Opinión

La batalla por la democracia

Cuando leo que las elecciones de midterm (elección intermedia) de Estados Unidos se encuentran bajo el yugo de la polarización frente a las posturas por demás enfrentadas de los que apoyan a Donald Trump y los que se alinean con Joe Biden (desde luego que habrá quienes simplemente se adhieren al Partido Republicano por convicción y los que lo hagan por el Partido Demócrata) me doy cuenta que tanto en Estados Unidos como en otros sitios del planeta se dirime de nuevo el asunto primordial de la democracia.

En el país vecino del norte, el ambiente está caldeado. Donald Trump logró conquistar durante sus cuatro años de presidencia a un cuantioso número de estadounidenses, los menos informados o educados, aquellos que creyeron en las teorías de la conspiración, que temen a las vacunas, razón por la que ha resurgido la poliomielitis en aquel país y muchos han muerto de Covid. Como sea, el día 8 de este mes de noviembre concluyó el proceso electoral para elegir representantes en la Cámara Baja y en la Cámara Alta y en las gubernaturas. Hasta ahora, mientras se siguen llevando los conteos, la Cámara Baja queda en manos de los republicanos y la Alta parece inclinarse por los demócratas. Veremos más tarde cómo se termina de inclinar el voto, y cómo se defiende allí la democracia. Por lo que podemos suponer mediante las votaciones, la nación de la “ola roja” como la esperaba Donald Trump, dado que el rojo es el color del Partido Republicano, se topó, en alguna medida, con los demócratas, lo cual será un respiro para todos en el planeta. Ahora falta, claro que Donald Trump decida anunciar su candidatura el próximo día 14, si es que lo que lo hace, y que para nuestra desgracia ganara en el 2024.

Entretanto, en México se libra la lucha por la permanencia del bastión más importante de nuestro andamiaje democrático: el INE, al que la Cuatroté dirige sus misiles autoritarios por medio de una tramposa Reforma Electoral. El presidente Andrés Manuel López Obrador quiere tener todos los pelos de la mula en la mano: para ello necesita elecciones a modo y asegurarse así que su cacareada Transformación, que debería llamarse Regresión, permanezca después del 2024. Su talante autocrático se irrita contra quien rechace su decisión inamovible, que, de todas formas, tendrá que pasar por las instancias legislativas y ya sabemos lo que ocurrió con el dirigente del PRI, Alito Moreno que, como oposición, fue doblado por MoReNa para aprobar en la cámara de senadores que la Guardia Nacional pasara al tutelaje de la Secretaría de la Defensa. Desde luego el presidente y los más cercanos de su gabinete, así como sus seguidores y bots de las redes sociales, que han surgido de manera explosiva en los últimos días, atacan a los que nos hemos propuesto realizar una marcha el domingo 13 en apoyo total y absoluto del Instituto Nacional Electoral. AMLO nos tacha de “ racistas, hipócritas” ,de “clasistas” y “muy, muy hipócritas” y agrega:

Son muy hipócritas. Hablan de que se va a destruir el INE, que va a haber una dictadura, que lo estoy haciendo (se refiere a la presunta reforma electoral) porque me voy a quedar, que va a ver reelección, pues que no se dejen engañar. A la gente que vaya que sepa qué es una marcha, una manifestación en contra de nosotros por la política que estamos llevando a cabo a favor del pueblo. (Nota de Lidia Arista en Expansión).

Su aborrecimiento por los Consejeros del INE, en concreto por el Consejero Presidente Lorenzo Córdova y por Ciro Murayama no lo oculta, al contrario, en lugar de argumentar, se explaya en insultos: rateros, clasistas, hipócritas, achichincles, despistados, racistas, aspiracionistas, fifís, cretinos, corruptazos, vulgares, ambiciosos, mentirosos, farsantes, matraqueros, inmorales, alcahuetes, saqueadores. Junto con ellos, a los que marcharemos nos ha mandado muy lejos. A miembros de la Iglesia que han defendido el órgano democrático que conforma el INE también los ha tachado de hipócritas. Es decir, vilipendia a todo aquel que discrepe de una reforma que solo mantendría en el poder a MoReNa y a él mismo detrás del trono. Como no proporciona razones para explicar los cambios que pretende en el INE sólo descalifica y agravia. La verdad resultaría muy divertido si atrás de sus ofensas no estuviera en juego la democracia en México.

De acuerdo con una nota de prensa del miércoles 9 del diario Reforma se habían registrado hasta ese momento 51 organizaciones de la sociedad civil para acudir a la marcha en defensa del INE, que se replicará en movilizaciones de 36 ciudades de la república.

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La marcha se planeó para partir del Ángel de la Independencia y arribar al Hemiciclo a Juárez. Amlo sugiere que se llegue hasta el Zócalo porque don Benito Juárez estaría en desacuerdo con la manifestación. Sin embargo, los varios grupos organizadores han propuesto llegar al Monumento de la Revolución. El único orador será José Woldenberg, quien fuera presidente del IFE (hoy INE) de 1996 a 2003. Woldenberg es doctor en Ciencias políticas, colaborador de El Universal, ha escrito más de diez libros sobre temas políticos y decenas de artículos y ensayos.

Por lo pronto, en su presupuesto de Egresos del próximo año, López Obrador anunció un recorte de 6 mil 642 millones de pesos a organismos autónomos, de esos 4 mil 475 se le quitarán al INE, como apunta Joaquín López Dóriga en su artículo diario de Milenio de ayer miércoles. Es decir, que aunque marchemos miles de ciudadanos mexicanos el domingo 13, cumpleaños del señor presidente, para exigir que se salvaguarde la autonomía del Instituto Nacional Electoral, a este Instituto y a las futuras elecciones en México se les dejó caer encima la guadaña cuatroteísta.

México necesita elecciones libres y limpias. MEXICO NECESITA AL INE, NO A LA REFORMA ELECTORAL ni las embestidas de la presidencia.

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