
El Foro Puebla se transformó en un portal musical que conectó el presente con los albores del indie rock, cuando Clap Your Hands Say Yeah (CYHSY) celebró el 20º aniversario de su disco debut con una noche nostálgica, enérgica y emocional.

Una noche de clásicos y sorpresas
El set incluyó la totalidad del álbum homónimo, repleto de himnos generacionales como “The Skin of My Yellow Country Teeth”, “Is This Love?”, “Over and Over Again” y “Heavy Metal”, esta última en su versión remasterizada del 2004, redescubierta para esta gira aniversario. El listado del concierto, recogido en setlist.fm, mostró un total de 23 canciones, combinando el álbum original con otros temas icónicos de su repertorio, como “Fireproof” y “Better Off”.
Desde el arranque con “Some Loud Thunder”, la atmósfera se impregnó de una energía auténtica, reafirmando la reputación de CYHSY como banda en vivo: “exuberante, soñadora, texturizada, melódica, atmosférica y frenética”. El compás, confiado y afianzado, combinó delicadeza y fuerza: la batería retumbó con músculo, el bajo empujó con pulso firme, y la guitarra de “The Skin…” agregó un matiz melancólico que electrificó al foro.

El carismático frontman mantuvo su pulso natural, alternando momentos de contemplación, confesiones ligeras y agradecimientos al público mexicano: “agradecieron a su público mexicano por estar presente en una noche tan importante”. Su narrativa conversadora reforzó la idea de que la banda sigue fiel a sí misma a pesar de los años.
Uno de los momentos más significativos ocurrió de principio a fin durante la canción “Satan say dance”, donde la memoria colectiva rememoró la nostalgia del indie rock que nos ponía tan de buenas cada que dábamos “play” el reproductor y sonaba la música de los Clap. Fue entonces, cuando el frontman pidió acompañarlo en el coro de esta canción, por lo que todos al unísono corearon “Saaay danceee”.

La audiencia, compuesta mayoritariamente por millennials devotos de esa época dorada del indie, coreó cada tema con devoción y pasión, sintiendo que estaban reviviendo un viaje desde 2005. Parejas, amistades y solitarios melómanos encontraron un espacio comunitario cargado de emociones y camaradería.
La entrega musical fue intensa, el setlist memorable, y la experiencia de los asistentes —llena de emoción comunitaria— confirmó que, dos décadas después, la voz de Alec Ounsworth y su banda sigue resonando con poder y corazón en el indie rock. Sólo queda esperar si la banda regresará en un futuro con un nuevo trabajo de estudio o si nos quedaremos con la nostalgia de trabajos como Some Loud Thunder, Hysterical o The Tourist.