El sábado 26 de julio de 2025, Fuerza Regida hizo historia al abarrotar el Estadio GNP Seguros, consolidándose como una de las agrupaciones más influyentes del regional mexicano contemporáneo. Bajo la gira titulada Esto No Es Un Tour 2025, más de 65 mil asistentes fueron testigos de un espectáculo desbordante en intensidad, emoción y conexión colectiva.
El recinto vibró desde que sonaron los primeros acordes, y lo hizo durante casi cuatro horas de música ininterrumpida, con un repertorio que superó las cincuenta canciones. Los asistentes no solo corearon los éxitos más reconocibles de la banda, como “Radicamos en South Central”, “911” y “TQM”, sino que también acompañaron a la agrupación en un recorrido emocional que incluyó temas como “Por Esos Ojos”, éxito que llegó al top 5 de Hot Latin Songs, y que marcó el inicio de su resonancia global.
Invitados especiales y una fiesta inolvidable
Durante el concierto, el escenario se transformó en una pasarela de colaboraciones memorables. Edgardo Núñez apareció para acompañar “Billete Grande”, mientras que la Banda MS de Sergio Lizárraga irrumpió bajo una tenue llovizna para interpretar “Me Vas a Extrañar” y “El Color de Tus Ojos”, desatando la euforia del público.
La velada continuó con momentos inesperados: Jorsshh se unió a “Rosones”, y Clave Especial prendió los ánimos con “No Pasa Nada” y “Como Capo”. Incluso hubo espacio para la emotividad, cuando se rindió homenaje a Chuy Montana, artista cercano a la agrupación que falleció recientemente, lo que provocó lágrimas y aplausos en la audiencia. La participación de Chuyin en “Inmortal” añadió un matiz nostálgico a un show que, por momentos, se volvió profundamente personal.
El propio Jesús Ortíz Paz, líder de Fuerza Regida, mostró su vulnerabilidad al referirse a la recuperación de una cirugía de rodilla. Con humor y determinación, exclamó frente a miles: “Le ando echando verg*zos”, generando una ovación espontánea que reafirmó el cariño que el público le tiene.
Una noche que quedará tatuada en la historia del regional mexicano moderno
Ortiz Paz, visiblemente emocionado, recordó que la banda venía de tocar en escenarios como el Hollywood Bowl y el Madison Square Garden, pero destacó que pararse frente a su gente en Ciudad de México tenía un significado especial. “Estar aquí representa que el género no solo sobrevive, sino que evoluciona, se reinventa y conquista nuevos espacios sin perder sus raíces”, señaló.
El concierto no fue solo un despliegue de luces, visuales y arreglos musicales. Fue, sobre todo, un espejo en el que una comunidad entera —desde jóvenes tatuados con botas hasta familias completas— se reconoció en los versos, los silencios y los gritos del regional urbano. Bajo una llovizna que nunca apagó el ánimo, el público coreó cada palabra como si fuera un acto de afirmación cultural.
Ese sábado, la Ciudad de México no solo escuchó corridos, los vivió con orgullo, con lluvia y con fuego. Y Fuerza Regida, fiel a su esencia, dejó claro que lo suyo no es un tour: es una revolución musical en tiempo real.