
Una historia con eje musical donde abunda la acción, aventura, personajes míticos y mucho k-pop, donde el grupo de chicas más popular esconde un secreto que las obliga a cumplir una heroica misión: mantener al mundo a salvo de los demonios por medio de su música.
Con su talento escénico como armas, Rumi, Mira y Zoey trabajan arduamente como cazadoras de demonios/integrantes de Huntr/x, para generar un escudo que impida el robo de almas inocentes para fortalecer al dios del inframundo.
Sus labores se complementan y las realizan de forma espectacular hasta que aparecen en escena sus adversarios, los Saja Boys, una agrupación de chicos demonios que tienen el objetivo de destruir a Huntr/x.
K-pop Demon Hunters es la sorpresa que ha introducido este año a chicos y grandes al mundo del entretenimiento surcoreano por medio de la animación y de un conjunto de canciones cuyo éxito ha traspasado la cuarta pared, pues ocho de los sencillos que conforman el soundtrack alcanzaron el número dos en Billboard 200 de todos los géneros.
La calidad en animación y secuencias del filme recuerdan el otro gran éxito de Sony Pictures Animations con las cintas de Spider-Man: Across the Spider-Verse, ya que tiene el trabajo de estudios profesionales que lograron traspasar una ciudad entera a detalle a la pantalla de Netflix, una labor como la que se realiza en la serie infantil Las Aventuras de Ladybug donde París es destruida en varias ocasiones en batallas contra supervillanos.
Netflix se ha colgado la medalla de oro como el gigante de streaming que más exporta y produce k-dramas a nivel mundial, pero su labor no se detiene ahí, al entender el impacto y la amplitud de los contenidos coreanos, ha agregado a su catálogo de ofertas programas de entretenimiento, reality shows documentales, conciertos, películas, y más.
El mayor eslabón que la ola coreana le ha dado hasta ahora a la plataforma ha sido el fenómeno El Juego del Calamar, que gozó de un éxito arrasador porque la historia en sí misma no estaba dirigida únicamente a fans del género, sino que, al tener a un grupo de personas encerradas compitiendo por dinero, podía cautivar a cualquier tipo de espectador sin necesidad de dar contexto cultural.
Sin embargo, K-pop Demon Hunters introduce de forma natural a los espectadores menos conocedores del género a las singulares dinámicas formadas por los fanáticos coreanos, al igual que a las costumbres más comunes como consumir platillos tradicionales, asistir a saunas o simplemente caminar por los modernos barrios de Seúl.
El fiel retrato de los idols coreanos

Las protagonistas de la historia, al igual que sus antagonistas, son animaciones inspiradas en estrellas surcoreanas que fueron creadas con las características fieles de quienes dominan la llamada ola hallyu, pues cuentan con amplio talento artístico, un físico que conquistó millones de corazones, un concepto de personalidad para cada personaje basado en su pasado y en el papel que ocupa dentro de la agrupación.
El concepto general de la historia de idols que luchan contra demonios es una connotación a la lucha emocional que enfrentan estas estrellas en su camino por alcanzar el éxito, donde viven presiones diarias por su apariencia o nivel de talento, lo que los lleva a enfrentar enfermedades mentales como la depresión, ansiedad y trastornos alimentarios que pueden evolucionar hasta niveles catastróficos.
Por eso, es importante la reivindicación del tema de la manera en que lo toca la animación ya que además estos temas son recuperados en el popular soundtrack.
El éxito de K-pop Demon Hunters la tiene en boca de los más jóvenes y continúa conquistando a los mayores, por su estilo divertido, drama envolvente y música pegadiza, así que ya suenan los rumores de que podría ser estrenada en las salas de cines para tener la oportunidad de competir durante la temporada de premios cinematográfico el próximo año.
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