
El pasado sábado 2 de agosto, la banda de regional mexicano Cuisillos vivió una noche inolvidable al presentarse por primera vez en la Arena Ciudad de México, escenario que fue testigo de la celebración de sus 38 años de carrera musical. Con un concierto que duró más de tres horas, la agrupación hizo un recorrido emocional por su historia, complaciendo a miles de asistentes que no dejaron de cantar y bailar.
Como es tradición en sus presentaciones, el espectáculo comenzó con un ritual ceremonial inspirado en raíces indígenas, con danzas, tambores y penachos que rindieron homenaje a la cultura que ha sido símbolo de identidad para Cuisillos desde sus inicios. Este momento, además de emotivo, marcó la pauta espiritual de la noche: respeto, fuerza y agradecimiento.
Un viaje musical lleno de nostalgia
El repertorio fue un verdadero regalo para los fans: 48 canciones que abarcaron desde sus primeros éxitos hasta sus temas más recientes. Clásicos como “Ya no me mires así”, “Mil heridas”, “Muñequita, y “A veces Lloro” hicieron vibrar a los presentes, quienes corearon cada palabra con entusiasmo.
La agrupación originaria de Guadalajara demostró por qué sigue siendo un referente del género: su sonido, su energía en el escenario y la conexión con el público permanecen tan vigentes como siempre.

Un final vibrante y emotivo
Desde los primeros acordes, el público se mantuvo atento y participativo. Algunos corearon con fuerza, otros aplaudieron o se dejaron llevar por el ritmo de temas que han acompañado a Cuisillos a lo largo de su carrera. Las canciones románticas generaron un ambiente íntimo, mientras que los éxitos más festivos pusieron a la mayoría a bailar
La velada cerró con una ovación y un ambiente que se resistía a apagarse. Fue un cierre a la altura de la ocasión, donde miles de fans vibraron al unísono con una banda que, tras 38 años de carrera, sigue generando una conexión genuina con su público. Más que un concierto, fue un reencuentro con la historia musical de muchas generaciones.