Opinión

El hubiera sí existe, 49ers lo demostró

Durante los últimos 11 meses mucho de la conversación sobre la temporada 2023 de la NFL se centró en un juego que dejó a mucha gente, tanto de la Liga como de la afición, con una interrogante: la del “Y si hubiera”. Si, y aunque como se dice el hubiera no existe, aquel encuentro por el Campeonato de la Conferencia Nacional entre Filadelfia y San Francisco en enero de este año llenó páginas y páginas, y espacios de discusión sobre qué habría sucedido si aquel juego se hubiera llevado a cabo en igualdad de condiciones entre Águilas y 49ers.

Pues bien, en esta ocasión ese hubiera si se materializó y lo pudimos comprobar el domingo anterior con la contundente victoria de San Francisco sobre Filadelfia en el mismísimo Lincoln Stadium.

Durante todo este tiempo nunca terminaron los dimes y diretes entre los protagonistas, desde las declaraciones del receptor de los 49ers, Brandon Aiyuk, al señalar que habrían ganado ese juego si hubieran contado con Brock Purdy, hasta las fuertes palabras que se dedicaron Deebo Samuel, también receptor de San Francisco, con uno de los defensivos secundarios de Filadelfia, al llamarlo basura por su forma de jugar, ruda y sucia, en algunas ocasiones.

Y aunque obviamente ningún elemento de ambos bandos aceptó ver el juego como una revancha de lo sucedido en enero, la realidad es que todos sabían que, en efecto, había muchas cuentas pendientes por saldar.

Al final, el resultado del domingo lo dejó en claro, ambos equipos en su mejor momento y con todas sus armas se enfrentaron y el ganador absoluto, porque no encontramos otra descripción más exacta, fue San Francisco, que en base a un plan muy bien diseñado y una ejecución exacta tanto ofensiva como defensiva, anularon al llamado mejor equipo de la NFL en este momento.

Integrantes de los 49ers en partido

Integrantes de los 49ers en partido

Especial

Ambos cuadros están llenos de talento en el campo, eso ni ponerse en duda, sin embargo, la gran diferencia fue, como suele ser en estas instancias, el staff de coacheo, y en esta ocasión se debe reconocer que el equipo de Kyle Shanahan le ganó la partida de manera categórica al grupo de Nick Siriani.

Como lo señalamos en la columna anterior, fue un duelo entre la fuerza y rudeza de las Águilas contra el juego fino e inteligente de los 49ers. Y en ese aspecto, la historia no se equivoca, porque cuántas veces hemos atestiguado esa clase de choques en rudos y técnicos, y al final ver que una mejor planeación sobresale antes que la enjundia y la fuerza.

Mientras que la ofensiva de Shanahan lució al encontrar los puntos débiles de la defensiva de Siriani, la ofensiva de las Águilas poco pudo hacer ante la demostración del esquema presentado por Steve Wilks, que anuló por completo al ataque de Filadelfia.

Cabe señalar que mucho de esa misma discusión en los pasados 11 meses también se basó en apuntar hacia ambos quarterbacks, pues mientras que las mayorías seguían encumbrando a Jalen Hurts como un portento de mariscal de campo, a Brock Purdy de San Francisco intentaron minimizarlo.

Pues bien, sin dar tantos argumentos técnicos, llegado el día de la revancha, porque eso fue, Purdy se llevó el show con cuatro pases de anotación y un pulido manejo de la ofensiva de Shanahan con una ejecución exacta, a pesar de que increíblemente aún algunos tratan de demeritar su trabajo.

Se diga lo que se diga, el resultado del domingo le dio la razón a Aiyuk y Samuel, respecto a que si hubiesen contado con su mariscal de campo habrían ganado ese juego de Campeonato de la NFC en enero pasado.

Ahora, aunque Filaldelfia aún está un juego arriba de San Francisco, la victoria de los 49ers podría ser vital en caso de que ambos conjuntos acabaran con el mismo récord.

Es verdad que aún faltan cinco juegos por disputar, pero también es real que los 49ers dieron cátedra de cómo vencer al llamado “equipo invencible”, y justo al cierre de la campaña, cuando los equipos se supone que llegan a su mejor momento.

Ambos estarán en playoffs, ambos ganarán sus respectivas divisiones, pero saber en qué momento se volverán a ver las caras, sólo el destino de la postemporada lo definirá, pero lo que es un hecho, es que este juego entre 49ers y Águilas se ha vuelto un clásico de esta época.

POSDATA PARA COMANDANTES Y JEFES

Por otra parte, hay dos aspectos que llamaron mi atención durante esta semana que no quería dejar escapar; la primera: la paciencia que tiene o disimula tener la nueva directiva de los Comandantes de Washington al mantener aún a Ron Rivera como coach. Un equipo para ganar requiere de un estratega no de un tutor de buenas conciencias, que es en lo que se ha transformado Rivera con el paso de los años.

De hecho, cuando Washington contrató a Rivera aún bajo la administración de Dan Snyder, esa era la consigna y misión de un equipo que había perdido los valores. De cierta manera, digamos que cumplió su labor, pero con eso no alcanza para ganar.

Es un hecho que la nueva directiva debe hacer cambios radicales para la siguiente temporada, y no será de dudar que entre esos cambios esté la salida de Rivera. Muchos creen que debe ser la oportunidad para que Eric Bienemy, el exitoso coordinador ofensivo traído de Kansas City este año, tome el mando, aunque sabemos que aún existen muchos sesgos raciales en cuestión de altos mandos y cargos en la NFL; no olvidemos que Bienemy es un entrenador de raza negra, un tema que aún es delicado entre las altas esferas de la Liga.

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En segundo lugar, esta el bache en que ha caído el equipo de Kansas City. Aunque algunos quieren tachar a Pat Mahomes como posible responsable, o hasta al coach Andy Reid, nadie quiere señalar o voltea a ver a la directiva de los Hunt en la oficina de los Jefes, ya que ellos son los verdaderos culpables de que el equipo tenga un pobre y mediocre cuerpo de receptores que en nada ayudan a un Mahomes, quien, hay que decirlo, disfraza esa carencia con su talento para salvar la situación. Porque seamos realistas, y fuera de Travis Kelce o Isahia Pacheco, la verdad es que no hay nadie que marque la diferencia en la ofensiva; bueno, ni siquiera tienen un corredor de mediana calidad, porque Pacheco es más un jugador híbrido que un acarreador como tal.

Los Jefes ganarán su división, pero esta vez, más que nunca, llegarán tan lejos como le alcance a Mahomes, no tanto a un equipo como grupo de jugadores.