Opinión

La aventura aérea excesivamente onerosa

Ahora si salió más caro el caldo que las albóndigas. Resulta que el gobierno federal decidió adquirir la marca Mexicana de Aviación y volverla a operarla, luego del fracaso del Aeropuerto Internacional Felipe Angeles, que administra Isidro Pastor y que se ha vuelto un lastre para las finanzas públicas. De acuerdo a datos de la Secretaría de Hacienda, que dirige Rogelio Ramírez de la O. se solicitó un subsidio de 1,700 millones de pesos para el ejercicio 2023 del AIFA ante la incapacidad cubrir sus gastos de operación.

Aunado a estas solicitud de recursos fiscales, que cuesta a todos los mexicanos, resulta que se anunció la adquisición de la marca Mexicana por 815 millones de pesos y una solicitud adicional de 4 mil millones de pesos para arrendar 10 aviones Boeing 737-800 e iniciar operaciones en diciembre, temporada alta de fin de año. La idea, dice el general Crescencio Sandoval es volar a destinos nuevos como Palenque e Ixtepec, pero resulta que se necesita mayor inversión en estos aeropuertos porque no tienen la infraestructura para recibir naves tan grandes como los Boeing 737-800.

Mexicana de Aviación

Mexicana de Aviación

Aún hay más. Resulta que la deuda que se transformó en bonos por 4,200 millones de dólares, producto de la cancelación del aeropuerto Texcoco tendrá que ser garantizada por el gobierno federal, ahora que pasará a la administración de la Secretaría de Marina. Hay que recordar que el pago de los títulos de deuda de la cancelación de Texcoco se pagan con los impuestos del TUA, -Tarifa de uso aeroportuario- que genera el aeropuerto de la Ciudad de México, actualmente el principal aeropuerto del país.

Hay presión por parte de los poseedores de bonos por incrementar el premio o tasa de interés por los riesgos que representa al ser una deuda privada y el gobierno se ha visto en la necesidad garantizar el pago, como en el caso de la deuda de Pemex, para evitar que se eleven las tasas, de tal manera que los recursos del TUA sean insuficiente para honrar los títulos.

Por su fuera poco el costo de construcción del AIFA fue de 113 mil millones de pesos, 3 veces más del presupuestado, de manera oficial, aunque hay quienes la calcular en 230 mil millones de pesos.

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El panorama es muy complicado y el gobierno federal ha obligado, vía decretos a que las líneas aéreas de carga operen en el AIFA, pero es insuficiente y la manera de resolver el problema fue hacer una línea aérea con base en el AIFA y como no es rentable desde el punto de vista del sector privado, el gobierno decidió entrarle al quite, como lo dio a conocer el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

De principio pareciera una gran ventaja que el costo de los boletos de Mexicana sean 20 por ciento más baratos que el resto de líneas aéreas comerciales, pero los mayores costos de traslado y tiempo, así como la falta de conectividad la pone en una posición de competir con un brazo amarrado y en el mejor de los casos. La aventura aeroportuaria tiene costos desmesurados.