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El origen de las decoraciones navideñas

De manzanas a esferas

Esferas

Semanas antes de que comiencen las celebraciones decembrinas, las casas y las tiendas comerciales comienzan a decorar sus espacios con esferas navideñas, y aunque los pinos de Navidad son el espacio predilecto de dichos ornamentos, originalmente no eran construidos a base de plástico ni de vidrio.

Los inicios de las esferas viene de la mano de los árboles representativos de esta misma temporada. San Bonifacio de Maguncia, a quien se le atribuye dicha tradición, aproximadamente en el siglo VII, decoró un roble en honor a el dios nórdico del trueno Thor. Y con los años se transformó en el pino navideño como se le conoce hoy en día.

La decoración del roble de San Bonifacio de Maguncia, fue a base de manzanas. Su reemplazo se debió a que era una opción poco práctica, ya que al tratarse de una fruta se echaban rápidamente a perder.

Otro de los elementos que con el tiempo evoluciono, fueron las velas. En el tiempo actual, como consecuencia del riesgo de incendio que representaban sus antecesoras, se utilizan luces artificiales.

En cuanto al país en donde se fabricó por primera vez una esfera de cristal, existe un debate que involucra a dos naciones. Por un lado, en la ciudad de Lauscha, Alemania, en 1847 se le atribuye a Hans Greiner sustituir a las manzanas con esferas huecas y brillantes. Por el otro lado, en 1858, en un pueblo de Francia llamado Goetzenbruck, tras una terrible sequía, un fabricante de vidrio creo adornos similares a la fruta.

Con la llegada de los españoles a México, la Navidad fue introducida, pero el árbol no se convierto en una tradición oficial en el país, hasta que el emperador Maximiliano de Hasburgo y su esposa Carlota lo presentaron en el Palacio Imperial.

Actualmente las esferas navideñas más comunes son de plástico, además de que se les añaden listones y brillos. Asimismo hay tres pueblos mexicanos que son conocidos por producirlas en gran cantidad; Chignahuapan y Atlixco en Puebla y Tlalpujahua en Michoacán.

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