
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una advertencia pública sobre los aparatos de vapeo y los cigarrillos electrónicos, señalando que muchas de las afirmaciones de sus fabricantes “son falsas o engañosas” y pidiendo a los gobiernos que los regulen con urgencia.
En un informe reciente, la OMS señala que los productos de nicotina sin combustión como los cigarrillos electrónicos no están exentos de riesgo. Según la organización, estos dispositivos están ganando popularidad entre los jóvenes y adolescentes, lo que podría revertir décadas de avances en salud pública.
La OMS indica que el problema central radica en cómo éstos aparatos son comercializados: con sabores atractivos, presentaciones “cool” y mensajes de marketing que sugieren menor daño. “No se trata solo de innovación, es manipulación”, declaró uno de sus portavoces. La entidad insiste en que los jóvenes tienen más probabilidades de engancharse a la nicotina a través de estos dispositivos y posteriormente convertirse en fumadores de productos convencionales.
Por ese motivo, la OMS insta a que los gobiernos garanticen una regulación estricta: prohibición de aromas atractivos para menores, control de la publicidad, normas de venta más rigurosas y equiparación de los cigarrillos electrónicos al tabaco tradicional en términos regulatorios. En el comunicado de mayo de 2025, la OMS destacó que muchos países aún no cuentan con “salvaguardas” adecuadas frente a estos nuevos productos.
Los datos también resultan alarmantes: en la región de las Américas, por ejemplo, el uso de cigarrillos electrónicos entre adolescentes de 13 a 15 años ronda el 5,4 %, cifra que se acerca bastante al promedio de consumo de cigarrillos convencionales. Aunque el consumo general de tabaco ha disminuido en las últimas décadas, la irrupción de estos productos gana terreno y amenaza los logros alcanzados.
La OMS reitera que no hay evidencia concluyente de que los cigarrillos electrónicos sean una vía segura para dejar de fumar. De hecho, advierte que su uso podría incluso perpetuar la dependencia a la nicotina en lugar de erradicarla. En este sentido, pide que no se permita que estos productos se presenten como “ayuda para dejar de fumar” sin pruebas inequívocas.
Para países como el nuestro, la llamada de la OMS representa una señal de alarma. Los formuladores de políticas deberán valorar si actualmente existe normativa que regule la venta, promoción y uso de dispositivos de vapeo y, de no existir, considerar su implementación urgente. El objetivo es claro: proteger a la población, especialmente a jóvenes y menores, de una nueva generación de adicción emergente.
Finalmente, la OMS advierte que los cigarrillos electrónicos no son inocuos, que muchas de sus promesas de menor riesgo son “engañosas” y que los gobiernos deben actuar para regularlos. En un momento en el que la nicotina pareciera “renovar” su atractivo entre los jóvenes, la agencia subraya que lo importante es evitar que una epidemia vieja reaparezca bajo nuevas formas.