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México ante el conflicto entre Ucrania y Rusia

La invasión a Ucrania no ha pasado desapercibida para el gobierno mexicano, el cual ha actuado siguiendo los principios normativos de la política exterior mexicana, pero también con cierto pragmatismo

voces de la uam

A un año de la invasión rusa, manifestantes en EU y otras latitudes muestran su apoyo a Ucrania.

A un año de la invasión rusa, manifestantes en EU y otras latitudes muestran su apoyo a Ucrania.

EFE

A un año del inicio del conflicto militar entre Ucrania y Rusia resulta importante poner en perspectiva cuál es el contexto actual de esta crisis, que tiene un alcance global. En este sentido, también es fundamental pensar el papel de México durante este proceso. Hasta ahora sabemos que durante los meses de enfrentamiento se han acumulado muertes de civiles ucranianos y de militares de ambos bandos, a su vez ha tomado lugar un exilio de ucranianos a países vecinos, que probablemente es el más significativo después de la segunda guerra mundial, con repercusiones en el corto y largo plazo.

Además, conocemos que el conflicto también ha afectado el dinamismo de los mercados globales (la dinámica de abastecimiento de alimentos provenientes de la región y la variación de precios de energéticos) y que ha trascendido en la geopolítica global. En las últimas semanas, se han fortalecido alianzas técnico-militares de países de la Unión Europea y de Estados Unidos con Ucrania, así como un respaldo creciente a Kiev en el marco de la conferencia de seguridad de Munich en 2023. Asimismo, existe una reconfiguración de los acuerdos globales; Rusia, por ejemplo, anunció la suspensión -que no el retiro total- de su participación dentro del nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas entre Washington y Moscú que, entre otros asuntos, verifica y pone limites al uso de armas nucleares.

Así, encontramos un agravamiento del conflicto a escala internacional, en donde las grandes potencias y los países involucrados buscan satisfacer sus intereses y en donde la escalada militar crea incertidumbre sobre el futuro de la región y de las relaciones internacionales. A esta tradición más clásica del análisis geopolítico, podemos agregar la reflexión sobre el papel que pueden jugar las potencias medias como México, que puede fungir como mediador en un creciente entorno de conflicto y avanzar sus propios objetivos de política exterior.

La invasión a Ucrania no ha pasado desapercibida para el gobierno mexicano, el cual ha actuado siguiendo los principios normativos de la política exterior mexicana, pero también con cierto pragmatismo. Recordemos que por mandato constitucional, según lo que establece el artículo 89 Fracción X, México defiende dentro de otras cosas: la no intervención, la solución pacífica de controversias, la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, respecto protección y promoción de derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales. Todos temas vinculados con el proceso de guerra entre Ucrania y Rusia y sus conscuencias.

El gobierno mexicano ha hecho eco de estos principios en los discursos oficiales respecto a este asunto, por parte del presidente Andrés Manuel Lopez Obrador y el canciller Marcelo Ebrard, pero también en foros multilaterales, principal espacio de acción de México ante el conflicto en Ucrania. Estas posturas ayudan a conocer mejor el pragmatismo principista de la política exterior de México, del cual habla Rafael Velázquez. La postura mexicana se nutre a su vez de varios elementos, entre los que destacan: las prioridades consulares de México ante el conflicto en Ucrania; los principios de política exterior de México y la perspectiva ideológica de la 4T; y las relaciones prioritarias de México en el escenario internacional (particularmente sus los vínculos con Estados Unidos, Rusia y China).

Biden abraza a Zelenski en Kiev

Biden abraza a Zelenski en Kiev

EFE

La prioridad de México desde el inicio de la guerra fue de carácter consular. Es decir, el gobierno mexicano se centró en la protección de los mexicanos en las zonas de conflicto. En febrero de 2022 la embajadora de México en Ucrania, Olga Beatriz García Guillén, anunció que de los 225 registrados ante la embajada, 50 de ellos informaron el interés de ser evacuados del país. Por su parte, de los 393 mexicanos registrados ante la embajada de México en Rusia (de los cuales la mitad vive en Moscú) no hay informes de solicitud de evacuación; a pesar de no haber factores de riesgo para los mexicanos en territorio ruso, los dos titulares que han estado a cargo de la representación mexicana en Rusia, Norma Pensado y Eduardo Villegas, han activado una diplomacia preventiva para procurar mantener contacto con los mexicanos en caso de emergencia.

Ahora bien, el gobierno mexicano también ha participado en espacios multilaterales desde los cuales ha impulsado su agenda principista y pragmática. En febrero de 2022 el canciller Ebrard anunció la postura mexicana condenando la invasión rusa a Ucrania y llamó al cese al fuego. Posteriormente, el gobierno apoyó iniciativas en la ONU siguiendo esta misma línea de acción: en abril de 2022, México se abstuvo de expulsar a Rusia del Consejo de Derechos Humanos, por considerar que era un espacio donde se podía buscar resolver el conflicto; el 6 de mayo de 2022, México presentó junto con Noruega la primera declaración del Consejo de Seguridad (CS) sobre Ucrania desde que la invasión rusa empezó, en apoyo al secretario Geberal de la ONU, António Guterres; en septiembre de 2022, Ebrard presentó su plan de acción ante el CS para lograr la paz; en febrero de 2023, México respaldó una resolución en la Asamblea General que llama al fin de la guerra y la retirada de las fuerzas rusas de territorio ucraniano.

A pesar de la postura normativa de la política exterior mexicana, el gobierno ha sido estratégico en sus vínculos con los países involucrados. Es decir, las relaciones con Ucrania y Rusia se mantienen y las decisiones no han afectado sus vínculos diplomáticos con las grandes potencias, incluyendo a los Estados Unidos y China frente a quienes ha mantenido su autonomía en este proceso. El presidente Obrador también ha vinculado la permanencia del conflicto con cuestiones como corrupción en la ONU y poderes fácticos (los medios de comunicación). Independientemente de cuestionas ideológicas, queda claro que México y la comunidad internacional deben apostar por una resolución pronta de la crisis, pues las consecuencias humanitarias, económicas y políticas de la guerra son preocupantes.

*Académico del Departamento de Política y Cultura de la Unidad Xochimilco de la UAM

Eduardo Tadeo Hernéndez es investigador de la Unidad Xochimilco.

Eduardo Tadeo Hernéndez es investigador de la Unidad Xochimilco.

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