Cultura

Durante el régimen soviético nos acostumbramos a vivir en los absurdos, dice Nora Ikstena

La escritora letona presenta su libro "Leche materna", donde narra la historia de tres mujeres: abuela, madre e hija

entrevista

Reconozco la tragedia, pero el absurdo nos ayuda a tener esta energía de seguir, señala Nora Ikstena.

Reconozco la tragedia, pero el absurdo nos ayuda a tener esta energía de seguir, señala Nora Ikstena.

Una madre que se niega a amamantar porque no quiere que su hija tome leche de una mujer sin deseos de vivir y una niña que sobrelleva la desesperanza de ver a personas que tras la Segunda Guerra Mundial y la caída del Muro de Berlín se sienten culpables, son algunos temas que aborda Nora Ikstena (Letonia, 1969) en su novela Leche materna, la cual llega al país gracias a la editorial Vaso Roto y a la traducción Rafael Martín Calvo.

Crónica platicó con la autora letona sobre este libro que narra el destino de tres mujeres ‒abuela, madre e hija‒, quienes interiorizan impulsos autodestructivos a causa de una represión política y buscan la manera de rebelarse para no transmitir el sufrimiento y la desesperanza de una generación a otra.

-¿Cómo vives los absurdos?

-Al pasar mi juventud durante el régimen soviético nos acostumbramos a vivir en los absurdos y los terminábamos convirtiendo en bromas o en algo cómico, sólo para tener el sentimiento de reírnos de ello, como muchas situaciones en el libro, pero no sólo fue en el régimen soviético también en el mundo contemporáneo, en estos dos años hemos vivido muchos absurdos con la vida, con la COVID, pero vemos muchas cosas absurdas que no son provocados por la enfermedad sino por las personas. Es una comedia negra.

“Reconozco la tragedia, pero el absurdo nos ayuda a tener esta energía de seguir y ver el lado bueno de las cosas. A veces cuando lees las tragedias de la historia o lees a Shakespeare ves tantas cosas cómicas en estos absurdos y las necesitas para sobrevivir”.

-¿Le interesaba dar un mensaje de esperanza?

-Toda la novela es sobre superar la desesperanza. Los personajes viven situaciones difíciles, pero aun así encuentran la manera de disfrutar la vida y cuando me remonto a esos años, cuando era adolescente, miro con nostalgia pero en esos momentos la única manera de lidiar con la desesperanza era con la vida diaria y con la familia. La novela termina con un gran sentido de esperanza en tener la libertad de escoger y de pensar.

-¿Cómo puedes definir la palabra libertad?

-Me di cuenta que no sería una escritora en el sistema opresor porque la libertad de pensar y de usar el lenguaje, de tener mis propios pensamientos que no sean forzados por el gobierno, por la política y los medios es lo más importante para mí, así que nunca hubiera considerado ser escritora en una sociedad que no fuera democrática y libre.

-¿Consideras que necesitamos regresar a ser niños y no juzgar nuestro alrededor en izquierda o derecha, en bueno o malo, en piojosos rusos o letones?

-Totalmente. No sé si en español tienen algo parecido pero en Letonia tenemos un dicho muy bello: Cuando Dios tuvo su mente infantil, significa que cuando tienes esta mente infantil libre de prejuicios, de envidia, de mentiras, tienes una forma verdadera de pensar. No significa que seas una persona inocente sino que tienes la posibilidad de tener una mente libre o de liberar tu mente y así permanecer estable en este mundo tan loco que estamos viviendo y que vivió la gente después de la Segunda Guerra Mundial.

En la novela se cuenta que el padre de la protagonista, por defender sus abedules, fue golpeado y llevado a un campo de concentración, y cuando reaparece en la novela, su hija dice que él vive con culpa sin tenerla, como muchos letones.

“Era muy común este sentimiento de culpa, muchas personas se vieron forzadas a tener una doble vida, tener que escoger entre dos caminos y a tener actitudes destructivas. El padre escogió entre su libertad de expresión y defender a su familia, este tipo de decisiones las tuvieron que tomar muchas personas, de seguir su conciencia o su deber, fue un conflicto en el que entraron y muchas veces esas personas han tenido que pagar por estas decisiones tomadas”, señala.

Despiece

Voces de mujeres

Leche materna de Nora Nora Ikstena se presentará a través de las redes sociales de Librería El Sótano el próximo 23 de noviembre.

La autora señala que su novela fue pensada para mostrar la perspectiva de ella, de una mujer escritora, a través de tres generaciones.

“Quería mostrar estas olas y diferentes altibajos entre las relaciones de madre e hija porque lo más difícil que puede sufrir alguien es la falta de amor y creo que la hija se convierte en esta mensajera de amor para la vida, ella es el futuro porque sigue con el entendimiento de que el amor y la vida tiene su propio valor”.