
Guillermo y Constanza despertaron con la emoción de quienes saben que la jornada está destinada a quedar en la memoria. En sus gestos había complicidad, en su andar una cadencia que anticipaba lo inevitable: bailar hasta que el tiempo dejara de tener importancia. El Pabellón Oeste del Palacio de los Deportes fue el escenario donde esta pareja se transformó en símbolo de lo que significa Festejando a los Grandes, un encuentro organizado por Fundación OCESA que convirtió la nostalgia en fiesta y el recuerdo en esperanza.
Frente a la música que los envolvía, ambos se dejaron llevar por los compases de la música de Los Ex de la Sonora. Cada giro fue una afirmación de amor, cada sonrisa un recordatorio de que los años no se miden en calendarios, pero sí en momentos compartidos. En medio de la multitud, ellos representaban la esencia misma del evento, que se resume en la alegría de seguir creando historias cuando la vida parece reclamar pausa.
Más que una celebración, se trató de una red tejida con lazos comunitarios. Organizaciones civiles y beneficiarios fueron convocados para compartir un espacio donde la música se convirtió en medicina y la convivencia en impulso vital.

Fundación OCESA y la misión de celebrar a los adultos mayores
El encuentro nació con una convicción clara, como explicó en entrevista Karla Pérez-Gil, gerente general de Fundación OCESA. La organización decidió honrar a los adultos mayores reconociendo su importancia en la sociedad.
“Este evento es para festejar a los adultos mayores. Definitivamente estamos convencidos de que son parte importante de nuestra sociedad; son legados, son quienes nos cuentan las historias y de quienes aprendemos”, señaló Pérez-Gil.
Además, fue clara al decir que los organizadores de Festejando a los Grandes salen con el corazón completamente alimentado al ver los rostros de los asistentes con una sonrisa.

Gloria Mayo y Gloria Aura, las madrinas de Festejando a los Grandes
El pabellón del Palacio de los Deportes se llenó de pasos firmes y voces al unísono. Los Ex de la Sonora pusieron en movimiento a los asistentes con clásicos que despertaron recuerdos compartidos. Perfume de gardenias se escuchó entre aplausos y abrazos, mientras decenas de parejas ocupaban la pista con la emoción intacta de la juventud.
La sorpresa fue protagonizada por Gloria Aura, una de las madrinas del evento, quien subió al escenario para cantar Mi caprichito junto a la agrupación. Su madre, la actriz Gloria Mayo, bailó entre el público mientras registraba el instante con la emoción propia de quien celebra tanto el presente como la continuidad de la tradición artística en su familia.

Casi medio siglo después de haber brillado en el certamen de Miss Mundo, la actriz Gloria Mayo integró el jurado del concurso de baile que fue parte de esta celebración a los adultos mayores.
Entre la euforia y la ternura de la tarde, compartió en entrevista un mensaje que aporta mucho valor a su papel de madrina de este evento: “¡Vivan la vida al máximo! Nunca dejen de pensar que son gente valiosa. No se dejen maltratar por nadie. Vivan el día a día al máximo, siendo felices.”
Para la actriz, la celebración representó también una deuda saldada con quienes en algún momento la acompañaron desde las butacas, recordando que el arte siempre se alimenta del público que lo sostiene.

Una fiesta que celebró la memoria y el presente
Festejando a los Grandes ofreció comida, pastel, concurso de baile y música en vivo, también permitió que los adultos mayores jugaran de nuevo, algunos con rostros pintados como cuando eran niños, todos con la certeza de que la edad jamás es límite para la alegría.

Los momentos que vivieron cientos de asistentes a este evento, recordó que la vida se vuelve más ligera cuando se comparte y que el tiempo, cuando se baila, deja de ser una carga para convertirse en celebración.