Opinión

El TLCAN abrió las puertas a Toyota en México

Toyota de México, que ahora dirige Guillermo Díaz, celebró 20 años de operaciones en México. La firma japonesa llegó gracias a la firma del Tratado de Libre Comercio que se firmó en 1994 entre México, Estados Unidos y Canadá, en el ocaso del sexenio del ex presidente, Carlos Salinas. Durante más de cinco años se especuló sobre su llegada y era como el cuento del lobo. Las marcas americanas no veían con buenos ojos la llegada de Toyota, por su alto nivel competitivo y temían que arrasara con el mercado nacional. Finalmente, inauguró su primera distribuidora en 2002

A 20 años de distancia se corroboró que la competencia en el sector automotriz es mágica. Toyota ha demostrado su voluntad de aportar al crecimiento y desarrollo del país, invirtiendo más de 1,400 millones de dólares, que han ayudado a generar más de 11,000 empleos, de los cuales, más de 4 mil son directos. Si bien es cierto, que las participaciones de mercado se pulverizaron, la realidad es que hoy todas las marcas venden más autos, tienen una mejor operación y los vehículos tienen calidad global.

Adolfo Hegewisch, dirigió a la marca durante nueve años, hasta 2003-2012 y posicionó a la marca muy cerca del nivel de vehículos de lujo. Durante años se negó a ofrecer ofertas o descuentos bajo la premisa de que Toyota vendía autos de calidad y funcionó durante un buen tiempo, pero la fuerte presión del resto de marcas, los obligó a aterrizar y entender que había que ponerse el overol a favor del cliente. La crisis 2008-2009 los tomó con altos inventarios y fueron obligados los cambios, cuando las ventas bajaron por los 60 mil unidades anuales. Sin embargo, consideramos que Adolfo cumplió su misión.

Entró al relevó Tom Sullivan, un directivo muy capaz que venía del área financiera. Entendió que Toyota debía bajarla de la nube y volvió a reverdecer. Trajeron a México los primeros vehículos híbridos –Prius- realmente eficiente y hizo las gestiones necesarias para que Toyota tuviera su propia planta en Guanajuato. Se iba a producir el Camy, pero los berrinches del presidente Donald Trump, obligó a un cambio por Tacoma, la pick-up de volumen.

Es paradógico, pero la administración de Sullivan duró nueve años, al igual que la de Hegewisch. Hace tan solo una semanas entró al relevo Guillermo Díaz, pupilo Sullivan desde los días que dirigía la financiera de Toyota. Se preparó el relevo de manera tersa, sin crisis y hacia delante la tarea de Memo, como le dicen quien lo estiman, es posicionar los autos híbridos y eléctricos. Lleva camino andado porque de los 100 mil autos que piensan vender este año, cerca del 30 por ciento serán precisamente bajas o cero emisiones.

Sin el Tratado de Libre Comercio, que se firmó en 1994, y que para muchos fue motivo de la rebelión de Chiapas en el primer día de 1995, Toyota muy difícilmente estaría en México. Sin la decisión de impulsar la competencia, como ocurre en otros sectores, los mexicanos no tendríamos la basta oferta y precios competitivos a nivel mundial después de impuestos.

Foto: Especial

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