Opinión

Zelensky, el derecho a tener miedo

Sociedad y Poder

El liderazgo es la capacidad para conducir a otros. A los líderes los forjan la capacidad personal, pero también las circunstancias. Hace cuatro años Volodimir Zelensky era un popular comediante de televisión. Hoy encabeza la resistencia en Ucrania con una amalgama de obstinación, orgullo, exigencia y valentía.

Foto: Especial

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Cansado, pálido, con barba, en su playera militar, Zelensky ejemplifica la persecución que padece Ucrania. The Times asegura que más de 400 mercenarios rusos, que integran la milicia privada llamada “Grupo Wagner”, se encuentran en Kiev y su primer objetivo es asesinar al presidente ucraniano. Se ha informado que, en los últimos días, Zelensky ha escapado a tres atentados.

En vez de salir del país e instalar su gobierno en condiciones seguras, Zelensky permanece detrás de las trincheras. “Necesito municiones, no un aventón”, replicó cuando Estados Unidos ofreció trasladarlo fuera de Ucrania. Habla sin rodeos, con la urgencia que impone la guerra. Antes de la invasión, advirtió al gobierno ruso: “Cuando nos ataquen verán nuestras caras, no nuestras espaldas”. Luego emplazó a otros países: “Si no ofrecen ayuda real, mañana la guerra llamará a su puerta”.

En una transmisión para los dirigentes de la Unión Europea, Zelensky dijo con calma pero con dramatismo: “esta puede ser la última vez que ustedes me ven vivo”. Ya es un héroe pero no pretende ser un mártir, no es un aventurado sino un valiente que asume su responsabilidad. “No quiero que la historia de Ucrania sea una leyenda acerca de 300 espartanos. Lo que quiero es paz”, dijo el jueves a sus conciudadanos.

Un par de días antes, Zelensky aseguró al Parlamento Europeo: “Nadie nos va a quebrar… lo que queremos es ver vivos a nuestros niños. Creo que eso es justo”. El intérprete que traducía al inglés rompió en lágrimas durante ese mensaje.

La conmovedora emoción del presidente de Ucrania no es suficiente para propiciar las decisiones internacionales capaces de frenar el belicismo de Vladimir Putin. El sábado Zelensky criticó a los países de la OTAN que, para no exacerbar el enfrentamiento con Rusia, no establecen una zona de exclusión aérea sobre Ucrania: “Todas las personas que mueran a partir de este día también morirán debido a ustedes, debido a su debilidad, debido a su falta de unidad”.

Cuando en 2019 ganó la elección con casi 73% de los votos, Zelensky era célebre porque había protagonizado la serie de televisión “Servidor del pueblo”, en donde un profesor se convierte en presidente. La metáfora se convirtió en realidad pero, para desdicha de Ucrania, luego la comedia devino en tragedia.

Zelensky tenía una próspera empresa de espectáculos y sus programas se difundían tanto en Rusia como en Ucrania. Cuando Putin invadió Crimea en 2014, dio dinero para la defensa ucraniana y se ganó la animosidad del gobierno ruso. Más tarde su bandera de campaña fue limpiar a Ucrania de oligarcas pero no logró erradicar la antigua corrupción. Ucrania se encuentra en el sitio 117 de los 180 registrados por Transparencia Internacional (México está en el 124). Incluso una empresa suya y de su esposa, fue mencionada en octubre pasado en los Pandora Papers entre las que tenían fondos en paraísos fiscales.

A Zelensky le gustan los golpes escénicos. Franklin Foer, en una semblanza para The Atlantic en diciembre de 2019, relató que cuando algunos miembros de su partido fueron acusados de corrupción, Zelensky organizó pruebas con detector de mentiras que fueron transmitidas en Facebook. En octubre de 2019, ofreció una conferencia de prensa que duró 14 horas. Los reporteros se presentaban por turnos. De pronto, de acuerdo con el relato de Foer, apareció un individuo, con un crucifijo colgado al cuello, diciendo que el multimillonario estadounidense George Soros propagaba “la perversidad de la homosexualidad”. Zelensky se puso de pie y respondió, molesto: “Todos vivimos en una sociedad abierta donde cada uno puede elegir el idioma que habla, su etnia y orientación [sexual]. ¡Hay que dejarlos en paz, por el amor de dios!”.

Cuando fue cómico, Zelensky hizo comicidad de manera exitosa (a veces, ciertamente, con vulgaridad). Como presidente, ha honrado ese cargo. Debido a su trayectoria en televisión, fue comparado con Donald Trump. Sophie Pinkham escribió para The New York Review of Books en junio de 2019: “La plataforma de Trump es de odio, miedo y agresión. Zelensky, en cambio, es encantador, atractivo, tiene apenas 41 años y despliega una plataforma de reconciliación”.

Los líderes populistas promueven el enfrentamiento y la polarización en sus sociedades. Zelensky se propuso cohesionar a Ucrania sin desconocer sus diferencias. El programa “Servidor del pueblo” era fundamentalmente en ruso, pero los protagonistas decían frases en ucraniano. Pinkham apuntó que muchas familias en Ucrania utilizan indistintamente el ruso o el idioma nacional. Zelensky nunca se opuso al empleo del ruso y se dirige a los ciudadanos de Rusia en esa lengua.

Zelensky, que finca su liderazgo en la empatía, es la antípoda de Putin, que pretende imponerse por las malas. Nick Cohen comenta en The Guardian: “Putin ha destruido el atractivo de la política de hombre fuerte en la década de 2020, de manera tan eficaz como Adolfo Hitler y José Stalin hicieron en los 1930s”. Zelensky no apuesta por el culto a la personalidad, ni ha querido ser el único factor de poder en su país.

“Soy una persona viva, como cualquier ser humano”, dijo el jueves. “Si una persona no tiene miedo a perder su vida, o la vida de sus hijos, hay algo mal en ella”. Pero como presidente, agregó, “simplemente no tengo derecho a tener miedo”. La periodista Gaby Hinsliff escribe en The Guardian: “Cada día que Zelensky se escapa de que lo asesinen, cada noche que Kiev puede resistir, se sienten como un milagro”.

No sabemos cuántos sacrificios ni cuánto tiempo requieran los ucranianos para enfrentar la invasión rusa. Pero el liderazgo que con franqueza y arrojo Volodimir Zelensky ofrece a diario, son ya una lección para todo el mundo.