La industria pesquera no es una amenaza para la colonia del bobo enmascarado, porque no compite por los recursos ni causa muerte incidental de las aves por la pesca. Un resultado contrario al efecto de muchas pesquerías que diezman las colonias de aves marinas en todo el mundo.
Arrecife Alacranes es un Parque Nacional localizado 120 Kilómetros al norte de Puerto Progreso, Yucatán, aún dentro del talud continental. Debe su nombre no a la presencia de alacranes, sino a su peligrosidad para la navegación. El arrecife es famoso por su buceo de naufragios en los que hasta hace pocos años aún se podían extraer piezas u otros hallazgos. Arrecife Alacranes sigue siendo un excelente sitio de buceo arrecifal tanto libre como con SCUBA; su aislamiento relativo mantiene bajo el número de visitantes.
Arrecife Alacranes tiene cinco islas arenosas que van de los seis mil a los 32 mil metros cuadrados; una de ellas, Pérez, está habitada por una patrulla de la Armada, el farero en turno, el personal del parque y los investigadores en turno. El resto de las islas carece de habitación. Todas las islas son de gran importancia para aves marinas. Allí se encuentra la colonia más grande del bobo enmascarado (Sula dactylatra) del océano Atlántico, el bobo café (Sula leucogaster), el bobo de patas rojas (Sula sula), el charrán sombrío (Sterna fuscata), el charrán-bobo café (Anous stolidus) y la fragata magnífica (Fregata magnificens). Hay más de 7,500 nidos de aves marinas y, extraordinariamente, muchas de estas aves se reproducen a través del año, cuando es conocido que en otras latitudes la reproducción es estacional y sincrónica, es decir, todas las aves de una especie se reproducen en la misma temporada.
Esta gran concentración de nidos hace de Arrecife Alacranes a la vez un sitio vulnerable y de gran interés científico. Las islas fueron libradas de roedores invasores, ratas y ratones, que se alimentan de los huevos y pollos de las aves que allí habitan. Esta labor fue llevada a cabo por el Grupo de Ecología y Conservación de Islas (GECI), basado en Ensenada, Baja California.
Una de las principales preguntas a resolver es de dónde obtienen los recursos las aves a través de todo el año para observar esta reproducción continua, reproducción que nos obliga a preguntarnos: ¿existe una disponibilidad de alimento tan grande que es posible reproducirse en cualquier momento? o, al contrario, ¿el alimento es escaso y lo mejor es reproducirse cuando el menor número de aves lo esté haciendo, disminuyendo así la competencia por alimento?
El problema no es sólo de preocupación ecológica. Dada la gran concentración de aves y la presencia de pescadores dentro y fuera del arrecife, es importante saber si hay competencia por peces entre las aves y los pescadores. Esta competencia se torna en una mala disposición de los pescadores hacia las aves y en un peligro mortal para las aves, que pueden morir ahogadas en las redes y anzuelos de los pescadores.
En mi laboratorio nos dimos a la tarea de estudiar y describir la colonia del bobo enmascarado que anida isla Chica y su alimentación para compararla con los peces disponibles, dentro y fuera del arrecife, con los productos de la pesca de Puerto Progreso. Al comparar la selectividad de peces y pescadores podemos determinar si existe competencia. Si existe tal, sería necesario tomar las medidas que protejan a ambos, pescadores y aves.
La dieta del bobo enmascarado mostró diferencias temporales en las presas favoritas. En otoño 2011, la presa más consumida fue la sardina Sardinella anchovia; en primavera 2012, el pez volador Cypselurus heterurus. Al estudiar las presas llevadas a los nidos, por temporada encontramos diferencias en el número de presas capturadas y sus tamaños. Estas variaciones estacionales en la dieta pueden deberse principalmente a la disponibilidad y abundancia del alimento. La reproducción del bobo enmascarado en isla Pájaros es asincrónica; se encuentran desde aves cortejando, pasando por huevos, pollos y volantones (aves con plumaje completo pero incapaces de volar) a lo largo del año, siendo la primavera la época en la que hubo más individuos adultos, nidos y pollos. En primavera 2012 los adultos medidos se hallaban en peores condiciones que los de otoño de 2011 aunque hubo menos adultos, nidos y pollos en 2011.
Encontramos que los nidos se encontraban unos cerca de otros con grandes parches vacíos entre ellos, esto puede ser resultado tanto de la preferencia por un tipo de suelo en la isla, como por la sociabilidad de las aves en la colonia. La duración de los viajes de pesca de adultos con pollo fue más corta que la de los padres sin pollos. Para los padres con pollos, los viajes más frecuentes fueron de dos horas, a diferencias de los viajes de forrajeo de adultos sin pollo donde los viajes más frecuentes fueron de 17 horas; esta diferencia se explica por la gran presión que ejercen los pollos en los cuidados de sus padres para alimentación y protección.
Calculamos que los bobos enmascarados pueden volar hasta 75 km en línea recta de su colonia para obtener alimento para su sustento y el de los pollos y regresar al nido. Estos cálculos confirman los hábitos oceánicos de esta especie durante la reproducción.
Para saber si hay interacciones entre los bobos enmascarados y los pescadores de Puerto Progreso, documentamos cuáles eran las especies más pescadas en la región y entrevistamos a los pescadores palangreros de la región. Los resultados de este estudio son que la industria pesquera no significa una amenaza para la colonia del bobo enmascarado, ni por una competencia significativa por los recursos ni por muerte incidental por las artes de pesca. Este es un resultado contrario al efecto de muchas pesquerías que están afectando significativamente las colonias de aves marinas en todo el mundo.
Arrecife Alacranes es un Parque Nacional extraordinario y las medidas de conservación actuales parecen ser suficientes para la protección de sus colonias de aves marinas. Sin embargo, debemos mantener nuestra vigilancia, monitorear las pesquerías para medir y reducir sus efectos sobre las aves y prevenir y mitigar desastres como los derrames petroleros, que pudieran afectar la salud de estas colonias.
* El doctor Horacio de la Cueva (cuevas@cicese.mx), es miembro del SNI e Investigador Titular C de División de Biología Experimental y Aplicada en el CICESE. Trabaja en problemas de función y forma y en el área de conservación. Ha dirigido 30 tesis de posgrado y cuenta con más de 20 artículos en revistas científicas
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