desgastante que pone al descubierto no solo restos humanos enterrados, sino la fragilidad institucional, la omisión del Estado, el incumplimiento de sus responsabilidades constitucionales.

Que el colectivo “10 de Marzo” haya dicho que buscará el pacto no habría pasado de una anécdota cruel hasta que el presidente de la República dijo que estaba de acuerdo si eso traía paz.

No se percató en ese momento de las graves implicaciones de sus dichos, aunque un par de días después se rectificó a sí mismo. Menos mal que lo hizo, porque según trascendió la primera condición del grupo criminal al que se acercó el colectivo “10 de Marzo”, fue que el Ejército regresara a los cuarteles para dejarlos en paz, lo que no suponía una tregua sino una claudicación.

Lo que sigue para Morena

Lo hecho para las elecciones de Coahuila y el Edomex hecho está. Para Morena no habrá un periodo de reposo para reagruparse, nada de eso.

Al día siguiente de la jornada electoral, mientras los ganadores echan cuetes y los perdedores recogen varas, la dirigencia de Morena tendrá que aguantar la acometida de las corcholatas presidenciales y sus equipos que no quieren perder un solo día de proselitismo para sus causas.

Mario Delgado, el dirigente nacional, tiene la encomienda, semejante a una misión imposible, de contener las ansias de sus correligionarios y encausar el proceso de selección de candidato presidencial del partido en el poder sin los sobresaltos ni fracturas.

Delgado, para nadie es un secreto, opera las decisiones que toma el jefe político de su movimiento. Hasta ahora ha entregado buenas cuentas, pero lo más complejo de su trabajo está por venir: que el partido en el poder llegue unido al momento de aplicar las encuestas para reducir al mínimo las posibilidades de rompimiento.

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