Cultura

James Assir: “El trabajo de escritor es inimaginable para los hablantes de alguna lengua indígena”

No tenemos los privilegios del español en donde se busca un traductor o una corrección de estilo, añade el autor maya

fil de gudalajara

James Assir Sarao Cauich (centro), ganador del Premio de Literaturas Indígenas de América 2023.

James Assir Sarao Cauich (centro), ganador del Premio de Literaturas Indígenas de América 2023.

FIL DE GUADALAJARA

El trabajo de escritor es inimaginable para los hablantes de alguna lengua indígena porque siempre deben buscar otras fuentes de empleo que no se relacionan con las letras y la palabra “maya” desde hace cinco años, debido a la especulación de los terrenos ejidales ahora incentivada por el Tren Maya, se ha ligado a un producto vendible. Esas son afirmaciones que comparte en entrevista James Assir Sarao Cauich, ganador del Premio de Literaturas Indígenas de América 2023.

“Mi comunidad en Yucatán, Mocochá, es un pueblo pequeño, como de 3 mil habitantes y definitivamente tenemos nula cantidad de publicaciones, no hay gaceta, ni periódico ni nada parecido, tampoco tenemos radio ni ningún medio de difusión, nada más los ayuntamientos que a veces podrían tener ciertos informes”, comenta en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

A nivel estatal sí hay bastante normalización de textos en maya, añade. “Ayuda mucho ver representada tu lengua en escrito porque, aunque no todos los hablantes saben leer el maya, te representa un orgullo”.

Sin embargo, Sarao Cauich expresa que los escritores no tienen los medios para publicar, las alternativas son la autoedición electrónica o el Programa de Acciones Culturales Multilingües y Comunitarias (PACMyC) de la Secretaría de Cultura.

“Soy el segundo de mi familia que tiene algún grado académico, soy licenciado en literatura latinoamericana y eso me acercó a las letras. La cultura escrita no está en nuestra cotidianidad, entonces siento que los espacios no se dan de forma natural, no tenemos los privilegios del español en donde se busca un traductor o una corrección de estilo. Esos trabajos son casi nulos y entonces tienes que buscar medios desvinculados de la escritura”, afirma.

Sarao Cauich señala que, en las lenguas indígenas, el trabajo de escritor es inimaginable. “Creo que no hay un escritor netamente que viva al cien por ciento de la escritura en la lengua maya”.

TREN MAYA, DESUSO Y ESPECULACIÓN

La comunidad de donde es originario el premiado se encuentra cerca de una estación del Tren Maya, aproximadamente a unos 15 minutos, por lo que se le pregunta sobre la visibilidad de la lengua que realiza esta mega obra.

“Hay quienes están a favor y en contra. Quienes están en contra, hay que resaltarlo a diferencia de lo que algunos medios oficiales del gobierno mencionan que son asociaciones y que el dinero se obtiene de asociaciones del extranjero, es mentira. Me consta de primera fuente, porque lo vivo en mi propia comunidad, que los más afectados realmente son los ejidatarios y la mayoría de ellos son campesinos”, indica.

Si bien es cierto ya existían las vías férreas, aunado a este proyecto también viene la especulación de los terrenos ejidales y es algo que es muy reciente allá, agrega.

“De unos cinco años a la fecha han empezado a comprar terrenos de manera ilegal, personas se registran en el padrón de ejidatarios y a través de dinero sucio empiezan a comprar terrenos y empiezan a parcelarlos, luego los venden a empresas y hoteles. Realmente quien es consciente de esa situación está en contra”, comenta.

Sarao Cauich indica que hay varios que miran el Tren Maya como un ingreso económico. “Dentro de ellos evidentemente estamos escritores, traductores, maestros de lengua maya como es mi caso y si bien es una oportunidad innegable, también es algo que lamentablemente funciona como una pantalla para que se diga: estamos haciendo algo por la lengua maya”.

El autor de "La estética narrativa del Tsikbal" platica que vivió 17 años en Cancún, no en la zona hotelera, sino en los barrios marginados donde todas las personas hablaban maya.

“A pesar de ello se seguía vendiendo la idea de la Riviera Maya, entonces siento que la palabra maya ha pasado a ser un tipo de apodo o mote. Y no tanto el gobierno sino las empresas y las personas que desconocen nuestra cultura lo cosifican y clasifican como un tipo de producto consumible, vendible. Eso hace que el gobierno, con mucha facilidad, lo pueda reproducir, y es peligroso”, opina.

Sarao Cuaich hace una observación: el nombre del Tren Maya, Tsíimin K'áak, es un término en desuso para los maya hablantes.

¿Qué significa?

Significa literalmente caballo de fuego y en algunos lugares así se les nombraba a los ferrocarriles que funcionaban con fuego, con carbón. En este caso no aplica y además ya tiene mucho tiempo que los hablantes se desvincularon del uso del tren y de su término.

Es lamentable que sea sólo sea el nombre del tren cuando sabemos que en la práctica no es así, porque se busca a los mayas como producto, como mano de obra. Quieren nuestro discurso, nuestras palabras, nuestra lengua sólo para vender y eso es lo que percibimos algunos.

¿Qué opinan cuando se habla ‘del último maya’?

Para nosotros es un chiste, en el día a día con cualquier persona que hables y uses el concepto ‘último maya’ es que estás exagerando. El tono de piel de mi familia es claro y tienen ojos de color, pero son maya hablantes nativos y han vivido procesos históricos que se relacionan con la cultura maya, entonces decimos: ¡ay sí eres blanco pero eres el último maya! Es un chiste, lo decimos como broma.

¿Cómo se nombran?

Decimos que somos ‘maya wíinik’, es el término más conocido que significa ‘persona maya’, pero somos mayas porque hablamos maya, más no es que seamos mayas por una cuestión histórica vinculada a la arqueología o a los mayas del pasado.