
El estadounidense Scottie Scheffler ha ganado más torneos y Majors que nadie en los últimos tres años. Es el número uno del mundo y nadie se le acerca. Nada significaría más para él que salir de Royal Portrush con la jarra de clarete de plata.
¿Y luego?
Ahí es donde el golf se complica un poco para Scheffler, quien ama su trabajo y todo el esfuerzo que conlleva, pero, el martes se encontró buscando lo que todo esto significa.
Pronunció una asombrosa reflexión antes The Open Championship sobre la realización personal. La respuesta corta: no son las dos chaquetas verdes del Masters, el Trofeo Wanamaker que ganó en el PGA Championship, los tres Premios Jack Nicklaus como jugador del año del PGA Tour o la FedExCup.
- “¿Es genial poder ganar torneos y lograr las cosas que he logrado en el golf? Sí, me trae lágrimas a los ojos solo pensarlo porque literalmente he trabajado toda mi vida para ser bueno en este deporte”, dijo Scheffler.
No es una vida plena
- “Pero al final del día, no estoy aquí para inspirar a la próxima generación de golfistas”, expresó. “No estoy aquí para inspirar a alguien a ser el mejor jugador del mundo porque, ¿cuál es el punto? Esta no es una vida plena. Es plena desde el sentido de logro, pero no es plena desde el sentido de los lugares más profundos de tú corazón”.
Devoto religioso, casado con Meredith y padre de Bennett, de apenas 14 meses, Scheffler aparenta tener la vida perfecta, pero lo que consigue en la cancha no se traslada en una felicidad total, según su enfoque.
Muchos aplausos, mucho dinero…
El graduado de la Universidad de Texas ganó tres Majors (Masters 2022 y 2024 y PGA Championship 2025), 16 títulos del PGA Tour en total, la medalla de oro en París 2024 y una ganancia solo en premios oficiales de 87, 896.470 dólares. Una carrera increíble, sobre todo si se considera que se unió al circuito más importante del mundo hace apenas cinco años.
Los comentarios de Scottie se dan en un año en que Rory McIlroy cumplió su sueño de vida de ganar el Masters, con lo que completó el Grand Slam de carrera. McIlroy habló el mes pasado sobre sentirse cansado de que le pregunten sobre sus próximas metas, la próxima montaña que quiere escalar.
- “Probablemente no me di suficiente tiempo para asimilarlo todo, pero esa es la naturaleza del golf profesional”, comentó McIlroy. “Es como estar en la rueda de hámster”.
Aquí es donde Scheffler podría ser diferente. Parece disfrutar de la rueda de hámster. No hay una próxima montaña que encontrar porque está ocupado en la cima.
Le encanta la persecución. Quiere el premio. Encuentra satisfacción en poner el trabajo. La emoción viene de la competencia. Scheffler también odia perder, sin importar lo que esté en juego.
“Scottie es alguien que se toma bien en serio el golf”, dijo su caddie, Ted Scott.