Investigadores del Departamento de la Policía de McAllen localizaron una muestra de ADN del presunto homicida del ex comandante de la Policía Judicial Federal de México, Guillermo González Calderoni, asesinado aquí en febrero de 2003.
El jefe del Departamento de Policía de McAllen, Víctor Rodríguez, destacó que el importante progreso en este caso es el hecho de que se pudo establecer evidencia del Acido Desoxirribonucleico (ADN) en este homicidio.
"El ADN es lo equivalente a una huella digital. La ubicamos y el resto del trabajo para nosotros es estrechar la lista de sospechosos y encontrar a quien pertenece", explicó.
Rodríguez informó que hace un par de meses el Departamento de Policía de McAllen recibió los resultados de una muestra de ADN que fue recuperada en el lugar del homicidio.
El jefe de policía no especificó de donde había sido extraída la evidencia ni donde fue ubicada.
González Calderoni fue asesinado de un disparo en la cabeza el 5 de febrero de 2003 cuando salía de la oficina de su abogado, Roberto Yzaguirre, y abordaba su automóvil en el norte de McAllen.
La policía consideró que el ex comandante fue asesinado por cuando menos dos hombres que llegaron hasta el interior de su automóvil gris con placas del estado de Louisiana. El vehículo fue encontrado dos días después abandonado en McAllen.
González Calderoni fue considerado uno de los comandantes más poderosos de la Policía Judicial Federal de México; su carrera en la Procuraduría General de la República (PGR) se inició en 1983 y pronto ascendió hasta los más altos niveles de esa corporación.
Al ex comandante se le atribuye la captura de uno de los más peligrosos narcotraficantes del país, Miguel Angel Félix Gallardo, internado en el penal de máxima seguridad de La Palma, en Almoloya de Juárez, en el Estado de México.
De igual forma, detuvo a los comandantes Rafael Chao López, Frank Miller y al ex director de la Interpol, Jorge Miguel Aldana Ibarra.
También intentó detener a Pablo Acosta Villarreal (alias El zorro de Ojinaga), un narcotraficante que era considerado como uno de los iniciadores de Rafael Caro Quintero en el negocio del tráfico de drogas. Acosta Villarreal murió cuando era detenido.
González Calderoni también capturó a Gilberto Ontiveros Lucero El Greñas, un narcotraficante de Ciudad Juárez, a quien le decomisaron uno de los hoteles más lujosos del país, "El palacio del César".
El ex policía fue dado de baja cuando la PGR supuso que había establecido lazos con narcotraficantes, y tras investigarlo lo acusó de enriquecimiento inexplicable.
Un juez mexicano giró luego una orden de aprehensión en su contra donde también se le formulaban cargos de tortura. González Calderoni evadió la orden de aprehensión cuando cruzó la frontera para refugiarse a finales de 1992 en Estados Unidos.
En este país, el ex comandante estaba dedicado al parecer a actividades empresariales y administraba cuando menos dos compañías de su propiedad, una de transportación terrestre y otra de importaciones y exportaciones.
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