
Una semana más en la oficina. Llegar temprano, checar a tiempo y cumplir con tu jornada de nueve horas reglamentarias día con día. Con solo decirlo ya es agotador, ¿no? Pues, en pocas palabras, el microshifting es la idea de romper con todo ese estereotipo que para nada figura entre las empresas de primer nivel.
Esta metodología, en contra de la jornada laboral tradicional, busca dar lugar a bloques más pequeñitos, flexibles y adaptados a tu rutina, momento de mayor energía y el punto ideal para tu proceso creativo.
¿Qué ventajas tiene el microshifting?
Desde que la pandemia nos puso la vida de cabeza, los horarios de muchas personas dejaron de estar disponibles para las jornadas rígidas de antes e incluso los presupuestos de las empresas se vieron beneficiados. Con el microshifting puedes, por ejemplo:
Jerarquizar tus tareas
Puedes comenzar con las tareas más pesadas, hacer una pausa larga para despejarte y realizar actividades de tu vida personal, volver después para un nuevo bloque laboral y cerrar cuando estás en racha.
Tal como lo muestran diversos análisis y estudios, esta modalidad permite alinear tu trabajo con tus momentos de enfoque real, optimizando tu creatividad y la calidad de tu trabajo, volviendo esta opción una vía de escape al “estar sentado solo porque tienes qué”.
Segmentar tu día
Hacerlo basado en tu propio ritmo, te ayudará a evitar los constantes “bloqueos creativos” que suelen ocurrir al cumplir con una rutina de oficina estricta.
De acuerdo con algunos datos, la gente solo es verdaderamente productiva por pocas horas consecutivas al día, por lo que optimizar el rendimiento de esos momentos es crucial para la obtención de mejores resultados. Por ejemplo, una persona podría trabajar 2 o 3 horas intensas, tomar un descanso y volver renovado para otro bloque.

¿Cuáles son los riesgos del microshifting?
Límites poco claros
La libertad de horarios puede parecer maravillosa, pero algunos expertos advierten que el no mantener una rutina establecida podría resultar en trabajar más tiempo. Tomar consiencia del momento del trabajo y el descanso es crucial.
Disciplina
No basta con decir “voy a hacer microshifting”. Para que funcione, es clave establecer expectativas claras:
- Cuándo estás conectado
- Cuándo no
- Cuáles son tus bloques de máxima concentración
- Cual es tu momento de coordinar con tu equipo de trabajo
Sin ese acuerdo, la flexibilidad puede convertirse en caos y, en los peores casos, contraproducente para ambas partes.
Tips para implementar el microshifting
- Conócete: identificá en qué horario del día tienes más enfoque y dedica mayor tiempo en ese bloque.
- Respeta tu tiemplo: tanto tus periodos de trabajo intensivo, como tus pausas deben de ser tu prioridad. Esto ayuda a que otros sepan cuándo estás disponible y respetar mejor tus tiempos.
- Batch tasks: agrupa tus tareas similares en un mismo bloque para evitar estar cambiando de mode mental todo el tiempo.
- Define límites: pon un “tope” para que tu flexibilidad no se convierta en esclavitud.
Lo más importante en esta nueva experiencia es la honestidad. Puedes probar un mes y analizar qué tan bien te está funcionando este modelo. ¿Te saturaste? ¿Te distrajiste? Cambiá lo que no te funciona pero recuerda que renonocer y ejecutar lo mejor para ti siempre será lo más funcional.
