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En el centro de “Un mejor papá”, se encuentra Lily Trevino, una joven en sus veintes marcada por los malos tratos, indiferencia y chantajes de su padre. Es así como se topa con un hombre que lleva el mismo nombre que su padre: Bob Trevino. Sin saberlo, ese simple mensaje da inicio a una relación que transformará la vida de ambos.
Bob es un hombre que también carga con una herida profunda: la pérdida de su hijo. En lugar de rechazar el contacto de Lily, decide responder, y entre ambos se construye una amistad tan genuina como inesperada. La historia que se desarrolla no gira en torno al vínculo biológico, sino al emocional, mostrando cómo dos personas pueden encontrarse en medio del dolor y ofrecerse compañía, comprensión y afecto.
Una historia real que toca el corazón
Lo que hace aún más poderosa a esta producción es su origen: está inspirada en hechos reales. La cineasta Tracie Laymon retoma una vivencia que la conmovió personalmente, dotando a la película de una sensibilidad que se percibe en cada escena. A través de este relato íntimo y profundamente humano, Laymon subraya cómo los lazos afectivos pueden construirse desde la empatía y no necesariamente desde la genética.
El guion, también escrito por Laymon, refleja su cercanía con la historia original, permitiéndole abordar los momentos de dolor, humor y ternura con una mirada respetuosa y auténtica.
Barbie Ferreira, reconocida por su papel en Euphoria, se transforma en Lily con una actuación que equilibra fortaleza y fragilidad. Su personaje busca respuestas, pero también termina brindando consuelo. Ferreira logra transmitir la mezcla de emociones que supone enfrentarse a un pasado inconcluso mientras construye un futuro inesperado.
Por su parte, John Leguizamo interpreta a Bob Trevino con una carga emocional conmovedora. Su personaje es un hombre golpeado por la pérdida, pero abierto a la posibilidad de redimirse y sanar a través de esta nueva relación. La química entre ambos actores logra que la relación entre Lily y Bob se sienta orgánica y profundamente creíble.
French Stewart también participa en el elenco, sumando matices a esta historia que se desenvuelve entre la tristeza y la esperanza.
Más allá de la sangre: una nueva mirada a la familia
Un mejor papá no solo cuenta una buena historia, sino que toca fibras universales. El abandono, la pérdida, la necesidad de ser aceptado, y la redefinición de lo que significa tener una familia, son algunos de los temas que la cinta aborda con gran sensibilidad.
La narrativa plantea que la paternidad —y, por extensión, la familia— no tiene que estar definida por la biología. En cambio, se construye día a día con actos de amor, apoyo emocional y disposición para estar presente. A través de Lily y Bob, el espectador se enfrenta a una realidad en la que muchas personas buscan un lugar al que pertenecer, y muchas otras tienen el poder de ofrecerlo, incluso sin proponérselo.
Además, su narrativa basada en la vida real añade un elemento de verosimilitud que permite a la audiencia conectar más profundamente con lo que ocurre en pantalla. No se trata solo de una ficción conmovedora, sino de una experiencia que ha sido vivida por personas reales.
Un mejor papá es más que una historia emotiva; es una ventana a la posibilidad de sanar a través de los demás. Nos recuerda que los vínculos humanos no siempre surgen de donde esperamos, pero cuando lo hacen, pueden cambiarlo todo.
Con actuaciones notables, una dirección sensible y una historia con un poderoso trasfondo emocional, esta película se posiciona como una propuesta relevante y conmovedora. En un momento donde las definiciones tradicionales de familia están siendo replanteadas, Un mejor papá ofrece una mirada honesta y esperanzadora sobre el poder de la conexión y el amor elegido.
Un mejor papá se perfila como una de esas películas que no solo se ven, sino que se sienten y se quedan. Porque todos, en algún momento, necesitamos encontrar —o ser— ese “mejor papá”.