Cultura

La muerte digital del arte

En las comunidades digitales obtener contactos y vender es más rápido que en la “realidad”

artgenetic

Eduardo Egea.

Eduardo Egea.

Santiago Itzcoatl (CDMX 1986) curó el 29, 30 y 31 de julio del 2022, en Casa Basalta, Colima no. 159 Colonia Roma, la exposición de 64 artistas, NFTgrdn V1:, Encuentro de Arte Contemporáneo, Cryptoart y NFTs, Nuevas Redes de Arte en la Década de los ‘20s.

Esta curaduría deja entrever rasgos de la nueva relación entre materialidad del arte y su virtualización digital a pesar de su deficiente montaje, contar con un excesivo número de artistas, carecer de cédulas, impuntual en sus eventos y con un afable pero irresponsable Santiago Itzcoatl quien al final no me envió un mapa o listado de obra-artista.

La tokenización implica la digitalización de un bien material, tensión que define a esta muestra: Una obra expuesta nació primero digital y tokenizada, pero fue ejecutada a mano como pintura mural efímera, proceso que evoca los Wall Drawings notariados de Sol LeWitt (1928-2007). En Memorias Orgánicas, 2020, El F3.Studio, imprimió y convirtió en Non Fungible Tokens, NFT, modelos generativos 3D de vegetales captados en fotogrametría; proceso igual —pero con tecnología actual— a Some Times Things, 1992, de Gary Hill, quien realizó vieja estereometría por computadora de objetos cotidianos. Otros artistas ofrecían tokens de edición o únicos de su arte objetual.

La pareja de artistas, Quirarte y Ornelas, me comentaron que en las comunidades digitales obtener contactos y vender es más rápido que en la “realidad”, pero qué hay tanta oferta y variedad que es difícil encajar y encontrar algo de interés. Este caos recuerda a esta expo, al mundo del graffiti y refleja un ecosistema del arte digital todavía en formación, lleno de artistas externos que saben nada de arte moderno y contemporáneo, como muchos expuestos en los centros ZKM, Karlsruhe o el también festival Ars Electronica, y que junto a la destrucción y tokenización de obra de artistas fallidos como Banksy o Damien Hirst apuntan a la dependencia entre la muerte del arte contemporáneo y cierto arte digital que nace muerto porque desconoce el conocimiento del cual emerge.

@artgenetic